-¿Estás dibujándome?
-No-me giré rápidamente y cerré mi cuaderno.
No medí mi nivel de voz, todos me miraban con rareza.
-¿Pasa algo señorita Hale? -preguntó la maestra.
Lucas tenía una sonrisa ladeada y burlona, yo estaba cuestionándome como era su forma de pensar, ¿creía que podía enojarse y luego venir como si nada? Sí, según su cara eso parecía ser lo que creía. La maestra seguía viéndome a la espera de una respuesta. Yo me reacomodé.
-No, nada, es que me acabo de recordar que dejé algo importante en el casillero-mentí.
-Bueno, mientras no sea ningún problema con mi clase, no importa-habló.
-No, no lo es-dije tranquila.
-Muy bien, entonces sigamos-continuó explicando la ecuación en la pizarra.
Al no poder hablar, escribí dos palabras en mi cuaderno para él.
"Te odio"
-Me dibujabas, así que esas palabras no tienen sentido ahora-se puso de cuclillas para mirarme a la cara sonriente-Ni después
Había sido un largo día, teniendo que ver a mis amigos peleados, cada quien, por su lado, sin siquiera mirarse a menos que fuera para lazar rayos de pura furia, más por parte de Mike. Los otros dos solo apartaban la mirada y seguían su camino, excepto por Richy quien en más de una ocasión se quedó sosteniendo la mirada de su hermano, entonces intervenía yo, para tirar del brazo del gemelo más cercano a mí y evitar que se agarraran a golpes en el patio del instituto.En mis clases, como siempre, no faltaba Lucas, no habíamos vuelto a tocar el tema del enamoramiento, no tenía sentido, él pensaba lo mismo, no era posible que dos seres intangibles el uno con el otro se relacionaran de esa manera. Seguimos con nuestra amistad, como si nada: nunca hablamos, nunca me confesó su amor, nunca acepté que lo quería de la misma manera. Y me pareció la mejor decisión.Estuvo en el asiento a mi lado, susurrándome las respuestas a los ejercicios de la pizarra incluso antes q
Las imágenes me golpeaban la cabeza como tambores, nosotros llegando al bar, el chico de la barra coqueteando con Mike, luego él cantado en el karaoke mientras tocaba el piano. Yo intentando bailar mientras reía como desquiciada al son de la música en los brazos de mi amigo igual o peor de borracho, por último, ambos saliendo del bar antes de que nos sacaran por ruidosos.Mi cabello estaba sobre mi cara, a penas y podía mantener mis ojos abiertos, quité el cabello de mi boca, aún traía la camiseta blanca y la falda acampanada rosa del día anterior, mis zapatos no estaban, así como tampoco yo estaba en mi habitación. No reconocía el lugar, todo era neutro en tonos grises y blancos.-¿Emilia? -una voz conocida me habló. Aparté el cabello de mi cara para ver a la ex señora Ashton asomándose a la puerta.Me incorporé-¿Dónde estoy?Ella pasó y me sonrió dulcemente -En nuestra casa, Richard fue a recogerlos anoche después de que lo llamaras.
-Dime que haré sin ti-estaba acostada de lado viéndolo, dentro de la tienda de acampar en la oscuridad. Solo con un poco de luz de luna que entraba.-Ser la misma chica de siempre-respondió simple.-No creo poder ser eso-Mi mano estaba sobre su abdomen flaco, natural, sin ser trabajado, agarraba su camiseta.Él tenía su mano sobre la mía -Puedes ser más de lo que crees, puedes ser mejor sin mí.-Puedo ser mejor contigo-reiteré mirándolo.-Em, ¿En qué idioma te lo digo? No tiene caso seguir hablándolo -frunció el entrecejo en mi dirección.-Te estoy tocando Lucas, puedes sostener mi mano, ¿no te parece suficiente?-No.-¿Por qué?-Porque en cualquier momento dejará de ser así, y entonces nos daremos cuenta de que pudo ser mejor si me hubiera ido.Solo suspiré. Estaba claro que no iba a convencerlo, solo quedaba pasar
Desperté extrañamente en el hospital, desconocía la situación que me había llevado a tener el incesante dolor de cabeza, había olvidado lo que había pasado las últimas horas posteriores a mi caída. Mi vista estaba mejorada, todo lo borroso que me había quedado del accidente se había ido, estaba impresionada, miraba todo, mis manos, el letrero arriba de la puerta que decía las palabras "Dios es bueno", me sentía bien, pero sentí que me había olvidado de algo importante, que por más que quise no logré recordarlo.A mi lado había algunas flores, rosas, con un aroma exquisito, me incorporé un poco para verlas. Había algunas tarjetas de "Que te mejores pronto" dibujadas con crayones. Me preguntaba quién podía haberlas dejado, no conocía niños pequeños para que me hicieran algo parecido. La cabeza me dol&iacut
-Emilia, -me acerqué, él me abrazó -me alegra que ya estés bien, cuando me di cuenta me preocupé, aunque no mucho, sé que no te das por vencido con facilidad.Me separé-Gracias Austin, estuve a punto de dejarme ir, pero aquí estoy.-Te traje esto-me entregó un bote de helado de yogurt. Me reí.-Esto sí que me animará -lo tomé. -gracias.-Pasa muchacho, siéntate en el sofá-inquirió la abuela Li-Yang.-Gracias.Ambos nos sentamos en el sofá, yo estaba por abrir el bote de helado cuando mi abuela me lo quitó-Aun no Emilia, lo guardaré, después puedes abrir, ahora debes conversar.Se lo llevó. Él abuelo Chang estaba en la cocina empezó a murmurar con la abuela, ambos no sabían quién era Austin, excepto por un par de veces que mi madre le
Capítulo veintinueve: La verdad de Austin y un nuevo año.-¿Por eso no querías que lo firmáramos? -exclamé con sarcasmo.-Tranquilízate Emilia, solo uno podía ganar-dijo descaradamente.-Pensé que eras mejor que esto-estaba a punto de explotar.-No deberías de confiar tango en las apariencias, cariño. -tocó mi barbilla.-Lo mismo digo. -Lo agarré del brazo y lo giré en el aire haciéndolo caer con la cara en el piso.Los chicos me miraban del otro lado del pasillo, con sonrisas divertidas.-Emilia-la señorita Liss llamó mi atención. -¿Qué significa esto?-Esto, maestra-señalé a Austin-es porque él me engañó haciéndome creer que concursaríamos juntos, y robarme mi pintura.-¿Era de ambos? -pregu
En el fondo él quería ser quien estuviera en el lugar de Richard, en el que ella se apoyara, o cargarla cuando se doblara el pie, o mejor, no permitir que se cayera, hacia unos minutos había estado a punto de caerme, sus reflejos que eran increíblemente rápidos evitaron que perdiera el equilibrio siquiera. Llegamos a nuestros casilleros, habíamos hecho acuerdos con algunos chicos para quedar todos juntos en nuestro último año.-Extrañaré mi viejo casillero-habló Lily.Sí, todos lo haríamos, yo también me había tenido que despedir del mío, ya que nadie cerca del mío había querido cambiarlos por nada, fueron los gemelos quienes lograron convencer a las dos chicas que quedaban entre ellos para que nos los cambiaran, no nos habían querido decir cómo. Yo solo esperaba que no hubieran tenido que hacer mucho, ni gastar nada.&n
Estaba decidida a entrar al equipo de porristas, así que había practicado junto con Lilith algunos movimientos antes de llegar a la primer practica del equipo, era algo parecido a lo que yo practican en mis clases de karate, solo que, sin lastimar a nadie, tenía los reflejos y el cuerpo dinámico suficientes para que me aceptaran.Lily fue a cambiarse para ponerse cómoda, yo me quedé a esperarla fuera del gimnasio, no quería entrar sola a convivir con chicas desconocidas. Yo llevaba puesto una camiseta y unos leggings cómodos desde mi casa, a ella no le gustaba pasearse deportiva por la escuela, prefería sus camisas rotas, porque decía que tenía más estilo con ellas.-Bien, vamos Emy -me avisó ya lista para entrar.Respiré profundo y entramos. Había oído mitos sobre las porristas, que eran plásticas, que no tenían cerebro