Diana.

Al llegar a mis habitaciones Max se despide de mi ya que tiene más trabajo qué hacer, me toma de la mano y deposita un casto beso en mis nudillos antes de irse por el pasillo, miro como como se aleja su ancha espalda y un suspiro sale de mis labios, no sé en que momento lo comence a ver con otros ojos y me duele cuando no lo puedo ver en todo el día, me doy la vuelta y abro las puertas revelando qué tengo una visita inesperada es la misma mujer rubia qué nos encontramos en el jardín ase algunos minutos creo que su nombre es Julieta, me percato de qué tiene entre sus manos una de las cajas con joyas qué me regalo Max esta mañana.

-¿ disculpe la puedo ayudar en algo condesa ?

Julieta voltea a verme pero con un siento despreció en su mirada, me mira de pies a cabeza como si estuviera buscando algo entre mis ropas para después darme una fingida.

-solo quería venir a charlar con la nueva amante del palacio.

-disculpe pero creo que ávido una terrible confusión no soy la amante de n