++Gisela++¡Ya es tarde!Con el corazón en la boca agarro mi cartera y voy casi corriendo hacia la salida porque Lucero no ha venido a mi habitación, quedamos en salir las dos y aprovechando que Adal no se encuentra en mi radar he decidido apresurarme.No quiero abandonarla porque me necesita, al igual que yo, las dos compartimos muchas cosas y una de ellas me puso a pensar, “irme con ella”. Me está acogiendo, no sé cuál será mi destino y por eso agradezco su amabilidad.Pase casi todo un día en su habitación y por primera vez creo que se ha quitado un peso de encima. Guardar tantos secretos.—Buenas, que bueno encontrarte, quiero decirte que tenemos que hablar —justo cuando iba a salir, Adal hace acto de presencia—, oye, calma, soy yo—se aleja de mí al ver que me he asustado.Volteo a ver y es más ni menos que Adal, llevo mi mano a mi pecho al sentir como mi corazón está a punto de salirse. Luego de unos segundos empiezo a ver de un lado a otro para asegurarme que Lucero no aparezca.
++Adal++¿Estará molesta?No quiero que se moleste, me pone triste... Intento decirle que mi amigo quería una cita con Lucero y que no pude negarme ante esa petición. Es algo de amor y no de una simple calentura. Espero que me perdone porque no soporto verla así.Ella se remueve en el asiento, y un silencioso dulce me recorre las entrañas. Oh, nena, me encanta cuando te retuerces y te sientes incómoda. No me ha dirigido ni una sola palabra en todo el camino, al parecer está disgustada porque no permití que ella se quedara con Lucero, lo que pasa aquí es que primero soy yo, además mis intenciones son; atenderla, consentirla y hacer que ella olvide a sus padres, aparte Alfonso tiene planes con Lucero y Gisela no está incluida ahí.Lucero tiene que comprender que el primero e importante soy yo y nadie más que yo. Acepto que soy celoso y controlador.Estaciono mi auto en el aparcamiento del hotel. Sí, mi plan es que Lucero fuera a la habitación y no la encontrara, ¡no puede ser, creo que
+—¿Me quieres? —pregunto, al tiempo que voy a abrir la puerta de su habitación.Al estar ambos dentro de la habitación lo primero que me encargo es de cerrar la puerta. Ella se queda quieta, espera que yo me acerque.Ella me quiere... está ardiendo por dentro... quiere que yo sea un hombre romántico pero dominante al mismo tiempo.Me acerqué a ella, mis labios tocaron los suyos y me deleité con su entusiasmo por besar. Tengo una mano en su cabello, el otro está en su barbilla.Confirmado, estoy loco por ella, no puedo evitarlo.—Eres un hombre lleno de sorpresas —susurra sobre mi boca—, y me gusta—dice tras arrancarme la camisa, tirando desde los hombros; me quitó la camisa de botones y la tiró al suelo. Mientras nos besábamos, llegué hasta su muslo y bajé por el dobladillo de su falda.Levanté más su falda, pero luego la solté, me alejé un poco de ella y agarré sus caderas, girando su cuerpo para que su trasero quedara expuesto a mí. Sin un plan, la puse en el respaldo del sofá.Me
++Lucero++¡Esto si es vida!No relaciones serias, tampoco matrimonio precipitado, tuve que mandar al carajo a Alfonso porque salió con el chistecito de que se quiere casar conmigo. Lo triste de esa historia es que no se quiere casar conmigo por amor, no, eso lo hace para asegurarse de que no esté con nadie, ya que sus celos lo consumen hasta el borde de querer matarse.Después de una madrugada de fiesta me siento sobre la silla de madera cómodamente para tener un rico almuerzo. Me he levantado para comer algo y luego quedarme un tiempo dentro de la bañera...Mi sorpresa fue que llegando al comedor y todo estaba servido, estoy segura de que la persona que tuvo ese inmenso detalle fue Gisela. Ya habrá tiempo de pagárselo. Por ahora quiero aprovechar de esta carne al pavor y del jugo de piña. Hmmm… Esto si es almuerzo.Dejando a un lado mi almuerzo me levanto del comedor al escuchar que el timbre no deja de sonar y sonar, ¿será Gisela?Espero que sea ella porque si es uno de mis amantes
—Este caballero es… —me alejo un poco de él, quiero decirle que es gay para que el infeliz pague de una vez lo que me acaba de hacer, pero no puedo porque Gisela lo reconoce, ya que él se presentó ante nosotros.—¡Hmmm…! Lo siento si los interrumpo, volveré en otro momento —recalca entrecomillas la última palabra.Dios, eso es lo que iba a hacer desde un principio, pero ella es demasiada insistente. Espero que no le diga nada a su marido, ya que es lógico que él no dudaría ni un segundo en decirle a Alfonso.—Está bien —dejo salir un suspiro—, ya, no es necesario que te vayas, él solo ha venido a visitarme, ya sabes, le hago falta.Y un poco de sarcasmo se hace presente y ella rápido lo capta.—Lo siento, no pensé que…, eh, Theo, quiero disculparme, no era mi intención interrumpir su momento romántico —ahora se dirige a él, pero lo mato si dice una palabra.No, esto es lo que no quería, esa no era mi intención.¿Debería disculparme?Sí, pero en otro momento, por ahora debo terminar co
—No, con ninguno, ¿sabes por qué? —me acomodo más en la silla, suelto el aire que tenía contenido para continuar—. Theo, es una buena persona, me hace recordar mis tiempos de travesura, mientras que Alfonso es la persona que ha logrado que olvide por un tiempo mi desgracia de matrimonio cancelado.No quiero tener nada con ninguno de los dos, es bueno el sexo y todo, pero no para tener nada serio.—Sabes perfectamente que no es mi especialidad, pero mi consejo es que te des la oportunidad con alguno de esos dos —sus palabras se filtran en mi cabeza—, no me mires así, solo ponte a pensar por un momento, te gustaría que las cosas se salieran de control y ellos te ignoraran.—Calla esa boca profética —le espetó, negando con la cabeza—. Por Dios, siempre tienes algo que decir y por ello no te permito que llenes de sal mis aventuras.—Pero mujer, cuando entenderás que ese tipo de relaciones no son buenas, solo harán que te sientas cada vez más vacía —se levanta de la silla bruscamente—, ere
Luego se humedeció los labios y salió de la habitación contoneando ese trasero tan delicioso y tarareando feliz. Sacudí la cabeza y sonreí divertida, ese hombre quiere ser mi amigo, pero también quiere ser la persona que este a mi lado, ¡está utilizando sus armas!Nuevamente, vuelvo a mi cama, dejo caer la cabeza sobre la almohada, me quedo mirando al techo mientras pensaba en lo que ese hombre quiere hacer. Me froté la cara con las manos y me sentí abatida.El corazón me dio un vuelco de solo pensar en mis padres, ellos me han cancelado. Sí, se han arrepentido, esa es mi lección de vida.Espero que Theo se haya ido definitivamente, es que ahora no me siento bien para hablar con alguien, todo parece que tengo ganas de estar sola y de pensar en lo tonta que he sido.+Llena de pensamientos decidida, salgo de la cama que me ata, no quiero seguir pensando y llenándome de cosas sin sentido, mis padres no quieren verme, ¡lo respeto! Un buen trago de whisky hará que todo lo que siento en es
++Adal++ Ah, no quiero levantarme, pero debo hacerlo, me levanté de la cama sigilosamente para no despertar a la chica de mis fantasías, me apresuré a salir antes que ella despertara, mis intenciones era sorprenderla con un rico y jugoso desayuno. Ella tiene derecho de consentirla; mimarla, conquistarla, adorarla y hacer todo lo que mi corazón quiere hacer. Mis intenciones son buenas, no quiero hacerle daño porque ninguna mujer lo merece.Mi amor es la mujer de mis sueños.Mientras me encontraba en la pequeña cocina que hay en el apartamento, intentando preparar algo para llevarle.Es mejor que salga, voy a buscarle la comida. No, veré aquí que hay, si no pediré comida.Justo en el momento que iba a cortar la ensalada, mi teléfono empezó a sonar.Maldita sea, lo hubiese puesto en silencio, ni modo tengo que contestar. Corro hacia la habitación, lo tomo del buró y listo.—Dime —susurro entre dientes, mientras habla la otra persona por el móvil, yo voy a hacer lo que estaba haciendo—.