Caminé en dirección al despacho de Héctor, decidida a correr el riesgo de verme con él a plena luz del día y entre miradas curiosas que podrían preguntarse por los motivos que yo tendría para estar en la oficina de uno de los productores ejecutivos, pero la verdad era que estaba tan extrañada por lo que había ocurrido hacía solo unos instantes entre Héctor y Anthony, al igual que por las novedades que mi tigre pudiera saber sobre la persona que nos vio en el depósito del restaurante de Ramsay, Que consideré que el riesgo valía la pena, pero en el momento en que mis pasos Me sacaron del edificio central del hotel, sentí una mano que tomaba la mía y me jalaba.—¡Anthony! —exclamé sorprendida al reconocer la cara del sudafricano.— Esmeralda necesito hablar contigo —dijo sin haberme soltado la mano— Es urgente que lo haga. ¿Me darías 15 minutos de tu tiempo?—Sí claro lo que necesites. Hoy no tenemos prueba, así que dispongo de casi todo el día —contesté.Vi una gran sonrisa en su rost
Lo ocurrido no dejaba de taladrarme la cabeza. Cuando Gerardo me llamó, diciendo que Esmeralda acababa de ser forzada a entrar a la habitación de Anthony, corrí los quinientos metros que me separaban de ella en menos de tres minutos y, con la universal que siempre llevaba en mi bolsillo de la chaqueta, abrí la puerta de la habitación para encontrarme al desgraciado encima de mi chica, con sus asquerosas manos casi sobre su pecho. La ira que me invadió nunca la había sentido en mi vida y espero jamás tener que volver a experimentarla, porque sé que me transformó en una bestia irracional que hubiera podido matar a ese hombre a puños de no haber sido por los tres policías que fueron necesarios para controlar mis brazos.—Lo lamento mucho, señor — dijo Gerardo después de que hubiera sido superado el impase—. Debí haber actuado desde el momento en que vi que ese hombre sujetó a Esmeralda.—No, Gerardo, actuaste bien, seguiste mi orden de no intervenir y dejar que ese miserable se enterara,
Tuve que llamar al servicio a la habitación y solicitar un somnífero, porque no lograba dormir. lo que había sucedido esa mañana seguía estremeciéndome y cada que cerraba los ojos volví a ver el rostro, inyectado en una mirada de odio, de Anthony, de quien jamás hubiera creído posible algo semejante. Antes de tomarme la pastilla, tuve que pedirle a Nicole que debía despertarme el otro día, a como diera lugar, y hasta la hice jurar que, de ser necesario, me lanzaría agua a la cara con un vaso. Tuve suerte de que Nicole no tuviera que recurrir a tanto y aunque todavía estaba algo cansada, pude despertarme a la hora en que Verónica debía alistarse para ir al centro educativo. La veía muy contenta, el cambio había sido definitivo y no solo hablaba ya de varios amigos, sino que. cada vez con más frecuencia, hablaba con frases completas en inglés y debo confesar que a veces era un poco molesto escucharla, porque no hacía otra cosa sino “spanglishear”, algo que odio oír, pero su sonrisa
Como hubiera previsto, esta prueba rápida pareció ser diseñada para que Daniela ganara. En menos de un minuto ya había vertido toda la crema pastelera sobre el ponqué y en el minuto siguiente lo tenía ya casi alisado con el cuchillo pastelero, mientras hacía girar la bailarina a mil revoluciones por minuto; fue increíble ver lo hábil que era. —Nos has dejado impresionados a todos —dijo Michelle hablando por los que estábamos presentes y no conseguíamos concentrarnos en nuestro propio alisado por ver a Daniela—. En verdad que incluso superas nuestras expectativas. Antes de dos minutos, Daniela ya estaba dando los últimos retoques a su pastel y, según el criterio de los jueces, ya era suficiente. Era la primera en conseguir el privilegio de escoger a su pareja para la siguiente prueba. Para ese momento, yo apenas había logrado verter la crema pastelera sobre la masa e iniciaba mi alisado, pero resultó ser mucho más difícil de lo que creía. Mi experiencia con pastelería era muy poca,
Ahora que Esmeralda estaba de nuevo en el concurso y ese día se encontraba presentando la prueba que debía llevarla a la semifinal, me sentía no solo más tranquilo, sino que incluso sonreía con más frecuencia, y así me lo hizo notar Gerardo cuando nos reunimos para hablar sobre los detalles del caso de Anthony, porque mi propósito era mantenerlo en secreto, no solo porque podía afectar la reputación del hotel y del concurso, sino también por la información que el sudafricano tenía sobre Esmeralda y yo.—El detective que lleva el caso insiste en tomar nuevas declaraciones a Esmeralda, señor —dijo Gerardo que venía de la comisaría—. Dice que con lo que tiene, no es suficiente para montar el caso.—¿Qué? ¿Pero cómo es eso posible? —pregunté, algo molesto— El tipo intentó violentar a Esmeralda, la policía llegó y lo atrapó en el acto.—Señor, solo le transmito lo que me dijo —contestó Gerardo—. Según le pude entender al detective, no hay ninguna prueba material que pruebe el intento de
Recorrimos el museo durante la hora que nos dieron en la prueba, orientadas por una guía que nos mostró no solo algunos de los platos más típicos de la cocina bahameña, sino que también nos explicó el origen de varios de los ingredientes utilizados en esas recetas, varios de ellos provenientes o bien de Europa o de otras islas del Caribe y que fueron introducidos durante la colonización.—Sin embargo —dijo la guía, que afortunadamente dominaba el español—,El principal ingrediente en la cocina bahameña es el conch, que es como se conoce a la especie de caracol más común en las islas.Intercambié una mirada con Daniela, en la que nos dijimos que, por muy tradicional y típico que fuera ese ingrediente en la culinaria de las Bahamas, por nada del mundo íbamos a preparar, mucho menos a probar, caracoles. Pero lo que dijo la guía a continuación replanteó nuestra decisión.—La carne de este caracol también se utiliza para hacer unas hamburguesas que son muy apetecidas por los bahameños. Co
Trituramos los caracoles en el metate, y extrajimos la mayor cantidad de grasa que pudimos. Habíamos decidido usar una parte para usarla como elemento graso, y otra como guarnición del plato de arroz marinado que íbamos a presentar para la prueba. Daniela tuvo un excelente idea de recurrir al método de cocción utilizado para la preparación de la paella, aprovechando los elementos rústicos de la cocina, y así obtener un arroz freído y de grano grande que tuviera la consistencia ideal con los mariscos y preparación de pescado que le añadimos. Preparamos también una ensalada con queso de cabra, mango, coco y otras frutas de las islas, a la que aderezamos con una salsa, algo picante, que simulaba una especie de switcher, una bebida muy tradicional en Las Bahamas. —Creo que nos ha quedado perfecto —dije cuando probé el arroz y después de llevarme una cucharada de ensalada a la boca.Daniela lo probó y estuvo de acuerdo. — valió la pena el sacrificio que hiciste — dijo después de p
Esa noche pude regresar temprano al hotel, distinto a lo que había sucedido la última vez que presenté una prueba. Se sentía tan bien ganar. Bajé al Boca Canoa para cenar con Verónica y mientras comíamos las dos, y ella me contaba todo lo que había hecho ese día con sus nuevos amigos y amigas, me sorprendió ver a Héctor entrar al restaurante, y no solo eso, sino que se aproximó a nuestra mesa y lo hizo tan seguro y confiado en sí mismo, que por un momento temí que hubiera enloquecido o por alguna razón creyera que yo ya no estaba en el concurso.«¿O se le olvidó que no he sido eliminada? ¡Qué hace, loco!», pensé en el instante en que, como si me acabara de chuzar un alfiler en la cola, me levanté para detenerlo, pero lo hice demasiado tarde y él se sentó con toda propiedad con nosotras. Miré a mi alrededor, pero solo entonces caí en cuenta de que prácticamente estábamos solos en el restaurante. Los demás concursantes seguían en la casa-museo, a la espera del veredicto de los