Vio como su hombre soltaba a reír tratando de levantarse tras el golpe que deformaba su atractivo rostro, camino hacia donde se encontraba para ayudarlo a levantarse.Sin embargo, pese a no querer sonreír, él también lo hacía al contagiarse de la risa de Bradley.— Será mejor que borres esa maldita sonrisa a menos que quieras que haga que tu rostro quedé peor —le hizo notar Russell al señalar su propia cara, señalando el lugar exacto donde se le notaba ya un morado y un tono rojo, la zona lastimada.Bradley llevo su mano hacia su rostro notando la hinchazón que empezaba a aparecer sobre su pómulo izquierdo.— Lo perderás, si no me dices lo que me acabas de decir. Por qué ese maldito crío ha perdido todo el deseo de pelear. No hay nada que lo motive y si sale así lo único que hará será ser una presa fácil.— No sé qué hacer...— Es curioso como puedes tener solución a casi todo, pero no saber qué hablar con él. Siempre logras voltear la tortilla o la situación ante todos tus enemigos,
El joven Vladímir se mantenía aferrado a su cuerpo, abrazándolo con fuerza mientras dejaba que las lágrimas fluyeran por su rostro, tenía que sacar todo eso que había arrastrado durante días y pese a eso Feliz por escuchar de palabras de ese hombre aquello que siempre habla querido escuchar y saber.— Lo siento, siento ponerme en peligro— menciono con sus ojos cerrados.Sobre todo cuando sus labios fueron rozados con la suavidad de los labios de su amante.Fue sentirlo cerca y no poder resistirse más tiempo, por qué era demasiado tiempo, demasiados días sin verlo ni tenerlo cerca y por eso su lengua se coló entre esos labios para saborear el interior de su boca con necesidad insana, con hambre, con sed, con un único pensamiento, Russell. Ese hombre ocupaba absolutamente todos sus pensamientos.— Mi mayor miedo es ... Maté a ese chico, el que trabajaba con los caballos de mi abuelo….No quiso confesarle lo que había hecho después de eso, odiarías que él supiera lo que sucedió luego, mu
El oponente de Vladímir los observó por un momento y entró dubitativo, su destino no quedaba tan claro, es más, empezaba a verse de un rojo carmesí. Sabía que no tenía muchas opciones, si perdía moriría, tal vez se le perdonaría la vida, pero la humillación lo perseguiría para siempre y no le esperaba nada bueno al volver a su propia cárcel. Si ganaba, estaba seguro de que no le permitirían vivir, eso era lo que todos le habían dicho. El rey negro tomaría venganza por su reina. Ninguna de las opciones era buena para él, estaba condenado, hiciera lo que hiciera, así que como no tenía nada que perder, le haría pagar sin dudarlo, arreglaría todas las cuentas que Vladímir y él tenían pendientes. — Espero que ya estés recuperado.—Le dijo el príncipe Ivanov al joven con una sonrisa socarrona— no podría enorgullecerme de mi victoria si no estás en condiciones.— Muero de ganas por borrar esa estúpida sonrisa de tu boca... para siempre— le respondió el joven a Vladímir tomado todo el valor
La porra del guardia golpeaba los barrotes.El sonido hizo que se levantara Vladímir de la cama rápidamente.El príncipe tenía los pantalones puestos, aunque su torso ya estaba desnudo, era hora de dormir, por lo que la llegada del guardia de esa manera le llamó la atención. Cualquier cosa que se saliera de lo común en ese lugar podía suponer un peligro y más después de lo que la vuelta de su relación había supuesto para la mayoría.La mayoría había tenido pérdidas en las apuestas, sobre todo los guardias, quienes al verlo durante toda la semana en un estado lamentable, apostaron que el príncipe caería.—Vístete Ivanov tienes un vis-a-vis — el guardia sonrió y observó a su compañero de celda y amante con un descaro, como si el guardia no quisiera perderse la expresión del rey. Vladímir no podía entender cómo se podía atrever a encararse con Russell de ese modo, debía tener una buena razón o era muy suicida.Más bien era un desquiciado. Eso es lo que era.—Un vis-a-vis, pero yo no ten
Dimitry se encontraba cantando ante el rey como un maldito sapo, diciéndole todo lo que fuera de interés para este.—No solo tengo el nombre de esa persona especial del maldito príncipe mimado Ivanov, también tengo la carta que le envió unos meses atrás. Te daré todo con la única condición que no me mates y me dejes servirte.—¿Por qué haría algo así? No me sirves para nada— le respondió Russell sin ningún tipo de duda.—Me dejarás vivir porque no solo te daré al hijo, también te entregaré al padre de ese maldito príncipe ruso— le refutó Dimitry.Russell se rio en la cara del hombre y le ordenó a Bradley que continuará, pero que no lo matará. No deseaba creerle, pero debía admitir que la forma en la que Vladímir actuó, había sembrado la semilla de la duda en él, pero tenía que esperar darle el beneficio de la duda antes de que él emitiera una nueva orden— Tenía que averiguar quién era esa persona...— sobre todo sondearía a su reina, a ver que era lo que tenía que decir sobre esa vis
El rey tomó el cuello de su reina de manera sorpresiva, azotándolo contra el marco de la puerta del pequeño estudio, olfateándolo, intentando buscar otro aroma sobre su piel, aunque deseando no hacerlo, comportándose como un verdadero demente.La mirada azul de Ethan, la cual siempre era clara como el cielo, ahora se encontraba oscurecida a causa de los celos.—Nadie puede ser más importante que yo —susurro en su oído — Tú me vas a decir quién es. ¿Lo has entendido? — llevó los labios por su cuello, marcándolo, pegándose más a él.Vladímir jadeó por el dolor en su espalda a causa del impacto contra la pared y estiró el cuello por instinto, dándole espacio y dejándole hacer lo que quisiera.— Puedes oler todo mi cuerpo si quieres, escudriñar cada rincón en busca de una marca y no encontrarás nada—aseguró emitiendo un leve gemido por la forma en que lo mordió y es que no podía negar que se sentía completamente suyo— tienes que entender que hay cosas que me pertenecen solo a mí, no puede
— Dímelo— Exigió una vez más en fuertes y duros embistes, azotes que no solo fueron dirigidos a los glúteos del príncipe sin darle tregua, sin dejar de castigarle y de hacerle sentir sus celos en cada gesto, en cada mordida y en cada uno de sus embistes.Negarle el nombre sería ponerlo en una situación en la que no sabía cómo actuar, lo más sensato sería eliminarlo, matarlo. No podría dejar que el joven saliera de la cárcel, la otra, pero más improbable solución, sería dejarlo libre.— Te amo ... Tienes que dejarlo estar ...Pidió llevándose una mano a su erección para apretarla y no correrse tan rápido, sabía que, sobre todo en ese momento, no podía hacerlo hasta que él se lo ordenara.— Me lo vas a decir…—Las palabras del joven solo hicieron crecer aún más la rabia, aumentando al igual que su ira, sus celos, no podía creer lo que salía de sus labios. Sus movimientos se volvieron más bruscos, su mano izquierda se deslizó por el torso del joven hasta su cuello, apretándole con fuerza
«Querido Franke:Después de los recientes acontecimientos que han llegado a mis oídos, me pongo en contacto contigo para asegurarme de que estás bien.Sé que el trato era no tener contacto durante el tiempo que estuvieras en la cárcel, pero no puedo olvidar que en parte estás ahí por mí, por ese amor que nos procesamos es que me veo en la necesidad de romper mi promesa, necesito asegurarme de que tú estás bien, moriría si algo te ocurriera. No me lo podría perdonar jamás.Te pido que me des respuesta cuanto antes para saber qué estás bien, yo muevo mis influencias a pasos agigantados para poder sacarte de allí y afianzar nuestro compromiso. Nuestra boda es lo único que me consuela, el saber que una vez estés fuera tú y yo tendremos todo el tiempo del mundo para hacer realidad nuestros sueños y planes.Siempre tuyoJessie »Dimitry le entrego a Russell la carta, la cual leyó en cuanto le fue entregada.En ella se podía ver, si no el amor, al menos el aprecio que Jessie sentía por el pr