NinaMi padre estaba sentado detrás de su antiguo escritorio, con el brillo de la madera de nuez reflejándose en sus gafas. Eran momentos como éste, cuando su rostro jovial tomaba un tono más serio, cuando ese hombre no era solo mi padre; era el Rey Alfa."Siéntate", ordenó, señalando las sillas de
NinaLa sala se quedó en silencio después de la revelación de Tyler."¿Crees que debería visitar a tu bruja?", pregunté, un poco desconcertada."Sí", dijo Tyler, dando un paso adelante. "Escucha, ella me ayudó mucho en los últimos meses. Creo que también podría ayudarte a ti".Hice una pausa y miré
NinaCuando me desperté a la mañana siguiente, el sol ya se filtraba a través de las cortinas y proyectaba rayos dorados de luz por toda la habitación. Al bostezar, me di la vuelta y vi que Enzo ya estaba despierto y caminaba por la habitación, guardando sus cosas en la mochila."Te levantaste tempr
NinaLa tensión en la habitación era tan densa como para cortarla con un cuchillo. Los ojos de Enzo se entrecerraron, fijos en el ladrón atado a la silla.Me paré cerca pero no muy cerca, mi propio lobo cosquilleando con cautela dentro de mi cabeza. Sentí una extraña mezcla de alivio y aprensión al
NinaEl ambiente de la habitación seguía cargado cuando todos nos retiramos a la oficina, dejando al ladrón cautivo solo pero bien atado. Cuando la puerta se cerró detrás de nosotros, sentí que el nudo de aprensión que tenía en el estómago se aliviaba un poco."Bien", empezó Enzo, pasándose la mano
La habitación se quedó en silencio, nuestros pensamientos eran demasiado pesados para las palabras. El peso de lo desconocido flotaba en el aire, una sombra que se negaba a levantarse. Finalmente, Enzo rompió el silencio y llamó al pasillo donde estaban Luke y Matt."Matt, Luke, sean rápidos. Mientr
NinaUn ultimátum. La palabra flotaba en el aire entre nosotros, como una nube de tormenta que amenazaba con estallar. Sentí que se me abrían los ojos y se me aceleraba el pulso. ¿Un ultimátum? ¿De Enzo, de todas las personas?"¿P-Por qué?". La palabra salió de mi boca antes de que pudiera formular
EnzoEl peso del ultimátum de ayer era una piedra en mis entrañas mientras caminaba hacia los túneles.Seguía viendo la cara de Nina, esa mirada de conmoción y traición, como si hubiera arrancado el suelo de debajo de ella. No quería hacerlo. Dios, me odiaba por eso, pero era un muro que no podía tr