-¿Qué es esto? ¿Consejo de guerra? – pregunto William en cuanto entro en la casa de sus padres, se dirigió al área de comedor y los encontró a ellos dos allí posando como si los estuvieran fotografiando.
Harold estaba sentado en la cabecera de la mesa con las manos cruzadas sobre ella, y su madre estaba de pie a su lado con las manos crazadas en su pecho, era terrorífica aquella imagen, sin embargo él solamente se burló de ellos y tomo una de las uvas que había en el extravagante frutero en la mesa.
-Tenemos que hablar, William – soltó su padre con voz solemne.
Habían pasado alrededor de seis semanas después de que el hombre había tenido su cirugía de Bypass, todo había salido perfecto, y el hombre se veía como un roble, estaba bien, nada iba a cambiar, por lo menos por ese entonces, y aunque debía permanecer en c
-William, llegaremos tarde, falta solo una hora para las 7 y aún no hemos salido de este departamento – le dijo Diana frustrado al hombre que se acicalaba en el baño.Diana estaba por completo nerviosa, esa noche en particular se sentía fuera de sus cabales, iba a conocer a los papas de William, y es que la sola idea de todo el ritual en donde la familia tenía que conocer a la pareja y viceversa le parecía fastidiosa, y anticuada, esa cena en específico resultaba algo mucho peor, porque sabía que los padres de William no solo querrían conocerla, sino que además de eso, iban a querer indagar a cerca de cada aspecto de su vida, y entonces la juzgarían, Diana no era tonta, no se estaba haciendo falsas ilusiones al respecto, por como ella veía las cosas, esa cena podía significar una de dos cosas, o los padres de William la acogían en la familia, y aceptaban lo que sea que hubiera ent
-Hemos llegado – asevero William con una expresión seria, en cuanto estuvieron frente al departamento de Diana.-Si, hemos llegado – confirmo ella, aun entumecida por lo que había sido esa noche.Se sentía como si acabara de salir de una mala película de terror, como si las cosas que conocía hasta el momento hubieran dejado de tener sentido, tenía nauseas, dolor de cabeza, y el silencio de William no hacia más si no inquietarla, porque necesitaba saber que pensaba él, queria que le dijera que lo que había pasado esa noche no se iba a repetir porque no iba a volver a ir a esa casa. Pero William no había dicho nada, y había pasado todo el trayecto en absoluto silencio, pensando sobre todo, en una cuestión en particular que no dejaba de darle vueltas en la cabeza, y era la posibilidad de que Diana realmente estuviera embarazada, después de todo, ellos nunca habían
Diana, que había estado aprovechando la soledad para leer su libro favorito sin ser interrumpida, se puso en pie, en cuanto alguien toco a la puerta de su departamento, ella no se molestó en preguntarse de quien se trataba, en ese instante realmente le daba igual quien era la persona que estaba tras ella, no le importaba si era su tía, diciendo que no podía cuidar más a su madre, no le interesaba si se trababa de William que se había arrepentido de su pelea, la chica se sentía como entumecida, casi como si estuviera esperando cualquier cosa, nada podía perturbarla, según ella se sentía.Sin embargo, en cuanto abrió, y se dio cuenta del estado del hombre frente a ella, frunció el ceño ante la imagen, William se veía desastroso, tenía la camisa fuera de sus pantalones y por completo arrugada, su cabello estaba despeinado, sus ojos se veían cansados, y parecía e
William se sentía mareado, la noche había sido demasiado tensiónate, y a él nunca le habían gustado las presiones, se sentía cansado, tenía el cuerpo entumecido y su cabeza era un vaivén de pensamientos y sentimientos encontrados, y necesitaba dormir hasta olvidar todo lo que sucedió en su casa, y con la pelirroja, y con Diana, queria olvidarse de absolutamente todo, sobre todo, porque su cabeza le dolía como los mil demonios, y tenía el corazón acelerado, sin causa alguna aparente.El chico salió de Queens, pensando que quizá conducir de vuelta no era la mejor de las ideas, tal vez solo debía buscar un hotel en el que pudiera quedarse esa noche, porque es que ciertamente no estaba en sus cinco sentidos, estaba mareado, cansado y adolorido.Intentando callar a las voces en su cabeza que le hablaban de Diana, de cómo la había traicionado, y de que deb&i
-¡William, ¿Qué estás haciendo?! – inquirió Diana mientras el hombre mantenía sus ojos vendados, y la llevaba hasta un lugar que ella suponía desconocido.-No importa cuantas veces me preguntes, no voy a dejar que lo descubras antes de tiempo – sonrió.-¿Por qué no? ¿Qué es lo que planeas hacer? – pregunto poniendo sus manos sobre las de William que se estaba cerciorando de que ella no hiciera trampa y alcanzara a ver algo.-¿Nunca te enseñaron lo que era una sorpresa? Me decepcionas, Diana – soltó con sorna.-Por supuesto que sé lo que es una sorpresa.-¿Entonces porque no te relajas y lo disfrutas? ¿Qué le paso a tu niño interior, mujer? – bromeo con ella, mientras terminaba de recorrer el vestíbulo del edificio al que la había llevado.-Aquí hay eco.
Diana, que estaba esperando una noticia con ansias, fue hasta el montoncito de correspondencia que el cartero había dejado para ella fuera de la puerta, estaba emocionada, de hecho, desde que había hecho el examen de admisión para la universidad estatal, se había sentido muy agradecida, porque había tenido algo diferente a William en lo que pensar y ella ciertamente lo agradecía.Había pasado poco más de un mes desde que ella se había marchado lejos de él en aquella calle que William tanto detestaba, poco más de un mes en el que no habían vuelto a tener noticias el uno del otro, y aunque a Diana eso le dolía, también sabía que era lo mejor para si misma, no podía mentirse y creer que estaba en una fantasía, pero de la misma forma, no podía negar que se estaba muriendo por correr donde él y contarle los últimos acontecimientos, ella sab&ia
-¿Segura que no quieres quedarte un poco más? – le pregunto William a Diana que esta adormilada a su lado en la cama.-Quisiera, pero no puedo – respondió sin abrir los ojos.-¿Estas segura de eso? – inquirió divertido, y entonces le acaricio el cuerpo desnudo bajo las sabanas color blanco.-No hagas eso – reprocho.-¿Hacer qué?-Tú sabes lo que estás haciendo – ella se movió y se recostó boca abajo en la cama con el fin de poder observar a William y a su picara expresión.-No, no lo sé – soltó de manera infantil.-Tratas de distraerme para que se me olvide que tengo que irme, pero lo siento mucho, no funcionara, la tía no tardara en irse y no quiero dejar demasiado tiempo sola a mi madre.-Si te llevo puedes ahorrarte alrededor de tres horas de camino.-Si, pero tú tie
William condujo en su auto deportivo y descapotable negro a través de las calles de New Haven, a su lado iba a Diana, ambos tenían como destino el pequeño departamento de ella, harían una parada rápida, Diana tomaría sus pertenencias, y llamarían a un servicio de enfermería y trasporte que pudiera llevar a la madre de Diana en otro auto, por supuesto, el deportivo de William únicamente tenía espacio para dos personas, ambos estaban allí, con la radio del auto encendida y sonando a todo volumen, mientras Diana permitía que los rizos de su cabello dorado volaran con el viento.William llevaba unas gafas aviadoras de sol puestas, sujetaba el volante con la mano derecha y la izquierda la tenía puesta sobre su muslo, parecían la portada de un disco de rock, parecían un par de chicos despreocupados, sin embargo, y aunque trataban de hacerse a la idea de que era por la m&ua