—No sé qué decirte, he venido para darte una información alarmante y resulta que tú me has dejado helado con la tuya.
—Deben estar alerta ante cualquier ataque. Que tu gente no salga a cazar a solas, es mejor que vayan en grupos grandes.
—Sí, eso haremos. Contesta mirando las escaleras. —La humana, ¿Quién es? Pregunta curioso.
—¿Por qué te importa saberlo? Contesta Eren dándose la vuelta.
—Me he sentido atraído por ella. ¡Es una hembra muy hermosa!
Las palabras de aquel alfa hicieron que detuviera sus pasos en el acto ¿atraído dijo? Era típico de Lucas, no podía ver una mujer nueva porque se le iba encima como un animal salvaje. Ya había tenido ese problema antes con las mujeres solteras de su manada, siempre andaba detrás de las chica
Frustrado y desesperado el alfa se despojó de sus pantalones conjuntamente con el bóxer. Nuevamente acomodándose en medio de las piernas de Valentina. Para ese entonces logro sentir a carne viva la piel expuesta del sexo de su luna. En ese momento se perdió, volviéndose un animal en busca de placer. Tomo ambas piernas de la castaña elevándolas un poco hacia adelante mientras no paraba de besar sus labios. Su p3ne parecía tener instintos propios ya que por sí solo buscaba la cavidad del sexo de Valentina, hasta que la encontró para cuando la punta se posiciono en los pliegues de su vagin@ ella gimió.—¡Cielos! Estas caliente. Jadea mordiendo sus labios con fuerza.—¡Serás mía! Exclama entrando poco a poco en ella.—¡Ahhhh! Clamo enterrando las uñas en la espalda de Eren. —¡Duele! Frunce el
El alfa solo sonríe con picardía ante el llamado de su luna, muerde sus labios al divisar el trasero de su amada. Era redondeado y pomposo, lo que agrando las ganas de hacerla suya. Miro su p3ne notando que ya se encontraba lubricado por sus propios fluidos, lo masturbo un poco empapando un poco el resto. Condujo su masculinidad hasta el sexo de Valentina adentrándose poco a poco en ella. —¡Aaaah! Valentina pego un chillido al sentir la dureza en su interior.—Soy lo más cuidadoso que puedo. Susurra aferrándose a sus caderas.Eren entraba y salía de ella lentamente embistiéndola por completo… pasados algunos minutos las quejas de Valentina fueron reemplazadas por gemidos conjuntamente con un cierto movimiento de caderas torturador para el alfa. De una lado para otro ella movía el trasero seductoramente, al almohada era amusgada con insistencia c
Eren junto con sus hombres al fin lograron llegar a la manada que fue atacada encontrando todo un desastre, pero lo más extraño de todo era que no habían cuerpos. Solo los rastros de sangre y muchas casas destruidas. El alfa olfateaba todo el lugar manteniéndose alerta por si aparecían esos lobos. De inmediato percibió el aroma de esos animales, pero solo eso el de ellos. No había ningún rastro de otro aroma distinto. Nada tenía sentido, ¿de dónde habían salido esos animales?—Aquí no hay nada alfa, este lugar esta desolado. Le dice Deon.—Quiero que revisen bien, busquen donde están los cuerpos. No pudo desaparecer una manada entera por si sola.Sus lobos se dispersaron por todos lados escudriñando cada rincón de la manada, Eren por su parte indagaba minuciosamente los alrededores de esas tierras. Olfateaba l
Se dio la vuelta para correr agradeciendo que mantuvo su forma lobuna, pero eso le fue inútil… al intentar alejarse de Eren el lobo plateado apareció ante el con el lomo engrinchado y mostrando su potente dentadura afilada. De su hocico brotaba mucha baba y sus ojos eran un par de armas que lo mantenían vigilado.—¿Qué es lo que buscas? Pregunta Eren al sujeto que no conocía. Era un lobo albino, y por lo que podía ver en él era un alfa.De ellos se decían que eran muy orgullosos, lobos que no les agradaba mezclarse con otros lobos que no fuesen de su mismo color de pelaje. Aunque su padre el rey fuese un lobo albino jamás se comportó como tal, incluso se casó con una humana. —Eren… es bueno verte en persona. Lucían le responde. Ambos caminaban en círculo sin apartar la vista del otro. —Pero lamento no p
Removió su cuerpo en lo que sintió que era la cama sintiendo la suavidad de la cobija sobre su cuerpo, medio abrió los ojos teniendo la sensación de haber tenido una horrible pesadilla. La oscuridad en la habitación era sepulcral, solo la tenue luz que se colaba por la ventana era lo que le daba algo de luminosidad al cuarto. Medio se incorporó en la cama y fue cuando diviso una enorme figura sentada en las sombras tuvo el instinto de gritar, pero solo un grito ahogado se quedó sin salir de su garganta.—¡Dios mío! Fue lo que logro decir a cambio.—Soy Eren. El alfa se pone en pie para sentarse en la cama. —¿Cómo te sientes? Ella lo miro solo por unos minutos intentado asimilar lo que estaba pasando ya que cientos de pensamientos iban y venían en su cabeza.—¿Todo fue un sueño? Pregunta ella confundida.
Lucían regresaba a las tierras donde habitaba, todo su cuerpo estaba bañado de su propia sangre. Camino hasta un pequeño arrollo nada profundo, más bien era un charco pero el agua era limpia. Se arrodillo en el fango y ante el mismo acunando las manos tomó un poco de agua, luego empezó a limpiar su cuerpo quitándose toda la sangre seca.—M@ldito Eren me has dejado hecho mi3rda. Masculla limpiando la parte más dañada de su cuerpo, su oreja estaba casi destrozada. —Necesito alimentarme para recuperar fuerzas. Golpea el suelo con el puño cerrado. Era muy débil para enfrentar al desgraciado de Eren el solo. Ni siquiera con ayuda de sus muchachos logro debilitarlo. Necesita a Bardas cuanto antes.—Pagaras por eso muchacho. Ya lo veras, cuando tenga el poder necesario tú, tu gente y esa humana apetitosa pagaran por todo.
Lucían atacaba con todo lo que tenía, pero la joven loba defendía su vida a toda costa mordiéndolo todo lo que pudiera el cuerpo de su enemigo. Si, le hacía daño pero no era para tanto. Por ende con el fin de terminar con aquella ridiculez lucían le dio el golpe final a la chica lanzando su cuerpo contra un árbol lastimando irremediablemente sus costillas. A duras penas intentaba arrastrarse lejos de él mientras sus quejillos lastimeros se hacían más débiles. — ¡Que tonta eres! ¿Acaso nadie te dijo que no salieras por las noches? Hay muchos peligros por estos bosques lindura — Gruñe acercando su hocico hasta tomarla por una pata volviéndola aventar pero esa vez cerca del arroyo —Se acabaron los juegos. —¿Por qué haces esto? somos de la misma especie. Los lobos albinos no nos atacamos — Reclama cuando su cuerpo no aguantaba el dolor y termino por regresar a su estado humano. —Cómo puedes ver, esas reglas no van conmigo.
—¿Me estás diciendo que tú eres el príncipe de los hombres lobos? —Si. —El chico sonríe con dulzura. —¿Eso te incomoda? —No, pero me sorprende. Creo que eres como una cajita de sorpresas. ¿Hay algo más que deba saber? —Si, como futuro rey necesito una reina a mi lado, y en vista de que tú eres mi luna pues… ¿quieres ser mi esposa? ¡Por dios! eso no se lo esperaba esa tarde. ¿Casarse con un príncipe lobo? ¿Debería? Mordió sus labios en señal de duda… todo era muy rápido, aún seguía sin recordar nada de su vida pasada y ahora un hombre lobo le estaba proponiendo matrimonio. —Entiendo si no quieres aceptarme, comprendo que todo esto es mucho para procesar. Fuera de eso, aun no recuperas tu memoria puedo entender que me rechaces Valentina. Pero al menos, podrías quedarte a mi lado. Tú eres muy importante para mí. —Gracias por comprenderme. —Responde bajando la mirada —Siento que to