Salió de su casa con una sonrisa en rostro y comiendo chocolates, de esos que le había mandado ayer el sexy empresario. No podía dejar de comerlos por lo que se sintió bien al hacerlo de forma sensual sin saber que un carro lo estaba viendo a unas cuantas cuadras de su casa.
Estaba tan ido comiendo sus chocolates que no se dio cuenta de nada, simplemente siguió con su sensual movimientos de dedos entre su boca. Hizo un enorme puchero cuando se dio cuenta de que solo le quedaba un chocolate en las manos. Eso no era bueno, él quería seguir comiendo más chocolates.
Detuvo su paso sintiendo como su cuerpo se tensaba cuando de la nada un carro apareció en su camino colocándose a su lado.
Su mente y cuerpo se pusieron en shock, no sabía qué
Nathan no pudo evitar sonreír cuando escuchó la respuesta de ese niño del otro lado de la línea, era de esperarse que aceptara tan rápido.— ¿Qué te hizo cambiar de opinión?—preguntó, sin ocultar su asombro.— Nada que te importe, al menos agradece que te llamé de inmediato —rodó los ojos.—Me sorprende lo que me estás diciendo, niño...—sonrió.
Mirando de manera en la que su cuerpo no colapsara con lo que su "amante" de una noche le estás diciendo en ese momento.— ¿Por qué dices eso?—Intuición —se encogió de hombros—. No sé qué es lo que estoy sintiendo en este momento al tenerte aquí conmigo, pero no quiero acabar con nada... No me hagas caso.—Tienes que decirme lo que está pasando por tu mente —bufó molesto—. Dices que sientes que me conoces desde hace tiempo y apenas tenemos dos días y medio de hacerlo.—No me hagas caso, niño, son cosas mías y nada más —rió viendo el rostro que puso Luke al decirle de ese modo. —Hola, papá, ya estoy listo —dijo bajando las escaleras.—Me alegro, cariño —sonrió Lucas besando su frente—. Samuel nos está esperando en la sala, pero antes tengo que hablar contigo de algo importante.— ¿Es algo malo, papá? —se sentó en los escalones y Lucas hizo lo mismo.—No lo es, es que tengo dudas respecto a algo y quiero que me digas —dijo un poco preocupado.—Me estoy asustando, papá, ya dime. ¿Te dijeron algo malo sobre mí? Ya me estoy controlando con los chocolates, ya no soy tan loco como antes. Eso te lo juro...—No es nada de eso, aunque estés un poco despistado porque dCapítulo 5.
Todos estaban en silencio en la mesa sin poder articular palabra alguna después de lo que Matt había dicho. Estaba más que claro que era un tema muy delicado el que se había tocado en ese momento.— ¿Qué estás diciendo, Matt? —preguntó Harry, rompiendo el silencio.— La tecnología avanza cada vez más, Harry. Antes no era tan extraño como ahora que un hombre pudiese tener hijos. Sabemos que usted y su esposo pagaron una buena cantidad de dinero para que nadie supiera que un hombre puede tener hijos —miró sus manos por un momento—. Hace algunos años pasé por eso. Antes de tener a Theo me hicieron cosas muy feas aun estando embarazado. Yo… —suspiró pesadamente—. Mi madre había vendido a mi hermano a unos t
Miró el lujoso recibidor de la casa del gran Nathan Jackson Hamilton. Era algo alucinante.Pero el mayor no le dio tiempo de ver gran cosa porque le dio la vuelta besando sus labios de forma apasionada.Tomándolo de la cintura hizo que enrollara sus piernas en su cadera para comenzar a caminar hacia la parte superior de la casa.Nathan tomó entre sus manos la caja de chocolates antes de que se cayera al piso, estaba seguro de que la iba a necesitar esa noche.Poco a poco la ropa fue dejada en el pasillo sin importar que al día siguiente alguno de los empleados la viera.La poca ropa que quedó en sus cuerpos no fue obstáculo para ninguno de los dos cuando llegaron a la cama.El beso era tan obsceno que no había forma en la ambos desearan cambiarlo. El mayor como pudo dej&
Aún no podía creer que fuera ese niño que está sobre su pecho durmiendo, era algo imposible. Habían pasado la mañana completa haciendo y deshaciendo en la casa que habían perdido la cuenta de las veces que habían hecho el amor.Ahora tenían que seguir con sus vidas como si nada hubiese pasado. Hace más o menos unas horas antes de caer dormido en su cama decidió llamar al mejor amigo de Luke para que llevara ropa.Ese pequeño detalle se les había escapado. Ahora que había encontrado a ese niño de ojos verdes luminosos como los suyos no lo iba a dejar escapar tan fácil.El cuerpo que estaba reposando en su pecho se movió un poco y luego escuchó un bostezo por parte de la misma persona.— D
En ese momento deseó que su cabello fuera más largo que de costumbre. Todos los estudiantes de ese pasillo concurrido se le quede tonto viendo la pequeña marca roja que tenía en una de sus mejillas. Apretó la correa de su mochila bajando la mirada y caminado un poco más rápido hacia su siguiente clase.Ese fin de semana fue el peor de todos, en una parte, porque no había respondido ninguna de las llamadas de Nathan y tampoco los mensajes. Su mejor amigo Carlos no había podido ir a su casa en esos días porque su padre se lo había prohibido y él no tenía ganas de nada.Lo último que le había dicho su padre era que tenía que ir a casa después que saliera de la escuela y así serían todos los días. Se detuvo un momento cuando vi
Y ahí estaba Luke, sobre las piernas de Nathan comiendo... lo que ya todos sabemos como si fuera lo único bueno de su vida, y Nathan no hacía nada para impedir que lo siguiera haciendo.Además, debían de aprovechar esas pocas horas que ambos tenían juntos ese día antes de que su cuento acabara una vez más por las cosas de la vida.— Te extrañé mucho, pequeño —murmuró Nathan, sobre su cuello quitando los botones de la camisa escolar que traía puesto el niño.— Espero que algún día me dejes de decir pequeño y niño —bufó, entrando un chocolate a la boca.— Nada de eso, para mí siempre serás peque&nti