Narra Alondra Ferreyra David se levantó y se fueron con Carmen a la cocina a preparar de cenar. Yo permanecí en la sala, mi papá me volvió a abrazar haciendo con su ternura, que yo me rompiera en llanto de nuevo, lo extrañaba, era una parte de mí que quería estar a su lado, en el confiaba ciegamente, podía contarle todo lo que quisiera, siempre tenía una solución, muchas veces había sido mi cómplice y yo la de él, por eso me daba tanta rabia, que ya no podía estar tanto tiempo a su lado.–Perdóname Alondra, no me cansaré en lo que me resta de vida de pedirte perdón. No entiendo ¿Qué fue lo que pudo detonar una reacción así en tu madre? Nunca te había pegado de este modo, ni a ti ni a ninguna de tus hermanas – Mi papá estaba muy afectado con la situación – Lamento tanto todo esto y todos los problemas, que indirectamente les hemos causado a Carmen y a David.–Papi, no sé desde cuando estabas tú de viaje y no me haré ninguna inocente. Petra y yo discutimos, ella me fue a hacer un escán
Narra David de MaríaAlgunos días después de lo ocurrido, supimos por medio de Julio que habían detenido a Petra, lo que nos llenó de felicidad y de tranquilidad a mi princesa y a mí. Ella cada día con mis cuidados y los de mí madre, iba mejorando más y más de su espalda, hasta que llegó el día, en que pudimos regresar al Tec a las clases presenciales, no había tenido problemas con sus asignaturas. Ese día mí madre nos llevó al Tec, yo quería volver en taxi para poder abrazar a mi princesa todo el camino de vuelta. Me despedí después de darle muchos besos, en la puerta de su salón de clases y yo me fui rumbo al mío, todo iba perfecto pero siempre cuando todo va bien algo malo aparecía y ese algo o mejor dicho alguien estaban ahí presente en el Tec con uno de mis compañeros de Ingeniería para ser exactos.–Hola David de María – Me dirigió una mirada lujuriosa – Veo que tomaste tus vacaciones largas.La última persona que esperaba ver al llegar a el Tec, tan desagradable como se había
Narra David de María–Odio lo bien que me estás conociendo, quise sorprenderte y te quiero dar algo pero tendrás que venir a buscarlo – Susurró Alondra cerca de mi oído encendiendo todas mis terminaciones nerviosas en una milésima de segundo – Cierra los ojos y cuenta hasta 20, después búscame entre las estanterías de libros y te daré lo que tengo para ti.–Alondra mi princesa, estamos en la biblioteca del Tec, no podemos hacer mucho ruido, ni desorden.–Búscame en silencio, David. Te amo – Dijo ella, me besó tiernamente y desapareció ante mis ojos.No tengo la menor idea de cómo hizo ella para desaparecer tan rápido, pero lo hizo. Yo después de buscarla rápidamente con la mirada y no verla cerré los ojos, conté hasta 20 sintiéndome como dentro de algún reto infantil y después me levanté sin armar jaleo, para buscarla tal y cómo ella me había pedido.Recorrí los pasillos de los libros del área de bachillerato con un poco de detenimiento, ella es tan pequeña de estatura y tan menuda de
Narra Alondra Ferreyra Por días y más días mi felicidad era total, íbamos al Tec mi príncipe y yo, por las tardes la pasábamos juntos, haciendo tareas o deberes cómo decía él. Veíamos en la televisión la historia de Floricienta en el canal de Disney o cuando no alcanzábamos por alguna razón a ver algún capítulo eso, para mí príncipe no era ningún impedimento él se las ingeniaba para buscarlos por internet para no perder ninguno y poder seguir con la trama. Uno de esos días de fin de semana de tranquilidad, ya sabiendo que Petra estaría encerrada un tiempo en la cárcel, eso nos habían dicho. David y yo decidimos romper la rutina de ese sábado en la noche y nos fuimos al cine, queríamos salir de ese encierro voluntario, pero en realidad debíamos tener cuidado, uno nunca sabe de qué se puede valer la gente de su calaña, yo la conocía muy bien.–Alondra, ¿Qué película se te antoja ver mi princesa? – Me preguntó David – Creo que hay demasiadas opciones.Cuando llegamos al cine, las panta
Narra Alondra Ferreyra –David, vámonos mi amor. Tengo mucho miedo – Le dije sin dejar de temblar – No quiero salir hasta que sepamos que esa mujer ha vuelto a estar encerrada, es un peligro para la humanidad.–Vámonos mi princesa, nada malo te pasará. Te lo juro. Veremos qué hacer.Nos fuimos a casa de David, Carmen al vernos volver tan rápido de la plaza supuso que algo malo estaba pasando, pero no nos pudo preguntar nada, ya que con ella se encontraba una de sus amigas. David y yo saludamos a ambas y nos subimos a la recámara dónde ni bien cerrada la puerta, me lancé a sus brazos sacando todo lo que sentía, las lágrimas bajaban de mis ojos a raudales, era imposible detenerlas.–David, tenemos que irnos lejos. Ella quiere hacerte daño, me amenazó con eso el día de la golpiza, no quiero que te toque – Grité llorando histérica, desesperada – Te amo y si ella te hace algo yo me muero.–No pasará nada. Vamos a calmarnos mi amor, no llores por favor mi muñequita. Ven, vamos a recostarnos
Narra David de MaríaMi princesa hermosa se desvaneció en mis brazos soltando su móvil que se estrelló en la alfombra de la recámara. La cargué hasta recostarla en la cama, acomodándola con mucho cuidado y entré al cuarto de baño de la recámara para buscar alcohol para darle a que lo aspirara y hacerla reaccionar, me imagino lo que le dijeron por el móvil era algo sumamente nocivo y que no se trató de una llamada normal, escuché que mencionó el nombre de su hermana. ¿Porqué todos en su familia eran tan crueles?–Alondra, mi princesita despierta. Por favor, mi amor – Le decía dándole suaves besos en sus labios y en sus mejillas que estaban pálidas y heladas – Tienes que despertar, mi muñequita.Le hablaba y no había respuesta de su parte, estaba desesperado y no sabía que más hacer. La cubrí con los edredones de la cama y la tomé en mis brazos para que entrara en calor, deseando que así ella pudiera reaccionar. En mi interior se desató un cabreo masivo, debió ser esa desgraciada infeli
Narra David de María–David, esa mujer está demente y tenemos que protegernos. Ya la has escuchado que no tiene recato en amenazarnos y por supuesto que no dejaré que ni a ti ni a Alondra les pase nada – Dijo mi madre ya un poco más tranquila – Tendremos que tomar medidas drásticas.–Dime madre ¿Qué tienes en mente? Yo tenía pensado que habláramos con el padre de Alondra, él debe de buscar una manera o algún método para calmar a esa loca de Petra.Debíamos agotar todas las posibilidades para que alguien la hiciera entrar en razón.–Hijo, tú idea me parece buena pero siendo sincera no creo que vaya a dar resultado. A ese señor, la tal Petra lo tiene completamente dominado. Yo pensaba en hacer algo más drástico y contratar elementos de seguridad para nosotros tres, para ti, para Alondra y para mí.–Madre eso no creo que le guste a Alondra y tú no viste como se puso. Vámonos a la casa de Valle de Bravo un tiempo, no quiero que Alondra viva todos los días con miedo y con estrés de esa loc
Narra Alondra FerreyraLos días que seguimos estando en la ciudad antes de irnos a Valle de Bravo, David y yo nos dedicamos a hacer lo de nuestra escuela y por las tardes a hacer tareas y a estar en casa con Carmen, no queríamos exponernos más tiempo fuera de la casa del necesario, continuábamos con la rutina, que era necesaria. El último día que fuimos al Tec, David tuvo examen sorpresa por lo que Carmen pasó por mí al Tec y me fui con ella un rato a su negocio para que David estuviera tranquilo sabiendo que yo no estaba sola, pues no me arriesgaría a que Petra volviera al Tec y al verme sola, cometiera lo de la vez anterior, pues ya nadie la pararía.–Alondra hija ¿Estás bien? – Me preguntó Carmen – Espero que no te moleste estar conmigo aquí un rato en el negocio.Al verme tan pensativa, Carmen se preocupó, la verdad este cambio traería sin sabores a mi vida, era algo que no había hecho antes, pero aun así, sabía que era necesario hacerlo, para evitar cosas más graves.–Me ha ido