Narra David De MaríaTuve que comerme mi orgullo, dejándolo hundido en el fondo de mi corazón y fui a casa de Don Manuel, para ver a Alondra quién seguramente había llegado a Morelia, antes que mi madre y yo, la llamé cuando ya estaba cerca de su casa, pero no tuve respuesta alguna de su parte. Así que decidí simplemente aparecerme por ahí con la esperanza que ella estuviera en casa y que no se hubiera salido con sus amigos. Necesitaba hablar con ella, con mi consentida y cuando toqué la puerta, su padre se asomó y me la cerró en la cara y cuando iba a volver a tocar, fue Don Manuel, quién volvió a salir.–Buenas tardes, David ¿Cómo estás? – Me saludó, con un tono, poco amistoso.Me imaginaba, que le habían contado la historia y por lo que veía, yo era el culpable. Si tocaba defenderme, me defendería, acepto tener parte de culpa, pero yo no lo había provocado.–Buenas tardes, Don Manuel. No tan bien como quisiera, Usted, ¿cómo está?–Igualmente, no tan bien como quisiera, ven vamos al
Narra David De MaríaMi corazón no estaba preparado, para una ruptura con Alondra, no ahora, porque había pensado, que lo nuestro duraría todo lo que nos restaba de vida, tenía mucho que decirle, mucho que amarla, no me quería dar por vencido.–Madre, me siento muy mal – La abracé – No pude ver a Alondra, Don Manuel, no me lo permitió y el gato ese que la recogió en Valle de Bravo, tiene toda la culpa.Dije bastante enojado, ese tipo no tenía, por qué meterse en lo que no le importaba, solo porque le había hecho eso, pues en ese momento, estaba bastante ebrio y no medía mis acciones.–David hijo, primero serénate y respira profundo – Me respondió mi madre – Ahora sí, dime con calma ¿Qué pasó con Don Manuel?–El ya no es el mismo Don Manuel, que conocíamos tú y yo madre – Le expliqué – Todo tiene que ver, lo que ese gato, le dijo o la misma Alondra, creo que lo nuestro se ha perdido, ella no me contestó una llamada, que le hice antes de aparecer en su casa.Esa hubiera sido la diferenc
Narra Alondra FerreyraEscuchaba a mi David hablarme, pero era inútil, no podía abrir los ojos o no sé, lo que estaba pasando. Luego de un rato, no sólo escuchaba a David, también escuchaba a Carmen y ella estaba muy preocupada por mí y cuando por fin pude abrir los ojos, ambos me miraban preocupados y me tenían oliendo alcohol y mis pies estaban en alto, tenía trapos en la cabeza y no sé qué más.–Alondra, ya has despertado mi consentida – David me dio un beso en la mano – Estoy preocupado, mi princesa porque te desmayaste.No entendía que era lo que pasaba, solo estaba dormida y me despierto con todo esto y ellos con cara de espanto. –Alondra, todo esto, no me está gustando hija – Me dijo Carmen –Tengo que avisar a Manuelito, a tú padre.Si de él precisamente salí huyendo de la casa, me va a impedir seguir viendo a David, pues mejor hubiera sido, que lo dejara pasar hoy, cuando fue a la casa, que afán de estar complicando las cosas. –No Carmen, no por favor. No quiero que lo hagas
Narra Alondra Ferreyra–No Carmen – Lo que dijo, me asustó demasiado – Mi papá es muy necio cuando se enoja y no quiero afectarlo. Lo quiero mucho y también a ti. David y yo, ya estamos bien y estamos mejor que antes. En serio, no hay que hacer esto más grande.–No lo hago porque se haga más grande Alondra, tú papá quiere que pases tiempo en tu casa y todo esto que pasó, tiene que ver con muchas cosas, no solo por lo que pasó en ese evento – Carmen se veía preocupada – Ustedes, no están viviendo un noviazgo de manera normal, los novios normales, no pasan las noches juntos, al menos no todas y cada uno tiene una vida que hacer además de su relación. Por eso este problema se salió de toda proporción, porque no están viviendo bien la relación, debe cada uno darse su tiempo y su espacio.–Sí madre, tienes razón pero yo no quiero que Alondra vuelva a su casa, tengo que estar bien porque tengo que dar asesorías y ella es mi motor para vivir – Dijo David, abrazándome mucho – No quiero perder
Narra David De MaríaAl día siguiente, mi madre subió a mi recámara para despertarme. Ella era rara la ocasión que hacía eso y me sorprendió mucho que lo hiciera. Además era muy temprano aun. –David, despierta hijo. Por favor – Me pidió mi madre – Lamento despertarte, pero abajo está Manuelito, el padre de Alondra y ha venido por ella.–Madre – Abrí apenas un poco los ojos – No lo dejes que se la lleve madre, mi princesa sigue dormidita.–Lo sé hijo, por eso he venido a despertarte. Necesito que la despiertes, por favor porque Manuelito está en un plan muy difícil y ha venido a llevársela. Despiértala hijo y ahorita bajan, por favor.No iba a permitir que la alejaran de mi lado, ella tenía que haberlo convencido, estaba seguro que le diría la verdad, de que Alondra estaba aquí, pues no era de las que mintieran, pero al menos le hubiera dicho que luego iríamos a su casa, no sé, algo que nos diera más tiempo para estar juntos.–Pero madre, yo no quiero que nos separen por favor, te lo
Narra David De MaríaLe estaba reclamando a su padre y estaba de acuerdo, no debía tomar decisiones por los dos, porque creo que pensó que la estaba ayudando, cuando nosotros nos conocemos y ciertamente, me había costado mucho tomar la decisión de ir en su búsqueda. Mi madre estaba de testigo. –Hija, sé que piensas, que ahora todo está en tu contra pero no es así, David y tú no están llevando esta relación, de una forma correcta – Le dijo Manuel – Carmelita y yo, lo estuvimos hablando.–Qué bueno, que ustedes entonces ya están de acuerdo – Interrumpí – Díganos ¿Cómo debemos llevar la relación? Si Alondra y yo, no sabemos hacerlo.–David, no seas grosero – Me dijo mi madre – Es lo que ayer, les estaba diciendo yo. Solo eso. Deben llevar su noviazgo, de una forma más normal y ahora que Petra no está, lo primero que hemos acordado Manuel y yo, es que Alondra se irá el tiempo, que su madre no esté a su casa como debe ser y estará con su padre.–Está bien madre – Dije resignado – Supongo,
Narra Alondra FerreyraEse día que me separé de David, me sentía desecha y muerta en vida. Desde que empezamos a andar juntos, nunca habíamos tenido que separarnos y todo el camino a casa, no pude evitar llorar. Mi padre, por supuesto lo notó y quiso, que lo habláramos.–Sé qué piensas, que esto es horrible, Alondra, pero trata al menos de entenderme un poco, por favor hija – Mi padre me miraba fijamente – No es nada bueno, lo que están haciendo David y tú, este último pleito que se aventaron, les hizo mucho daño y es mejor, que se separen un poco y que al menos en lo que tu madre no está, vivan ustedes dos, un noviazgo normal.Porque ellos ya vivieron sus vidas, tendrían que dejar que nosotros viviéramos la nuestra, se quedaron estancados en el siglo pasado. Si estamos cometiendo un error, somos nosotros.–No quiero hablar papá y es en serio – Bajé la cabeza – No tengo nada que decir, sólo que me parece horrible, que a pesar de que sabes, que yo he tenido la culpa en toda esta situac
Narra Alondra FerreyraBajamos a comer y comí casi sin ganas y más que nada, por el compromiso de que si mi hermana llevó de los pollos que me gustaban, yo no les iba a hacer el feo. Después de comer, tomamos café y fue como si me hubiera tomado un somnífero, porque me dio un sueño terrible, subí a mi recámara y me acosté en la cama, cerré mis ojos y después, escuché a David hablarme, lo que me llevó a pensar que al menos mis sueños, eran buenos conmigo porque lo estaba soñando a él, a mi David, al amor de mi vida.–Alondra, mi amor, mi consentida despierta – David me besó y yo lloré de la emoción – No es un sueño, es la realidad preciosa. Estoy aquí a tu lado en tu casa y en tu cama.No lo podía creer, mi chico estaba en la casa, en la recámara y no era un sueño, como había pensado, cuando empecé a sentir sus labios. Era la manera más dulce de despertar, con los besos de mi chico.–David mi amor – Abrí los ojos – No sé cómo has hecho para entrar, te extrañaba tanto. Ya hasta me inscr