လLa noche es testigo de nuestra locura, no demoramos mucho tiempo cuando Lucero apareció, ya que las tres juntas decidimos salir de casa, claro está, que siempre y cuando la niñera se quede con mi bebé. Y como Lucero es de las que te juran y perjuran que todo estará bien, Dolores y yo nos hemos venido acompañarla al primer bar que encontramos, no esos de mala muerte como diría Lucero, ella tiene ese toque de superioridad y es normal, así la educaron.Para mí es la tercera vez que vengo a este tipo de lugares y creo que será la primera en la que aprovecharé para tomar cualquier bebida que lleve alcohol. En este momento cada una de nosotras contará su historia; lo que la agobia y entristece, hemos venido para ahogar nuestras penas.La música del bar es totalmente suave, no es de esas que tienes que arrancarte la campana para que te puedan escuchar. El club tiene poca iluminación, ensordecedor y lleno de cuerpos retorcidos: en la pista de baile, en los pasillos, contra el bar. Un DJ mez
—Oye, eso no se toma así —grita Lucero, intentando arrebatarme la copa de margarita, mientras ella hace el intento, yo me la empino más, aprovechando que está heladita—, ya, no tienes remedio, chico, por favor, trae tres margaritas, ella necesita más que dos margaritas, ups, lo siento, ya va por la segunda y todo se debe por querer dárselas de machita que puede tomar vodka cuando no lo es.—¡Lucero! —me quejo, terminando la última gota de margarita, dejo hago a un lado la copa para seguir con la otra—, tienes razón, no soy de tomar y si me conoces bien sabes que mi garganta se está quemando.Y le voy con la segunda margarita, lo lamento por Dolores, pero es que me arde mi garganta. ¡No! Esto no me puede estar sucediendo, la lengua se me está…—Ya te has perdido mujer, hasta ni se te entiende lo que estabas hablando.Eso mismo, ya me siento mareada, pero todo es culpa de las dos copas que le arrebaté a Lucero, es que pensé que esta vez las cosas serían diferente, que porque soy mayorsi
—Espérame, no se te ocurra irte sola —escucho detrás de mis pasos los gritos de Dolores.Ella quiere bailar conmigo, es bueno, espero que el mesero no se le ocurra llevar en este momento las margaritas. ¡Dios, es que necesito esas margaritas!—Nena, no me dejes sola —y boom, la nena Lucero se une, esto es bueno porque ahora sí estamos disfrutando la noche.Somos las tres amigas y no las rivales que todos esperan. Jamás de los jamases, olvídate de este momento. Lucero y Dolores son dos piezas importantes para mi corazón y mente.—Por favor, espérenme aquí, voy rápido al tocador, ya saben, es para que me entren las demás —las deje ahí, quería bailar con ellas, pero mi vejiga es la importante ahora.Caminé por un estrecho pasillo y llegué al baño, que era tan brillante que un pulso de dolor se disparó desde los ojos a la parte posterior de mi cabeza. Al llegar al tocador, me arreglé el pelo, y di un grito al cielo porque está vacío y todos los cubículos están disponibles para mí.Ja, qué
++Gisela++Me siento avergonzada, nuevamente aparecí en casa de Adal, esta vez y la otra no recuerdo, todo me ha estado saliendo mal, al parecer me vivo desmayando para que Adal se apiade de mí y me traiga a su casa, “nuestra habitación”.Hace media hora desperté, pero no me levanté de la cama hasta esperar que él saliera, no tuve el valor de gritar por la migraña o por las ganas de vomitar, no tomé mucho y por lo poco de mi experiencia puedo decir que me perdí por el alcohol que tomé.Me levanté desorientada de la cama y a pesar de que no llevaba ropa, ¡la ropa de ayer! Llevo puesta la ropa de Adal. Salí de la habitación, tenía que encontrarme con la primera persona que se posara en frente y le doy gracias a Dios que mi madre fue la que se puso en mi camino.Toda confundida le pregunté qué es lo que sucedía, qué cómo es que llegué aquí, ya que no recuerdo nada, de nada. A lo que ella me contestó que lo único que sabe es que Adal me trajo inconsciente y preocupado, llamó al doctor y q
—No, espero no haberte interrumpido el sueño —mis palabras son sinceras y la reacción de él es ¡nada!, ninguna emoción en su rostro, ¡está furioso!, los años pueden pasar, pero recuerdo perfectamente cuando su rostro serio es de matar y no de pensar—, solo me tomo este cafecito y me retiro, es que tengo un par de cosas que hacer en casa.—Considero que primero debemos hablar, luego te puedes ir —dice tras sentarse a mi lado—. Ya que al parecer te cuesta recordar, quiero decirte que no me agrado del todo que tomaras y que de paso te descuidaras, ¿sabes que te iba a pasar si yo no hubiese llegado a tiempo?Trago grueso, el pánico se apodera de mí, no sé qué decir y ni tengo argumentos de negarme. ¿Dónde estaban las chicas?Estoy segura de que él está mintiendo, solo quiere llenarme de miedo para que me doblegue ante él. No, está equivocado si piensa que lo premiaré.—Para serte sincera no recuerdo nada y si hablaremos de lo que pasó ayer es mejor que Lucero y Dolores estén presente, ell
++Adal++No, no puedo estar cerca de ella en este momento, hasta siento que me arrancaré los pelos de la cabeza. Es que ella no entiende, le estaba diciendo una y otra vez que estaba en peligro, que en ese momento no había ni una Lucero y menos la otra.¿Qué tiene en su puta cabeza?Desde que Alfonso me enseñó la foto de que esas mujeres estaban en ese bar, lo único que pasaba por mi mente es a Gisela rodeada con un montón de perros mañosos. Intenté darle un voto de confianza, pero ella lo tiró en el momento de comprobar que es la misma de siempre; que toma una copa de licor y se pierde.Ella iba a irse con ese hombre, a pesar de su balbuceado iba a irse con él. El infeliz se puso rudo y no quería dejarla en paz, no tuve de otra que ponerlo en su lugar y ahora estoy en una demanda, pero de mi parte porque el hijo de su padre no sabe quién soy y de lo que puedo ser capaz.Pasé toda la noche velando sus quejidos, sus lamentos, sus palabras de confesión. ¡Ella me sigue amando!Debería es
++Gisela++¡Dios mío! No… No… No… No… Esto no me puede estar sucediendo, ¿qué es lo que he hecho?Mis ojos no dejan de ver al lado de la cama, ¿qué hice?Lentamente, me levanto, mi boca no deja de abrirse cada vez más, no resisto, mi corazón está a punto de salirse. Adal está en la misma cama que estaba yo, lo peor es que ninguno de los dos lleva la bendita ropa que deberíamos tener.¿Qué pasó?No, no puede ser, ¡volví a tomar!Estoy en graves problemas, esto es una bendita enfermedad, ya que no puedo tomar una gota de alcohol porque me pierdo y dejo que el mundo entero se me venga encima, ya que me declaro la mujer poderosa que en realidad no lo soy.¡Estoy en graves problemas!Llevo mis manos hacia mi cabeza y las maldiciones empiezan, a salir de mi boca, declarándome el ser más terrible del mundo.No es para que haga un drama porque resulta que un documento avala que es mi esposo, mi hijo que es su padre y… Lo amo, no sé qué voy a hacer después de esto. ¿Qué es lo que le dije? ¿Cóm
Casi llegando al último escalón me voy encontrando con la madre de Adal, ¡esa señora no duerme!Me toca, no puedo retroceder, ya que ella me ha visto y me espera con los brazos cruzados, hmmm, y no se diga con esa sonrisa de oreja a oreja.Apresure a bajar los escalones y con las piernas temblorosas me acerco a ella, no tanto porque no me he lenguaje vocal y no se diga de mi cabello, ya me imagino, debo parecerme a una yegua revolcada.Ella me pregunta cómo dormí y si voy a desayunar, a lo que me llevo contestarle rápido que no podré quedarme, que necesito correr a mi casa para ducharme y ponerme ropa limpia, pero que en un par de horas volvería por mi pequeño y la niñera.Ella negó con la cabeza y en un susurro me dijo que todo lo que decía eran puras excusa, que me entiende por qué es normal lo que siento y el miedo que constantemente hace recordar el pasado, así que es bueno que vaya a darme un respiro, pero que recuerde que todos somos su familia y que está vez nadie está dispuest