Narra David De MaríaYa habiendo aclarado las cosas con Irina, nos subimos todos en el auto de Sabadelle. Irina se fue adelante con Sabadelle y yo, me subí atrás con mi hermosa Alondra, viendo lo que había pasado entre ellas, no iba a dejar de ningún modo que, esto pasara a mayores. Tomé la mano de mi princesa, para besarla y ella comenzó a cerrar los ojos, todavía estaba cansadita por el cambio de horario entre México y Madrid, esperaba que solo descansara, pues no quería que se durmiera, era muy duro para mí, despertarla.–Te va a caer muy bien tu suegro, Alondra – Le dijo mi amigo – Es un señor, muy guay.Aunque ellos ya se habían conocido por video llamada, sabía que a mi padre le caía bien Alondra, de lo contrario él ya me lo hubiera dicho, pues mi padre, era muy directo en esas cosas y no se andaba con rodeos.–Sí, hemos hablado David y yo, por video llamada con él y sí me parece así – Dijo mi princesa – Estoy un poco nerviosa, me da miedo lo que nos vayamos a encontrar en casa
Narra David De MaríaYo no podía y no quería vivir sin ella. Alondra, se aferraba a mi mano, cuando estuvimos frente a frente con papá. Estaba muy temerosa, y eso estaba mal infundado, mi padre no le iba a hacer nada, además yo estaba aquí, para protegerla de todo mal.-Hola, padre - Lo abracé - Tanto tiempo, sin verte - Que gusto, te presento ahora sí formalmente y en persona a mi princesa y a la futura señora de De María.Dejé que mi padre viera a mi novia, ella aunque estaba un poco nerviosa, se veía muy tierna, ella no trataba de impresionar a nadie, se mostraba tan y como era, como me había enamorado a mí. -Hola, Alondra. Bienvenida a Madrid, ven acá y dame un abrazo - Alondra muy nerviosa, abrazó a mi padre - Estás más bonita en persona, que en las video llamadas cuando los he visto, eres muy linda.Mi padre era el único que tenía que opinar y aceptar a Alondra y yo ya con esta demostración, me quedaba más tranquilo, pues todas las veces que habían hablado, lo habían hecho con
Narra Alondra FerreyraDavid, se dio cuenta que, a sus hermanos, yo no les había caído para nada bien y no sólo él, también Sabadelle, Don David e incluso Irina, se pudieron dar cuenta de las caras de asco, que ambos hermanos de David, hicieron con respecto a mi persona. Mi chico, como siempre era un lindo conmigo y me tomó de la mano, delante de ellos, dándome mi lugar, como siempre lo había hecho, desde que, estábamos juntos.–Hermanos, ella es la mujer de mi vida, Alondra Ferreyra – Mi chico muy orgulloso, me presentó – Espero que, ella reciba, de parte de ustedes un buen trato.Eran los hermanos de David, y nada que ver, ellos traían mala vibra, lo sentía, desde que me empezaron a ver, eran muy pesados con su mirada.–Mucho gusto Alondra, Daniel De María a tus órdenes – Me dijo el que se veía que era el mayor – Bienvenida a España.–Mucho gusto – Dijo el otro – Donato De María, encantado de conocerte.–Igualmente, mucho gusto.Los dos, me saludaron más a fuerzas que de ganas, lo q
Narra Alondra FerreyraYo seguía comiendo de la forma más tranquila que pude, la comida me supo a nada, a pesar de que todo estuvo excelente, y todo por culpa de la compañía no deseada, los otros dos hijos del señor, eran lo que les seguía de nefastos. No dejaron de verme todo el tiempo y no tenía necesidad de mirarlos para saberlo.–Alondra, espero que te haya gustado este almuerzo que, ha sido en tu honor – Dijo el papá de David – Estoy feliz, de al fin haberte conocido.El señor David, no tenía la culpa de cómo me habían tratado sus hijos, y le contesté con la verdad, solo refiriéndome a él, los demás me valían, eran las personas que no me gustaría volver a ver en mi vida.–Muchas gracias, todo ha estado delicioso e igualmente, tanto gusto ha sido, para mi conocerlo.En ese momento, tocaron la puerta y las empleadas de servicio fueron a abrir y cuando pensé que las cosas no podían ir peor, entró en escena una mujer muy fea, con un sombrero que parecía del siglo pasado y una falda a
Narra David De MaríaMi padre y mis hermanos, no podían creer lo que había dicho Alondra y mi tía Almudena, estaba que se la llevaba la fregada de coraje, más aún porque mi amigo Sabadelle, contribuyó burlándose de ella y contra eso, yo no podía hacer nada. Mi amigo, no tenía vergüenza, ni límites, ni freno. Sus padres no pudieron educarlo, menos iba a poder hacerlo yo. Alondra, parecía un toro embravecido y mi tía Almudena, de sus ganas la hubiera hasta golpeado, algo que yo no iba a permitir, ella había sido la que habia iniciado todo.–David hermano, tienes que correr a esta mujer que es una desvergonzada – Dijo mi tía Almudena – Ha venido a esta casa fina y decente, a hablar de lo que hace con tu hijo en la cama.Pero mi tía Almudena, se merecía todo lo que le dijera mi novia, pues ella había venido a mover todo, al llegar sin ser invitada a una comida que estaba dirigida a Alondra.–Yo la apoyo, señora Almudena – Dijo Irina – No sé, cómo David, anda con esta mujer de la maleza m
Narra David De MaríaNi mis hermanos, ni mi tía Almudena y mucho menos Irina, se merecían qué mi novia les dirigiera la palabra, pues ella era mucho mejor persona y de mejores sentimientos, que ellos cuatro juntos.–Ya somos dos Alondra, además Almudena se hace la apretada, cuantas veces me la he tirado en la buhardilla – Dijo Sabadelle sínicamente – Está muy flexible su hermana Don David, ojalá que como está del cuerpo, estuviera de carácter.Alondra no se podía aguantar, de lo que estaba diciendo mi amigo. Sabadelle, era un descarado a más no poder, lo peor de todo eso era que, lo que decía siempre era verdad. A mí tía Almudena, él se la estuvo tirando cuando se encontraron en Pamplona, para las fiestas de los San Fermines y mi tía estaba bastante enculada por mi amigo, quién obviamente solo quería follarla, pero no amarla.–Sabadelle, no puedo creer que te sigas expresando así de las mujeres – Lo reprendió mi padre – Eres muy malcriado.Mi amigo Sabadelle, no tenía remedio, la verd
Narra Alondra FerreyraAl fin, habíamos dejado la casa del padre de David y daba gracias a mi chico, por haber invitado a Sabadelle o todo hubiera estado fatal. Me sentía libre, de los hermanitos de David, de la mentada Almudena, de la estúpida de Irina y David bien que lo sabía, pues en cuanto Sabadelle, dijo lo del cine, mi chico no dudó ni por un momento, en decir que ya nos fuéramos y viéndolo así, había sido lo mejor, tanto, que no podíamos dejar de reírnos a bordo de la camioneta.–Lo siento mucho por lo de Irina – Me disculpé con Sabadelle – Lamento el que la corriera Don David de su casa.El señor David, todo el tiempo desde que nosotros llegamos, se dio cuenta que sus hijos me estaban agrediendo y luego al llegar su hermana Almudena y qué Irina se le unió, prácticamente había corrido a los 4 de su casa, comenzando con su hermana y con Irina.–Yo también, lo siento mucho amigo – Mi chico, se sentía apenado – Si quieres, antes de irnos al cine, pasemos a buscar a Irina.Mejor q
Narra Alondra Ferreyra–Hola, mucho gusto – Dije apenada – Yo soy, Alondra.Me apenaba el qué mis celos, siempre me dejaran pensar cosas qué no habían, qué me mal aconsejaran y qué reaccionara de una forma que no era normal.–Eso ya lo sé, la mexicana que ha flechado a mi amigo David. Pasen por favor, que no tarda en empezar a llenarse el lugar, David De María, debiste decirme que ibas a venir – Le recriminaba ella – Para así, cerrar el bar, para vosotros.Me había agradado Romina, al igual que Sabadelle, ella también se veía qué quería mucho a mi güero y que había estado dispuesta a cerrar su bar solo para atendernos, eran muy atentos los amigos de David.–No sabía que íbamos a venir hoy, Romina y te he traído un regalito que ahorita viene – Dijo David – Pasemos, además no tenía caso que cerraras el bar. Alondra quiere conocer, como se pone esto en las noches.El detalle de Romina, era muy tentador, pero así como habían dicho tanto David como Sabadelle, yo quería ver cómo se ponía un