Narra Alondra Ferreyra–Yo no veo que se moleste – Dijo Jovana – Está que no se contiene de la risa. Sabadelle dice la verdad, por eso conmigo, la pasa de maravilla.Jovana era también muy abierta, así como lo era Sabadelle, a mí no me molestaba en absoluto que fueran así, todo lo contrario, me divertía mucho con ellos. Me pude reír un poco, después de tener que aguantarme la risa. Jovana también se reía y me pude sentir más liberada. Nos pusimos a desayunar y después de hacerlo, recogimos todo y luego nos subimos al auto de Jovana, Sabadelle y David, habían decidido irnos en el auto y entonces ellos ganaban. –Alondra, ven conmigo de copiloto – Me invitó Jovana – Los tíos van atrás.–Está bien, gracias Jovana – Le agradecí – Eres de hecho, muy oportuna, yo me mareo en la carretera, si viajo atrás. Espero que no vayamos a ir muy lejos.Aunque me estaba mentalizando en todo este viaje, porque iba a ser de puros recorridos, bien era cierto que no me gustaba viajar a largas distancias,
Narra David De MaríaYa no alcanzamos a ir por el tiempo, al parque temático Diversión en la granja, por lo que decidimos comer algo ahí, en el centro de la ciudad y después, nos iríamos de regreso a Alcalá de Henares, para regresarnos a Madrid o eso estaba pensando yo, antes que Sabadelle saliera con algo.–Creo que tenemos que ir a visitar el parque de las navidades – Dijo mi colega – Ya que Alondra nunca ha estado por acá, para que vea como se ponen las festividades navideñas.Parecía que a mi colega no se le iba a acabar nunca la cuerda, pues no acabamos de estar en un lugar, cuando ya estaba viendo a donde iríamos, pero no estaba muy seguro si esta vez, le fuera a gustar a Alondra.–No Sabadelle, muchas gracias – Dijo Alondra – Mejor nos devolvemos a Alcalá de Henares, a mi no me gusta la navidad.–Nada de negativas Alondra, De María se ha esmerado en que vengas con él hasta acá – Le dijo Sabadelle a mi novia – Así que, nada se te quita, con que vayamos un rato al parque.–Yo apo
Narra David De MaríaEn eso estábamos muy de acuerdo mi consentida y yo, eso no era un bebé y nunca lo sería, en esa cuestión, si lo teníamos muy en claro, nada de niños, eran demasiada responsabilidad. –Ya somos dos – Jovana le dio una bebida a Alondra – Son súper estresantes los infantes y yo, no soy de las mujeres que tiene paciencia.Yo no podía estar cerca, ni siquiera de los hijos de mis primos y al parecer eso mismo le había pasado a Alondra, creo que a las únicas, que aguantaba eran a las hijas de su hermana la mayor, pero a los demás niños, no los toleraba.–Ya somos tres que no, yo también los alucino – Me uní a ellas – Nada como solo tener pareja y no hijos. Los hijos frustran muchos planes.–Brindemos entonces, porque nadie de aquí, de los que estamos presentes, queremos tener hijos – Dijo Sabadelle – Somos de la nueva generación, todos nosotros.–Así es – Dijo Alondra – Está muy bueno este vino.–Qué bueno que te guste Alondra, tengo un tío allá en Madrid, que tiene un v
Narra Alondra FerreyraJovana se quedó ese día a consolarme y a curarme, después de lo que había visto y que me había afectado demasiado, no podía creer, cómo esa mujer, se había atrevido a besar a David, sin importarle que él no estuviera solo, pero ya nada se podía hacer, ahora estaba muy lastimada y no sólo por lo que me pasó, por culpa del imbécil ese de la bicicleta, que me aventó, también ahora estaba herida del alma, por culpa de lo que acababa de sentir, al saber lo que supe de David y de la propia boca de Sabadelle.–Alondra, sé lo que estás sintiendo, sé que todo esto es nuevo para ti y créeme que te entiendo – Me dijo Jovana – Yo, cuando llegué a vivir aquí a Alcalá de Henares, cuando vine a estudiar, me quedé tan impactada, como ahora veo que estás tú. Ante todo, el libertinaje, que hay aquí.Era un doble moral, queriendo tapar el sol con un dedo de todo lo que se vive aquí, queriendo protegerme, según él de todo lo malo y él si ya lo vivió y quien sabe en cuantas ocasione
Narra Alondra FerreyraEse era su pasado y ya no se podía hacer nada, no iba a luchar contra corriente, solo podíamos gozar de lo que nos dejara este viaje, solo pensar en nosotros dos, pues aunque yo quisiera, que no hubiera pasada nada de lo que ya había hecho, era imposible. –David, mi amor yo estoy bien – Lo consolé – En serio, no pasa nada. Nadie es perfecto y tú tienes un pasado y está bien, yo solo quiero, que lo que queda de este viaje, lo disfrutemos como locos.Ya no teníamos otra opción, solo la de seguir disfrutando del viaje, como si hiciéramos borrón y cuenta nueva, de todo lo que me había enterado y de lo que estaba segura, que me seguiría enterando.–Gracias mi consentida – Me besó – Perdóname por no ser, lo que tú quieres, perdóname por lo que yo he cometido antes.–No pasa nada, por favor, ya no sigas – Le pedí – Vamos a olvidarlo, quiero que estemos bien y no tengo nada que perdonarte.–Gracias Alondra, te amo mi princesa.–Yo te amo a ti, mi príncipe.Nos tomamos
Narra David De MaríaEstábamos pasando Alondra y yo, los días más felices de toda nuestra relación ahí en Madrid y hoy empezaba una travesía nueva, nos despedíamos de Madrid por unos días y emprendimos el viaje a Cantabria a bordo de un tren, que nos llevaría en poco más de 5 horas a Santander y de ahí, nos moveríamos para recorrer Cantabria.Habíamos pasado por Romina a su casa en Madrid, cosa que no sabía yo que ella iría con nosotros, pues como Sabadelle, estaba con Jovana, pensé que solo con ella iría, pero al parecer ellos tenían esa relación abierta, donde ya estaban ellas de acuerdo en compartirlo. Nos estábamos divirtiendo mucho, pues Sabadelle, iba con Jovana y con Romina y nosotros dos. Nos la estábamos pasando de lo lindo, en el viaje de tren, íbamos jugando cartas y a mí, me daba mucha risa, pues Sabadelle, estaba enojado y no podía ganarle a mi chica, nadie excepto yo, sabía de su memoria fotográfica, pero no les podía decir.-No sabes perder, colega - Me burlaba de mi a
Narra David De María–Vamos al hotel, colega – Le pedí a Sabadelle – De eso nada, Alondra, no te vas a meter sin ropa a ningún lado.–No me retes, David De María – Mi chica me fulminó con la mirada.Nadie dijo nada y Sabadelle, se encaminó al hotel. Llegamos a buena hora, para que nos dieran las habitaciones y pudiéramos dejar el equipaje, así podríamos salir más ligeros, sin tener que tener, todo el equipaje atiborrado en el maletero del auto. Llegando al hotel, Alondra estaba emocionada ante el lujo del hotel, pues yo no descansé, hasta conseguir una reserva en el hotel Helguera, uno de los mejores de Santander. Ellas esperaron, hasta que nos dieron las habitaciones y después, nos separamos, para ir a instalarnos. Alondra y yo, caminamos hasta llegar a la habitación, ella estaba sorprendida y emocionada, era un lugar de lo más lujoso, lo mejor que se podía encontrar en Santander, tenía que conseguirlo para ella y así lo hice, y ahora ella estaba encantada con ello.–No lo puedo cre
Narra Alondra FerreyraEsa noche cuando salimos del mar, David y yo, nos encontramos a Sabadelle con sus chicas, en una situación muy comprometedora, teniendo sexo con ambas en medio de la noche, seguramente ellos habían pensado, exactamente lo mismo que nosotros, que, al estar en la oscuridad de la noche, podían hacer lo que se les antojara y en cierta forma, era así. David y yo, permanecimos tomados de la mano, viendo todo aquello y no queríamos incomodarles, pero el frío estaba muy fuerte y nosotros estábamos empapados, por lo que nos tuvimos que acercar ahí con ellos, para tomar nuestra demás ropa y poder cubrirnos un poco.–Hola colega – Sabadelle notó nuestra presencia – No sé, si se nos quieran unir.Sabadelle, era demasiado descarado, como nos invitaba a que nos uniéramos a ellos, no estaba en mis planes unirme a ellos y hacer una orgia, si ellos estaban a gusto así, allá ellos. –Hola colega, no por supuesto que no – David, se negó rotundamente – Nosotros tomaremos nuestras c