En el fondo él quería ser quien estuviera en el lugar de Richard, en el que ella se apoyara, o cargarla cuando se doblara el pie, o mejor, no permitir que se cayera, hacia unos minutos había estado a punto de caerme, sus reflejos que eran increíblemente rápidos evitaron que perdiera el equilibrio siquiera. Llegamos a nuestros casilleros, habíamos hecho acuerdos con algunos chicos para quedar todos juntos en nuestro último año.
-Extrañaré mi viejo casillero-habló Lily.
Sí, todos lo haríamos, yo también me había tenido que despedir del mío, ya que nadie cerca del mío había querido cambiarlos por nada, fueron los gemelos quienes lograron convencer a las dos chicas que quedaban entre ellos para que nos los cambiaran, no nos habían querido decir cómo. Yo solo esperaba que no hubieran tenido que hacer mucho, ni gastar nada.&n
Estaba decidida a entrar al equipo de porristas, así que había practicado junto con Lilith algunos movimientos antes de llegar a la primer practica del equipo, era algo parecido a lo que yo practican en mis clases de karate, solo que, sin lastimar a nadie, tenía los reflejos y el cuerpo dinámico suficientes para que me aceptaran.Lily fue a cambiarse para ponerse cómoda, yo me quedé a esperarla fuera del gimnasio, no quería entrar sola a convivir con chicas desconocidas. Yo llevaba puesto una camiseta y unos leggings cómodos desde mi casa, a ella no le gustaba pasearse deportiva por la escuela, prefería sus camisas rotas, porque decía que tenía más estilo con ellas.-Bien, vamos Emy -me avisó ya lista para entrar.Respiré profundo y entramos. Había oído mitos sobre las porristas, que eran plásticas, que no tenían cerebro
Ahí estábamos, apoyando a Richard en su primer partido de basquetbol, a ese tipo de juegos si iba, era un poco más relajado que el futbol, aunque igual no me sabía las reglas del juego, solo veía un montón de chicos sudados con camisetas y vellos en las axilas, algunos ni tenían la decencia de depilarlos, les gustaba el natural, el gemelo no, él era de los que cuidaban su apariencia, lo veía hacer jugadas a sus opositores, y encestar una y otra vez, era tan bueno en ese deporte como en el futbol Americano. Mike estaba a mi lado comiendo galletas.-Por Dios Emilia, estas galletasmmm, voy a casarme con una, galleta-se dirigió al pedazo que le quedaba-¿Quieres casarte conmigo?Me reí, -Vaya, que exagerado eres Mikey.Se rió y se la comió-Esta demasiado buena.Lo reprendí con la mirada juguetonamente-¡Mike te acabas de comer a tu prometida!-S
.-¿Estás bien Lily? -pregunté ocultando una pequeña sonrisa.-Por supuesto, ¿Por qué no habría de estarlo? -clavó la cuchara en su helado y me miró.-Por nada-disimulé.Rosallie estaba mirando indiscretamente desde su silla, como la chica del equipo aún coqueteaba o intentaba hacerlo, con el chico en la barra. Yo quise ver su rostro, pero el ángulo en el que me encontraba no me lo permitía, y me preguntaba ¿Que podía tener más allá de su rostro perfilado para dejar a todas sin aliento? Sus movimientos eran del todo desinteresados con respecto a Chloe, ella señalaba alguna cosa y el sólo explicaba.-Creo que yo podría hacerlo mejor-Rosallie se puso en pie, Ashley la detuvo.-Tranquila amiga, Chloe se enfadará, y tú tienes novio-Eso la hizo sentarse a regañadie
Decidí frecuentar más Sweet Frog, había pasado meses desde que lo visitaba hasta el día de la reunión con el equipo de porristas, ya me hacía falta disfrutar del delicioso sabor del helado, el ambiente, las lámparas que colgaban del techo, ver los toppings por largo tiempo como era mi costumbre, nunca podía ver la barra y no decirme "Es hermoso", luego me sentaba en una de las mesas del centro del local, a dibujar. Había encontrado mi libreta de dibujos, estaba terminado mi último bosquejo, le daba color al papel, me había hecho a mí misma sobre una nube en forma de corazón, agarrada de la parte de arriba mientras este corría con el viento y se desmoronaba en medio de nubes.Así me sentía cada vez que entraba por la puerta, esperanzada de que el chico de la barra de toppings con ojos intensos me atendiera, sin embargo, mi suerte no era tanta, y mi corazó
Richard se aclaró la garganta, él sonrió travieso-Ptss, ¿y si me ayudas?-¿Qué?-Lilith nos está viendo, no muy feliz-me miró suplicante.-No seas patético Mikey-le reprendí.-Emy...-Hazlo con otra, una porrista, quien sea menos yo, ¿quieres destruir más nuestra amistad? -hablé en un susurro.Él me liberó -Lo siento. -dijo avergonzado.Puse una expresión decepcionada. A lo que se podía llegar a ser capaz por amor, Dios mío que no me permitiera hacer demasiadas tonterías cuando me enamorara verdaderamente de alguien. Los cuatro continuamos nuestro camino al bar, ahí vimos al rubio cantando, mientras tomábamos refrescos, tenía que ser eso, nada más, o sabían que jamás iba a volver aceptar otra salida con ellos.El lugar era res
-Cinco seis siete ocho, nuestro equipo es el grandioso-hacían su baile las porristas del equipo contrario.Estábamos en el campo de fútbol de la escuela, era mi primera presentación como animadora del equipo, en los graderíos se encontraban mi madre y mi hermano, quien había traído su inseparable cámara. Los saludé sonriente. A mis espaldas estaban las chicas haciendo una pirámide, me volví para ver como Lilith se lanzaba a los brazos de los chicos que la esperaban abajo para atraparla.Me dieron aviso para que me acercara. Era mi turno de subir a los hombros de dos chicos, luego de que estuviera en la cima me lancé para que me atraparan las chicas que esperaban a que cayera. Se escuchó un silbato y era nuestro aviso para ponernos en lugares y recibir a nuestro equipo. Nos colocamos rodeando a la capitana quien quedaba al frente.-Ahora-nos avisó -
Recordaba el día que Rafael se había sentado conmigo en aquella mesa verde cerca del estacionamiento de Sweet Frog. Su tacto, su mirada profunda, y como los rayos de sol se reflejaban en sus ojos miel haciéndolos brillar, su mirada divertida, sus gestos inocentes, la forma en la que se comía su fro-yo.Y de ahí salió una idea que debía ser plasmada en pintura, era yo, navegando en un mar de miel mientras los rayos atravesaban hasta el fondo del agua amielada, estaba en el fondo, como congelada en medio de la espesa miel, con mis ojos cerrados y la sombra del bote arriba de mi cabeza. Era mi forma de describir lo hipnotizante que podía ser perderse en sus ojos, y creer que todo estaría tranquilo si solo me dejaba ir.Ya no iba tanto a Sweet Frog, tal vez si era por verlo, y como me había dado su número lo sentía un poquito más cerca de mí, aunque no le hablara o enviara mensajes. Pero ese día fui yo quien recibió uno suyo.Rafael: ¿Qué haces?
Mike y yo estábamos en casa después de la escuela en una perfecta tarde de jueves, él había comprado la temporada completa de Drake y Josh, teníamos dos botes de helado en nuestras piernas, y dos autoestimas decaídos a falta de amor. Mi hermano salió de la habitación con una expresión poco feliz.-Han cancelado mi entrevista -se sentó en el sofá para uno.-¿Qué pasó? -preguntó Mikey.-El programa se canceló para mañana por una transmisión especial o algo así.-Lo siento. ¿Y no van a promoverla? -hablé yo.-Hasta la próxima semana-se cruzó de brazos.-Relájate Roachter, solo son siete días más, -intentó tranquilizarlo el rubio.Él me arrebató mi bote de helado-Hasta entonces comeré helado tan deprimido com