Diana. Al estar lista me miro al espejo y casi no me puedo reconocer, el maquillaje es perfecto me han colocado una sombra de ojos rosada y mis labios tiene un rojo cereza, mi cabello estilizado con ondas y han recogido solo la mitad superior colocando un adornos qué combina con el vestido, jamás me avía visto de esta manera tan elegante y refinada una sonrisa involuntaria se dibuja en mi rostro, la señora Gloria me entrega un abanico del mismo color qué el vestido. -esto te será de mucha ayuda en el salón. Se muy bien que los abanicos no solo sirven para despejar el calor del rostro si no que se pueden comunicar con él con las demas damas y ocultar las expleciones de su rostro qué bueno que mi madre me enseño como usarlo. -¿ sabes usarlo ? -si mi madre me enseño le gustaban mucho las fiestas de té. -hay que linda te miras es una lástima que tengas qué ocultar tu bello rostro con el antifaz. -si pero solo será por unos momentos, Max me dijo que él me dará una señal para
Diana.Estoy muy estupefacta y mi mente está hecha un lío total ahora comprendo por que me dijo que trabaja muy cerca del emperador es él mismo, un suspiro cansado sale de mis labios al comprender qué lo que siento por el es algo imposible ya que el al ser de la nobleza de seguro ya esta comprometido o se casara con una dama noble, mi corazón se llena de tristeza y melancolía bajando mi estado de ánimo hundiendo me en un pozo oscuro y a pesar de que estoy rodeada de personas me siento muy sola, la señora Gloria me toma de la mano y me comienza a guiar legos de las personas, nos detenemos en uno de los balcones qué esta vacío.-¿ que te pasa ?-¿ por que no me lo dijo antes ?-hay alguna diferencia de que no te lo allá dicho.-claro que si, no me hubiera comportado tan informal y jamas me hubiera dejado sentir algo.-¿ lo que sientes por él a cambiado ?-creo que no, no lo sé.-calma tu mente e intentar llegar al final de esta noche creeme que él se siente tan inquieto como tú.Tomo un
Diana.Las damas qué primero me miraban con odio ahora me ven con pena y tristeza en su mirada, las personas son tan fáciles de influenciar pero solo hay una que me sigue mirando con molestia qué es la madre del emperador.-¿ y como sabemos que todo lo que dices es verdad ? ¿ acaso tienes pruebas ?-de hecho si pero es muy doloroso recordar todo eso.-su majestad por favor hay que cambiar de tema.Una de las damas de compañía le habla con voz suplicante y funciona ya que la emperatriz abre su abanico con delicadeza y cambia de tema mirando asía otro lado con disgusto, a nuestro lado pasa un sirviente con una charola con copas de vino y ya tengo mucho que no tomo una, lo tengo con una seña leve y tomo una con una sonrisa leve.-gracias.-no es negué le agradezcas ese es su trabajo.-si pero al darle las gracias se animan y asen su trabajo de mejor manera.-nunca lo avia pensado.Las damas comienzan una conversación qué no tiene interés alguno para mi y al ver a mi izquierda me percató
Maximiliano. Al ver la expleción en el rostro de Diana al bailar me preocupe ya que a pesar de que me miraba con atención sus ojos se ven tristes, al terminar el baile como siempre las damas y los lambiscones me rodean separando de ella, al poder desafanar me de ellos busco a Diana con la mirada buscando el vestido rojo entre las personas y por fin lo veo rodeada de damas en las que se incluyen mi madre, me preocupa que sea grosera con Diana pero al acercarme miro que ella se retira de su presencia intento seguirla pero mi madre me detiene el paso. -hijo mío qué maravilloso baile has organizado incluso has contratado bufones. Se que mi madre se está refiriendo a Diana, por que es tan cruel con los de menor estatus desearía decirle lo que verdaderamente pienso pero hay muchos oídos a nuestro alrededor, le doy una sonrisa a mi madre. -que bueno que te guste madre y espero que te acostumbres a reír por que estará aquí un buen tiempo, disfruta de la baile madre. Me alejo de mi
Diana. Al abrir los ojos me percató de que Max sigue dormido abanzamdome fuertemente por la cintura con la cabeza cerca de mis pechos poniéndome nerviosa por un momento me paso por la cabeza en golpearlo en la espalda para despertarlo y hacer que se quite de mi espacio personal pero recuerdo que es el emperador del imperio y si hago eso mi cabeza podría correr peligro así que solo me resigno a esperar que despierte, al sentirlo tan cerca me siento tan cómoda a pesar de que está situación es totalmente reprochable y si alguien nos mira así pensara lo más lógico que pase una noche apasionada con Max, doy un suspiro cansado antes de volver a cerrar los ojos en un intento de dormirme pero es algo en vano no puedo dejar de pensar en Max por habías razones. Maximiliano. Siento que la cabeza me retumba como si fuera una campana, diablos ya no vuelvo a tomar de esa forma lo único bueno es que mi almohada esta tan suave y cómoda esperen un momento no recuerdo a ver llegado a mi habitación
Julieta. Mi taza se escapa de mi mano rompiéndose en el suelo ensuciando la parte baja de mi vestido, no puedo asimilar por completa lo que me acaba de decir mi criada personal, la miro fijamente llena de odio. -¿ que has dicho ? Mi sirvienta baja la mirada con miedo y puedo ver como le comienzan a temblar las manos. -el emperador Maximiliano paso la noche en la habitación de la duquesa Diana y salió asta que salio el sol. -¡ NO TE ATREVAS A LLAMAR A ESA ZORRA DUAQUESA ! -lo siento mi señora. -lárgate. No a pasado ni un día y ya se esta acostando se con esa cualquiera, como me puede hacer eso a mi, qué tiene esa cucaracha qué yo no, soy mejor que ella en todo, me muerdo la uña con frustración pensando en alguna idea de como sacarla de aquí y acabar con ella. -necesito cambiarme de vestido y que llamen a la vizcondesa Maria y a la baroneza Rosa para organizar una fiesta de té privadas e inviten a esa mujer.-¿ esta segura mi señora ?-si le demostraré su verdadero lugar en el
Diana. Las chicas de servicio me han colocado un vestido verde claro y me han peinado recogiendo todo mi cabello en una trenza, una de las chicas me acompaña al jardín trasero donde se llevará acabo la fiesta de té, al llegar miro un grupo de damas sentadas ya tomando té al percatarse de mi presencia todas me miran con desprecio y molestia, esto me da mala espina, intento fingir qué no me percato de nada y hago una leve reverencia asía las damas y les doy una sonrisa amable. -disculpen mi tardanza. -no te preocupes, adelante siéntate té quiero presentar a la vizcondesa Maria y la baroneza Rosa, damas ella es Diana Verdegri, oh disculpa duquesa Diana Verdegri.Me siento en la única silla libre qué queda al frente de Julieta.-fue nombrada recientemente verdad, ya que no escuchado su nombre antes.-así es.-¿ todavía no tiene dama de compañía?-¿ quien va a querer manchar su reputación siendo la dama de compañía de una duquesa de dudoso linaje ?Miro con mucha molestia a la viscondes
Diana. Han pasado algunos días desde que asistí a esa fiesta de té tan desagradable y no dejo de pensar en el comportamiento de Max primero me protegió de Julieta y no dejo que tomara el pañuelo de él duque George me hago ilusiones de que siente algo verdadero y genuino así mi, hoy Víctor y yo nos desocupamos temprano y decidimos tomar un refrigerio juntos en el invernadero bueno se lo propuse hoy ya que no me gusta estas tanto tiempo sola y sin hacer nada y debo de admitir que la compañía del marques Víctor es agradable a pesar de que no habla mucho y que todavía es un poco tosco con su tratamiento asía mi, Max me dijo que hoy cenariamos juntos aunque ayer se supone que Max iba a cenar conmigo pero al parecer hay algunos problemas con unos mercenarios qué atacan a los viajeros sin importarles su estatus social, tomo un trago de mi taza de té qué esta dulce mientras Víctor limpia sus lentes.-me molesta tanto que al tomar té mis lentes se empañen.-¿ por que no te los quitas fuera de