Con una de sus manos tocó el vientre de su chico. Si, su chico y padre de su primer hijo. La sensación en sus manos era inevitablemente increíble. Sentir ese pequeño bulto bajo su mano grande, era algo que no podía explicar con palabras. Aunque también podía ser que él estuviera un poco subido de peso pero eso no cambiaba que su hijo estaba creciendo cada vez más.
Cada vez que pensaba en cómo su padre Liam se había comportado hace algunos años con su otro padre esto le hacía pensar en cómo se comportaría de ahora en adelante con Matt . Suspiró, haciendo que su aliento choque en el cuello de Matt , logrando que este se
pegaraLos ojos de su hermano estaban impacientes mirándolo como si fuera alguna cosa rara en pocas palabras. Estaban sentados en una cafetería en la que anteriormente trabajaba porque era el único lugar donde podían conversar.La mirada de su hermano lo escaneaba de pies a cabeza como si fuera alguna cosa importante a la cual podía observar por horas y horas. Varias veces se vio así mismo observándolo también buscando alguna otra cosa diferente a él en los últimos años y es que ambos eran. No había similitud entre ellos.Su madre, cuando eran más pequeños, siempre tuvo preferencia por el que le traía más cosas a la casa después de que su padre los hubiese abandonado.Y ese era Matt, quien siempre tr
Sus manos recorrieron sus piernas con suavidad única a su paso, mientras entraba dentro del menor.El asiento trasero no era el mejor lugar para hacer ese tipo de cosas, pero por el momento no importaba. El pequeño gemido que Matt soltó, fue el causante de que su auto control se viera dependiendo de un simple hilo.Tal parecía que la tensión sexual entre ambos se vería afectada de la mejor manera posible en ese lugar y a esa hora. Por sólo un instante agradeció a los Dioses que sus padres vivieran a las afueras de la ciudad porque no sabría qué hubiese sucedido si de casualidad alguien los hubiese encontrado en paños menores como ahora.Subió un poco su cuerpo para ver la expresión que tenía Matt en ese momento tan espe
Varias horas antes.Las cosas de la casa estaban listas para ser llevadas hacia el nuevo hogar que Noah había comprado para los tres. Estaban en su último mes de embarazo, Matt estaba ansioso de saber el sexo de su bebé. No, ellos no sabían cuál era porque estaban esperando el nacimiento.— Noah, me duelen los pies, tengo que sentarme o siento que no sólo el bebé se me va salir por la boca —hizo una mueca.— Tienes razón, después seguimos comprando las demás cosas del bebé por ahora solo con estas es suficiente —lo ayudó a ir hacia el carro—. Vamos a guardar estas bolsas y luego iremos a comer algo para los tres —le sonrió.— Gracias,
— Éste pequeño tiene su futuro en nuestra red, Ángelo Millet sabrá qué hacer con él.Años y años pasaron y nunca se pudo dar con el pequeño hijo de Matt y Noah. No había una sola noche en la cual Matt no lloraba por su hijo, aun teniendo a Theo el pequeño niño que iluminaba aunque sea una fracción de su vida, eso no ayudaba. Él necesitaba a su hijo.Un llanto seguido de un golpe se escuchó en un cuarto de laboratorio, seguido de una aguja inyectada en uno de sus pequeños bracitos. Sus ojitos ya no daban para más, ellos querían cambiarlo a toda costa.Lo primero que experimentaron con él, fueron sus ojos, pero eso falló miserablemente y el niño duró vari
Con sólo saber su nombre y apellido no es para nada difícil compararlo con su padre. Eso está en los genes, ser posesivos, controladores e incluso, un poco agresivos.Él, desde que era pequeño siempre había querido ser igual que su padre en aspecto de negocios hasta que al fin lo consiguió. Es uno de los hombres más ricos de todo el mundo y todo gracias a su padre y al esfuerzo que puso para levantar la empresa cada día más.Un viaje inesperado, o sea, una excursión de una escuela donde vio a ese hermoso niño de ojos azules, con hermoso trasero lo cual lo cautivó. Agradeció a los dioses que éste se haya perdido y que fuera a caer justamente en su oficina donde su historia apenas comenzó.
Suspiró mirando el reloj en su muñeca, contaba las horas en las que por fin terminaría esa maldita excursión en su empresa. Tenía todo listo en su vida no podía quejarse de nada. Era hermoso, millonario, poseedor de la mejor empresa de chocolates en todo el mundo, pero sobre todo tenía buen sexo cuando se lo proponía.No estaba comprometido, no estaba casado y mucho menos tenía algún novio, si, era abiertamente homosexual. Tenía que sonreír cada vez que decían su nombre para preguntar cualquier cosa, hacia ese tipo de excursión una vez al año por lo que estaba agradeciendo que solo fuera ese día y nada más.— Es hora de comer. Muchas gracias, señor Jackson. Por dejar que mis alumnos vinieran hoy a su empresa —dijo el maestro,
Salió de su casa con una sonrisa en rostro y comiendo chocolates, de esos que le había mandado ayer el sexy empresario. No podía dejar de comerlos por lo que se sintió bien al hacerlo de forma sensual sin saber que un carro lo estaba viendo a unas cuantas cuadras de su casa.Estaba tan ido comiendo sus chocolates que no se dio cuenta de nada, simplemente siguió con su sensual movimientos de dedos entre su boca. Hizo un enorme puchero cuando se dio cuenta de que solo le quedaba un chocolate en las manos. Eso no era bueno, él quería seguir comiendo más chocolates.Detuvo su paso sintiendo como su cuerpo se tensaba cuando de la nada un carro apareció en su camino colocándose a su lado.Su mente y cuerpo se pusieron en shock, no sabía qué
Nathan no pudo evitar sonreír cuando escuchó la respuesta de ese niño del otro lado de la línea, era de esperarse que aceptara tan rápido.— ¿Qué te hizo cambiar de opinión?—preguntó, sin ocultar su asombro.— Nada que te importe, al menos agradece que te llamé de inmediato —rodó los ojos.—Me sorprende lo que me estás diciendo, niño...—sonrió.