++Adal++ Ah, no quiero levantarme, pero debo hacerlo, me levanté de la cama sigilosamente para no despertar a la chica de mis fantasías, me apresuré a salir antes que ella despertara, mis intenciones era sorprenderla con un rico y jugoso desayuno. Ella tiene derecho de consentirla; mimarla, conquistarla, adorarla y hacer todo lo que mi corazón quiere hacer. Mis intenciones son buenas, no quiero hacerle daño porque ninguna mujer lo merece.Mi amor es la mujer de mis sueños.Mientras me encontraba en la pequeña cocina que hay en el apartamento, intentando preparar algo para llevarle.Es mejor que salga, voy a buscarle la comida. No, veré aquí que hay, si no pediré comida.Justo en el momento que iba a cortar la ensalada, mi teléfono empezó a sonar.Maldita sea, lo hubiese puesto en silencio, ni modo tengo que contestar. Corro hacia la habitación, lo tomo del buró y listo.—Dime —susurro entre dientes, mientras habla la otra persona por el móvil, yo voy a hacer lo que estaba haciendo—.
Me vuelvo a sobresaltar al ver esa imagen poderosa, ¡Dios, ese vestido que lleva se pueden apreciar sus piernas! Cierro mis ojos y antes que mi amigo despierte es mejor que piense en lo fea que es Lucero. Por nada del mundo quiero que ella suponga que soy un maldito pervertido.—Esta es nuestra casa —suelto de golpe.++Gisela++Ay… ¿Qué me ha pasado?Me remuevo con dificultad, siento mucho dolor por todo mi cuerpo... Principalmente, me duele demasiado la cabeza.Lentamente abro mis ojos. ¿Dónde estoy? Intento concentrarme y esforzarme a recordar, pero mi intento es fallido—Buenas tardes, cómo se encuentra, señorita —de pronto entra una doctora a la habitación—, tranquila, no deseo que se altere.¡Claro que estoy en el hospital! Es ahí que empiezo a comprender todo lo que hay a mi alrededor, hay muchos aparatos monitoreando mi palpitar, el oxígeno. ¡Madre mía! De inmediato mis ojos se agrandan y se van directo a mi mano y efectivamente hay un catéter en mi mano derecha conectado aun s
La interrumpo diciéndole que necesito hablar con mi amiga primero. Aaaahhh… Puede que todo esto sea una locura o que esté cometiendo un error. Eh, lamentablemente este embarazo y todo lo que me está sucediendo es producto de mis actos.Tengo miedo de que Adal se entere y me rechace.Al parecer la doctora es de las mujeres románticas porque me ha regalado una sonrisa acompañada de un “felicidades”. Ella se apresura a darme la receta que tanto quiero, aún no sé qué haré con el bebé, pero para mientras tengo que tomar esa receta, puede que algún día la necesite.¡Listo! Ella me la entrega en mis manos y con un, “gracias” me despido de ella, a paso lento salgo de ahí.Intento acelerar el ritmo de mis pasos, pero el temblor y el mareo en mi cuerpo me lo impiden. Saliendo de la habitación en la que estaba me llego a topar con la mirada preocupada de Lucero.Ella se levantó del lugar donde estaba sentada, corre hacia mí y me dice lo preocupada que estaba. Respiro profundo, intento que mis pa
++Gisela++Tengo una tristeza en mi corazón, mi mundo se ha derrumbado, no por un bebé, no, ya que no tiene la culpa, la culpa es mía por el simple hecho de no cuidarme, de no saber cómo es planificar; qué es lo bueno o lo que no sirve.Todavía me encuentro en shock, no sé qué hacer, por el hecho de que es una noticia de la que es difícil de olvidar.Un bebé no es un muñeco, no es un peluche, menos un animal al que debes cuidar y alimentar. ¡No sé cuidar a un ser vivo! Cómo se supone que la cuidaré, necesito un manual o ir a la escuela para que me enseñen. Ah, el pánico se apodera de mí, es que el bebé puede morir, no puedo y ni seré una madre de la que pueda cuidar a su pequeño de sangre.¡Puede morir o enfermar como la perrita fifí!Tengo ganas de llorar, mi mundo se está cayendo a pedazos y no puedo evitar mantenerme en un mar de lágrimas, lamentarme y quejarme por ser una persona irresponsable.Le mentí a Lucero de que estaba felizmente viendo TV, jamás podría divertirme o, mejor
(...)Han pasado más de tres semanas, casi llegando al mes y todavía no me he dado la oportunidad de ser sincera con Adal, no le he dicho por las llamadas y video que será padre, que me enteré hace un mes. Admito que soy una maldita cobarde y me he arrastrado a Lucero en todo esto porque la hice prometer que no le diría nada a él y menos a Alfonso, que la única persona que tiene todo el derecho soy yo, y no es que quiera ser una maldita hija de puta sin corazón, al contrario, no quiero que ella se moleste porque las cosas no salgan como las espera.Adal y Alfonso volverán en un par de días, eso no es todo, viene con sus padres, ya que tiene pensado alargar más las vacaciones.La situación ha empeorado, eso quiere decir que me tocará decirles la verdad frente a sus padres y aunque duela admitir que me dolerá su rechazo no tengo de otra que confesar. Mis síntomas dicen mucho, también el tamaño de mi vientre.¿Será que puedo ser una mujer fuerte y valiente? Sí, solo es la idea que no me
++Adal++Ya es tiempo de regresar, Gisela ha estado rara, algo que puedo explicar; no tiene tiempo para nada, siempre tiene una excusa y yo como un estúpido término de creérmelas.No la traje conmigo porque no quería que ella siguiera sintiéndose sola y encerrada, pero al parecer hice mal porque ella debe estar imaginándose que la he abandonado, que aquí estoy haciendo de las mías, hasta planeando como terminar nuestro matrimonio.Le daré una sorpresa, ella tiene que saber de una vez que mis sentimientos son verdaderos, que no hay nada turbio.Mi madre está bien de salud y emocionalmente, ahora ella quiere acompañarme, desea salir de su casa porque no soporta el encierro. No tengo de otra que llevarla, no quiero que muera en el intento o me culpe por no sacarla, aunque sea por unos días.Entre Alfonso y yo nos hemos encargado de agilizar los trabajos que teníamos pendientes porque necesitamos estar más tiempo en Praga. Sin embargo, ahora con mi desespero apresuraré mi viaje y mientras
++Gisela++Hoy me he levantado con ánimos de salir, me puse la ropa más linda y corrí hacia el auto, yendo al rumbo completamente desconocido. Ella es la que está al frente del volante, mientras que yo estoy con la vista al lado, viendo como pasamos los edificios y de cómo nos alejamos de la casa.No resistí mucho cuando llevé mi mano a mi vientre, recordando que no vamos sola, que una pequeña bolita dentro de mí nos puede estar escuchando.—¿Crees que nos quedaremos aquí? —mi pregunta hizo que ella empezara a toser—, no es para que te pongas nerviosa, solo quiero saber si crees que Adal piense que es bueno quedarnos aquí o debamos regresar.De pronto se me vinieron muchas preguntas a la cabeza, es que esta ciudad me gusta, pero también Berlín. Oh, es posible que regresemos por la vida y el trabajo de Lucero es allá, aquí está como una mi amiga y a la vez porque Adal se lo ha pedido.De pronto ella me contesta que le encantaría quedarse, pero también irse, ya que tiene presente que la
No, esto debe ser un maldito sueño, una pesadilla de la que me está atormentando para despertar. Me pregunto una y mil veces qué hace él aquí, ¿por qué no aviso?, pero si todo es un sueño, él puede aparecer cada vez que se le dé la regalada gana.Bajo la mirada y mis ojos se agrandan al ver que las cosas del bebé están por el suelo. Dejando atrás la pregunta si es real o un sueño me agacho con rapidez, empiezo a recogerlo al mismo tiempo de pensar y pensar en lo que voy a decir.No, eres una completa loca, es obvio que no es un sueño, el verdadero Adal de carne y hueso está esperando que le contestes, que dejes de ser por primera vez la mujer que lo evade, la no contarle la verdad.—Eh… Es que salimos a dar un paseo y creo que se nos olvidó llevar los móviles —y lo primero que sale de mi boca son mentiras tras mentiras, me reincorporo al mismo tiempo que cruzo mis dedos, que la presencia de Adal sea un espejismo—. No es un espejismo—susurro, contestándome a mí misma.—Claro que no soy