Capítulo 4.

Un mes después.

— Esto no puede ser posible —miró la prueba de embarazo.

— ¿Estás seguro? Eso es algo imposible —dijo Jeremías, tomando la prueba de embarazo en sus manos.

— ¿Crees que no lo sé? Soy un fenómeno de la naturaleza —susurró, apoyándose en la puerta del cubículo.

— Nada de eso, no eres un fenómeno —lo miró serio—. Hay hombres en el mundo que son igual que tú con la única diferencia que son un poco extintos.

— Dime un nombre de alguien que sea igual que yo, porque la verdad no sé a quién sea igual...

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