Narra Alondra FerreyraPasamos días increíbles juntos, después de eso David y yo, a pesar de tener, que vernos poco tiempo, porque mi papá me había enviado, al taller mecánico de mi tío Juan a ayudarle. Una de esas noches, en que nos veíamos, noté que mi chico iba a verme, mucho más arreglado, de lo normal y no pude evitar preguntarle, antes de que se fuera, de la casa de mi papá.–Te amo, mi consentida – Me decía mi chico – Quisiera quedarme contigo, pero la veo difícil, aquí está tu hermana Anastasia y tus sobrinas.Así era con mis sobrinas aquí, era difícil que se quedara, ya que ellas, en cualquier momento podían entrar y lo iba a encontrar y a decirle a mi papá, mejor que evitáramos eso.–Sí mi amor y he quedado de jugar con ellas un rato, tenía tiempo sin verlas. Se las había llevado su papá.–Sí mi princesa – Me besó con ternura – Espero que la pasen bonito jugando hoy. Ellas te adoran, pero más que yo, nadie.–Amor, hoy has venido más guapo de lo normal ¿Saldrás hoy? Es vierne
Narra Alondra FerreyraYo estaba como loca golpeándola, donde se dejara, nada me importaba, ella se había burlado de mí y la culpa era de David.–Joder, en lugar de que ustedes ayuden a calmarla, más la han venido a poner peor – Les reclamó David a ambos – Son el colmo, ustedes.Cuando al fin nos separaron, una mujer, que era familiar de esa, lo supe por su facha, salió por ella y la metió a la casa. Yo estaba, por irme con mis amigos, cuando llegó una patrulla ahí a detenerme.–Buenas noches, me han llamado, para que venga a detenerla, por venir a armar un conflicto en propiedad privada – Me informó un oficial – Queda bajo arresto y tiene derecho a permanecer callada.Se bajó una compañera de él de la patrulla, quién me esposó y me subieron a la parte de atrás de la patrulla, delante de David, de Julio y de Javy.–Alondra, le vamos a llamar a mi mamá, para que te ayude – Me dijo Julio antes, que la patrulla arrancara – No te preocupes, siempre juntos los tres.–No se la pueden llevar
Narra David De MaríaEstando en la delegación, sentados esperando a que saliera Axel a darnos informes de Alondra, Javier, Julio y yo teníamos tres caras largas y al poco tiempo que Axel había entrado a ver a Alondra, llegó Lola ahí a la Delegación a echarle más leña al fuego, a declarar en contra de mi Alondra y su madre por igual y todavía la descarada, se atrevió a ir a saludarme.–Hola mi amor, supongo que estás aquí para sacar a la delincuente loca y tóxica de tu novia – Se reía con descaro – No te hagas ilusiones, que no saldrá, y de eso yo me encargo.Ni se imaginaba con quien estaba hablando, yo solamente había dejado que conociera, parte de lo que yo representaba, yo con una mano en la cintura, les podía asegurar que mi novia, salía porque salía de aquí, hoy mismo. –Ahórrate tus amenazas Dolores que, por tu culpa me está pasando esto con ella. No debiste abrazarme, sabes que no quiero nada contigo y que amo a Alondra – Declaré – Así que vete, lejos de mi vista, lo haces adre
Narra David De MaríaMe desesperaba ver la lentitud, con que trabajaba este hombre, mejor hubiéramos buscado a otra persona, veía que no se avanzaba en nada.–Axel, necesito ver a Alondra – Demandé con autoridad – Por favor, llévame con ella, porque me urge verla. – Le exigí. – Si eres muy bueno consígueme eso, tengo todo el dinero que se necesita. –Lo siento mucho David, pero el único autorizado, para pasar a verla soy yo – Respondió muy creído – Por ser su abogado. Me cayeron sus palabras como un gancho al hígado, que se creía, ¿cómo qué era el único que la podía ver?–Puedo pagar lo que sea por verla, Axel y necesito, que me digas ¿Cuánto va a ser de su fianza? – Pregunté alterado – No voy a permitir, que otro pague.–David, yo ya me hice cargo de pagar la fianza. Todo saldrá bien, ahorita entraré a verla para avisarle, que mañana a primera hora, ella saldrá en libertad – Nos informó Axel – No sé, si quieras, que le diga algo de tu parte.–No, solo quiero que me dejes ver a mi no
Narra Alondra FerreyraYo no podía dejar de llorar, no quería estar ahí recluida y estaba esperando a que Axel, volviera de nuevo a decirme, si me iba a poder sacar o no. Yo confiaba al 100% en él y estaba segura, que no me iba a dejar sola en este problema. Las mujeres, que estaban conmigo en la celda, se pusieron a platicar entre ellas y fue lo mejor, así no me hostigaban a mí.–Alondra Ferreyra Pérez – Dijo uno de los guardias – Venga conmigo, por favor.El abrió la puerta de la celda, para que yo saliera. Eso a mí me llenó de emoción, pensando de pronto que, ya estaba por irme de ahí.–¿Ya me puedo ir?, perdón ¿Ya he quedado libre? – Me atreví a preguntarle – Espero, que así sea.Dije esperanzada en que esto, fuera para que me dijeran, que ya estaba en libertad y que Axel, había logrado llegar a un acuerdo, para que me dejaran salir, no iba aguantar quedarme encerrada aquí.–No señorita Ferreyra – Respondió él – Tiene una visita de su abogado, en privado.–Gracias – Toda mi ilusió
Narra Alondra FerreyraYa la ropa que traía puesta me estorbaba, me gustaría darme un baño, pero eso lo haría después, lo único que quería era irme de aquí.–Por acá está el baño, te acompañaré y te esperaré afuera. – Me guió.–Gracias Axel.Fuimos al baño, yo entré y él me esperó afuera. Me cambié de la ropa que tenía puesta y me puse la ropa nueva y los zapatos que Axel me había llevado, estaba feliz y emocionada por irme al fin de ese lugar. Cuando salimos de la Delegación, Axel, me tomó de la mano, porque había escalones y para que no fuera a caerme. Esas horas eran para mí, de madrugada y no contábamos, con lo que nos estaba esperando afuera.–Alondra – Gritó David furioso – Pero ¿Qué coño significa todo eso? Me cago en la hostia, ¿Qué haces con éste? Y ¿Con qué derecho te toma de la mano? Tu novio soy yo, tu dueño soy yo, tu hombre soy yo, así que suelta a este desgraciado.David estaba como un loco, poseído de celos, pero no me importa, porque era a la persona, que menos quería
Narra David De MaríaMe quedé cabreado al máximo al ver que mi amada Alondra, se largó con el desgraciado de su abogado, dejándome como un reverendo pendejo, ahí afuera de la Delegación a pesar que le estuve gritando, cómo loco. Estaba furioso a morir. Con todo ese coraje, me subí al auto y me fui al Tec. Llegando allá, me encontré para colmo en la entrada, con Javier y con Julio, quienes al verme se me acercaron, para abordarme.–Hola, David, ¿Cómo estás?, ¿Qué novedades nos tienes de Alondra? – Javier llegó y me preguntó – Espero que ya esté, por salir de la Delegación.Si tanto quieren saber de ella, porque no fueron a buscarla a la salida de la Delegación, así como lo había hecho yo, para que se dieran cuenta de la clase de persona, que era su amiga, la veían, como si fuera una santa y de santa, no tenía nada.–Hola, David – Julio me saludaba también – Sé que no debe de haber salido aún o estaría ya aquí, tenemos clases en una hora.–Hola a ambos – Respondí alterado – Ella, ya sal
Narra David De MaríaA mí me habia pasado igual con ella, pues antes no había pasado por eso con nadie, era como si nunca hubiera querido a nadie, solo era ella y solo ella, no había nadie a la que hubiera querido como la quiero a ella.–Defiendo a Alondra con todos los años que la he conocido – Luis Miguel se apareció de pronto – Ella te ama David, eres el hombre con el que ella busca, su para siempre. A mí me lo ha dicho, que contigo sueña eso que nunca tuvo, su final de cuento y pienso que antes de seguir hablando mal, de la mujer que te ama, deberías estarte preocupando, de cómo pasó la noche en ese lugar y no me preguntes como lo sé, que Javy y Julio, me contaron todo lo que pasó.Me dijeron la verdad, así de golpe y yo, no tuve las fuerzas para seguir alegando nada más. Ellos tenían razón, Alondra solo me había demostrado amor, desde el día que empezamos a estar juntos, ella había perdido más que yo, en toda la relación y yo de estúpido solo la juzgaba y decía lo peor de ella, n