Ella asintió y mientras lo veía bajar molesto maldiciendo a quien llamaba, volvió a sentir el vacío que dejaba en su cuerpo … negó en silencio y cerró los ojos … “estoy en problemas” reconoció internamente … cada vez era más intensa la manera en la que su cuerpo le respondía.
—Tiene que ser porque es la primera persona con la que estoy… - se dijo y luchó por creerlo.
Volteó a ver el emparedado y su estómago le exigió tomarlo, se levantó y se amarró la sábana al cuerpo para comer de prisa, abajo podía escuchar a un Caleb malhumorado discutir con la persona que le había marcado.
—Es tan diferente— reconoció, poco a poco conocía más facetas del rubio.
Mordió el emparedado y de pie, prestó
—¿Y ahora qué debo hacer? – se preguntó preocupada la cobriza al ir subiendo las escaleras que la llevarían a su habitación en el campus universitario“Ay no … pero yo sola me metí en esto” pensó resignada y después se molestó “No, el idiota de Caleb también lo hizo y la de los problemas solo soy yo”Suspiró profundamente antes de girar la perilla de la puerta de su habitación, eran más del mediodía y ella seguía con la misma ropa de ayer…esperaba que Kristel no le dijera nada.—¡Hola!… ¿Uh? – Saludó alegre y después frunció el ceño a no ver a nadie.—De este lado, Leia— la voz de Kristel hizo avanzar hasta su sector.—Hola— saludó nervio
—Llegas tarde— comentó al verla atravesar una de las puertas de cristal del edificio.—No sabía qué ponerme — Confesó y mordió su labio nerviosa.Al final había optado por unos jeans desgastados y una blusa de tirantes beige, ajustada del busto y suelta desde abajo del mismo, traía en la mano una pequeña maleta y un ligero suéter para más tarde.Caleb prestó atención a su cuello expuesto y al escote de su blusa que era opacado por un largo colgante de flores esmeraldas, sonrió al ponerla nerviosa.—¿Esa es tu ropa? – le preguntó mientras le quitaba de la mano la negra maleta.Leia asintió nerviosa después de que él le tomara la mano y la incitara a caminar, era el primer fin de semana que pasarían juntos los dos,
Leia seguía sintiendo su corazón nervioso y el cuestionamiento del rubio seguía estremeciéndola más que sus caricias, o la promesa de lo que ocurriría entre ellos esa misma noche y las horas que le siguiesen, avanzó siguiéndolo y chocó contra él al haberse detenido abruptamente.—¿Qué? — preguntó desorientada.La mano del rubio la apretó inconscientemente – Scar-Scarlett — la voz del ojiazul fue profunda.Leia salió de tras él y observó a la mujer que solo tenía ojos para Caleb en ese momento, luego volteó a verlo a él y su mirada había cobrado profundidad, seguía apretándola de la mano, pero estaba segura que ya no sabía que estaba a su lado… ¿quién sería esa mujer?La puerta del ele
—¿A dónde? — preguntó el robusto hombre al verla por el retrovisor. Leia luchó por no hipear y secó sus lágrimas que seguían cayendo —a… al campus universitario, por favor — dijo y evitó ver al hombre que ya la había notado llorando —al sector de dormitorios del ala oeste — Especificó mientras su mirada se perdía entre el verde de los árboles que se trasformaban en postes y edificios conforme avanzaban. “Soy una estúpida” pensó dolida… solo a ella se le ocurría confiar en Caleb, era él el que la estaba manipulando y era ella la que se lo permitía, no había nada entre ellos, aunque a veces le pareciese lo contrario, sus ojos volvieron a aguarse y su vista se distorsionó… ¿por qué le habían dolido tanto sus palabras? ¿porqué de verdad se sentía identificada? ¿o porqué en ellas sintió que él ya la había catalogado como una de tantas? Su cabeza era un nudo, ella siguió derramando silenciosas lágrimas.
Observó su móvil al levantarlo de su pecho, lugar donde lo había dejado hace cinco minutos… otra vez estaba igual, estaba a punto de salir de su vida y él lo estaba permitiendo, dudó una vez más… su orgullo era mucho, pero también lo era esa sensación de insatisfacción que Leia seguía dejándole… ya no solo de su cuerpo.¿Por qué sentía que estaba perdiendo?El timbre de su departamento llenó la estancia y él se levantó molesto a abrir la puerta luego de un momento, su semblante se endureció al ver a la persona que estaba frente a él y viéndolo molesto.—¿La corriste? — preguntó el alto joven de coleta.—No es tú maldito asunto— lo cortó al instante y quiso cerrar la puerta, pero su primo se
Cerró los ojos preocupada al sentir que sus sentimientos y sensaciones la desbordaban y no lograba entenderse. Luchó por ordenar sus ideas… ¿amaba a James?...sí, todavía habían rastros de ese amor; por eso las palabras de Caleb le dolieron tanto, porque se sintió identificada y porque seguro James la creería una falsa; por eso no había tenido el valor de hacerlo callar y confesarle todo, aun cuando sabía que eso era la correcto para comenzar a enmendarse.Una brisa fresca ondeó su cabello, y el ruido de los dos edificios de departamentos estudiantiles se escuchaba casi a lo lejos.—Pero…— dijo y se detuvo, no tuvo el valor de decirlo en voz alta.Pero también estaba Caleb… le recordó su patética conciencia… ese estúpido y arrogante sujeto la confundía… recordaba la
Su cuerpo tembló al perder la fuerza al haber estado una vez más en ella… acarició su negro cabello y jadeó en su oído…Leia otra vez se había entregado completamente a él, tenía que ser para él, tenía que serlo.—Leia— la nombró roncamente cuando se forzó a retirarse… el lugar era inapropiado y hasta ahora le importaba — ¿Leia? — volvió a nombrarla y la mano de la chica que estuvo aferrándose a su espalda resbaló despacio por su cuerpo… la vio suspirar agotada y con los ojos cerrados.Negó en silencio sin saber qué esperar, acomodó su pantalón y cubrió a la joven al reacomodar su camisa, tomó asiento tras el volante segundos después de haber salido y rodeado el auto…había tapado el cuerpo semidesnudo de la chica con un
Él sonrió —entonces hagamos un poco de ruido, Leia — mencionó sugestivamente y mientras una mano se presionaba contra su intimidad, sobre el short, la otra acariciaba sus senos bajo la ropa. Leia apretó sus manos contra la mesa al sentir el miembro del joven endurecerse… ella negó despacio y gimió cuando el aliento del rubio chocó en su cuello. —No sabes las ganas que tengo de estar dentro de ti — confesó el joven provocando un húmedo cosquilleó en la intimidad de la cobriza — penetrarte una y otra vez y hacerte gritar — volvió a decir al sentirla quieta, su miembro se hinchó todavía más por sus palabras — Quiero que te vengas conmigo… esta vez juntos— le dijo y la giró. Leia tragó ligeramente y su cuerpo se estremeció esperando su contacto… cualquiera, pero Caleb mantenía sus manos en la mesa, acorralándola y sus piernas estaban cruzadas entre ellas. —¿Juntos? — atinó a preguntar. &n