Luego de nuestra charla la señora Valentine se fue a atender al resto de invitados, yo no me podía ni levantar siquiera de la silla, tenía mi mirada fija en algún punto de la casa, mis sentidos no funcionaban en contacto con el ambiente, solo escuchaba el sonido fuerte de mi corazón, hasta que Richy se sentó frente a mí con una copa de champán a medio beber.
-Hey, Emy, ¿Que te dijo Zoe para que te dejara así? Deberías ver tu cara, estas más pálida que de costumbre-rió.
-¿No tienes respeto por tu ex suegra? -contraataqué, casi se atragantó.
-¿Cómo supiste?
-Su hermano me dijo-respondí.
-Ah ya decía yo que no por nada te andas tomando de la mano con Rafael-ladeo su sonrisa-¿Qué se traen?
-Somos amigos.
-Sí claro, lo que tú digas-tomó de su copa.
-¿No crees que estás pasándote con eso? -señalé.
-Solo han sido cinco -dijo tranquilo.
-Y apenas empiezas, ¿has visto a Amanda?
Negó-No, ni quiero.
-¿Ya te arrepentiste de
Estábamos en el gimnasio e nuestro entrenamiento del equipo de porristas, pero ese no sería cualquier entrenamiento, Lilith ya nos había dicho que le ayudáramos a darle una sorpresa a Mikey, así que había muchos globos de corazones, carteles con frases románticas, una con la palabra "Perdón" y dos más que decían "¿Quieres ser mi novio? "Así fue como todos nos coordinamos para una hora antes menos Mike, para que no se diera cuenta, ya que el también formaba parte. Todo se realizó de manera minuciosa, él ni sabía absolutamente nada, ella iba a cantarle incluso, tenía preparada una coreografía con la canción "Perfect two" nosotros teníamos que abrir el show con unas piruetas en la entrada.La morena nos hizo la señal para que tomáramos posiciones, Mike estaba por llegar, venía en camino. Todos nos formamos en una fila, los chicos al principio conmigo, a Lily le pareció que yo lo recibiera al ser más unida con él en cuanto a amistad se refería, así que yo sería
Rafael: ¿Emilia por qué te fuiste sin avisar?Emy: Por nada. Me surgió algo.Dejé el celular sobre el mueble, era sábado, estaba frente al lienzo, plasmando mis sentimientos, eran nuestras manos agarradas, pero sin poder tocarse, como si él fuera intangible, intocable, e intentara simular que podía sostener su mano, cuando la realidad es que solo era mi imaginación, él estaba ahí, y yo no podía alcanzarlo.Ahí, en el lienzo estaban todas mis ilusiones pisoteadas, mis emociones contenidas y las cosquillas teniendo que quedarse en su lugar, no subir a mi pecho porque lo hacían hincharse, sentir que iba a explotar si no lo tenía cerca, si no me miraba. En la pintura se encontraba él, cerca y a la vez lejos.Lo tenía en mis pensamientos todo el tiempo, desde que nuestras miradas se encontraron, a veces solo desearía no haberlo vis
Una suave voz me despertó, era ronca, pero no un ronco rasgado, sino más bien suavizado, apacible, espesa, como miel de abeja. El sonido de la guitarra era simple, acústico, acompañándolo. Como siempre yo tenía el cabello en la cara, solo que en menor cantidad esta vez, ya que lo había cortado, no sabía quién cantaba exactamente, tenía sueño aun no quería levantarme. Bostecé abriendo un poco mis ojos.Me encontré con los suyos ocultando la diversión en ellos, sonrió sin dejar de cantar. Me incorporé de inmediato, quitando el cabello para verlo mejor. ¿Estaban haciéndome una broma? ¿Era él en serio? Cantando para mí, estaba cantándome en la mañana, ¿quién hacia eso? Apenas debían haber salido los rayos de sol, y escuchar la voz de la persona que te gusta dedicándote una canci&oa
-Es solo que no entiendo, por qué los anillos de compromiso no pueden ir en cualquier dedo-cuestionó mirándome.-No, los anillos de compromiso van en el anular -señalé mi dedo.Estábamos en el piso de mi habitación viendo el techo, no había nadie en casa, solo nos acostamos sobre la alfombra para charlar, Canela estaba en medio cuidando de chaperón, dormida cómodamente con su pancita hacia arriba. Ronroneaba y se daba vuelta de vez en cuando alguno se topaba con ella y casi la despertaba.Hablábamos de nuestras vidas, de la mía aburrida, sintiendo que había olvidado una parte importante de ella y de la suya que había estado perdiendo durante tanto tiempo y que al volver sus padres lo metieron a todo tipo de clases desde idiomas hasta etiqueta. No le agradó saber cuándo le dije que ya sabía sobre que había estado por ocho a&nti
Llegamos a la fiesta, luego de una ceremonia llena de suspiros y cosas cursis, los novios se miraban como si jamás volverían a hacerlo, desde que la señorita Liss entró por el pasillo de la iglesia todos la miraban, pero ella sólo podía ver a su novio, quien estaba tan nervioso como ella o más, sacaba su pañuelo cada cinco segundos para secar el sudor de su cara, Rafael me susurraba preguntando para que le explicara cada situación que pasaba.¿Emilia por qué está ahí sin moverse? ¿Emilia por qué crees que esté tan nervioso? ¿Crees que yo lo estaría? ¿Qué crees que estén sintiendo en estos momentos? Tenía una pregunta para casa cosa, yo trataba de ser paciente y responder sin enojarme.-Rafael ¿Nunca habías ido a una boda de pequeño? -pregunté entrando al verde patio de la casa d
Mi cabeza estaba sobre su hombro, mientras veíamos al resto bailar. Mi corazón se sentía frágil.-¿Te quieres ir? -pregunté al notar su silencio.-Jamás te dejaré sola, quiero que lo recuerdes, pero si estas aburrida justo ahora, no dudaré en sacarte de aquí.-La verdad si-confesé, me incorporé.-Entonces vámonos-inquirió. Nos pusimos en pie.-Iré a buscar a mamá -dije. Él asintió.-Yo quiero ir a esa fuente de chocolate antes, -miró en dirección a la mesa donde se encontraba.Me reí-No tienes remedio.-Dijiste que así me querrías-tiró de mi mano que sostenía acercándome a él.-Y no he retirado mi palabra.-Entonces te veré después, a menos que tengas que venir por mí -bromeó.-Espero que
Entrar de nuevo para ver cada detalle que él había tenido con ella, fue como hacer pinchar mi corazón, pero no para que se liberasen las emociones, sino para desinflarse y caer en pedazos esparcidos en el piso, uno por cada vez que lo vi, que le dije lo que sentía, que le Sonreí, que le creí lo que me decía.Fui a llenar los vasos de helado que me comería al llegar a casa, pedí un galón y posteriormente me dispuse a pagar. Mi rostro estaba decaído y el chico de la caja lo notó, no quise prestarle atención a su mirada expectante pero el habló.-¿Por qué estás triste? ¿No te gustó la sorpresa?Levanté la mirada-¿Qué?Él frunció el entrecejo-¿Aun no lo sabes?-¿Crees que ver al chico que me gusta darle tal detalle a su mejor amiga me gustaría? -hab&iacut
El pequeño Rafael corría como loco por la casa con su nuevo auto de juguete, llevaba su camisa del Capitán América que tanto le gustaba. Su hermano mayor que tenía ya diecisiete años, se acercó a él y le desordenó el cabello, para luego ponerse a su altura, le sonrió.-¿Qué haces campeón? -preguntó, Owen quería mucho a su hermano menor.Él pequeño niño apartó el cabello que cubría su frente para verlo con sus ojos redondos y vivaces.-Juego a que voy que una gran carrera, este es mi automóvil -le mostró -es muy veloz.Siguió haciendo el sonido del motor con su boca mientras corría con el auto sobre el piso. Su hermano solo lo veía, lo había cuidado desde que había nacido, a él y a su hermana, de las peleas que sus padres solían tener con frecuencia, por cosas sencillas, no encontraban por que discutir. Ese día como otros, su padre llegó del trabajo, eran alrededor de las cuatro de la tarde, no había tenido clases. Se volvió para ver al señor Valentine, el peq