Fernando.Al fin en mi increíble casa donde no existen los problemas, el odio o el rencor, donde todo lo bueno de la vida lo tengo frente a mis ojos —¡Papito, papito! Llegaste —Gritan mis mellizos Diego y Natalia.He inmediatamente se abalanzan sobre mí, para llenarme de los besos más tiernos que pueden existir en este mundo. Mi princesa me repite muchas veces que me ama mientras tiene una pequeña Barbie en una de sus manos y con la otra se sostiene por mi cuello. En definitiva todo se vuelve perfecto para mí cuando los veo sonreír y esto es un motivo más para pensar primero en mi familia antes de aceptar cualquier otra cosa.—¿Por qué llegaste tan tarde papito? —Pregunta Diego cuando se ha separado un poco de mí.—Hijo… hoy tuve un día bastante ocupado, pero cada segundo los estuve pensando —Susurro y nada más me mira fijamente.—¿El hombre malo no te hizo daño? —Pregunta seriamente y esto sí que me desconcierta «¿Cuál hombre malo? ¿Por qué mi hijo estará preguntando estas cosas?».D
FernandoEstoy de pie frente a las escaleras y antes de que pueda subirlas me quedo paralizado al ver la figura esbelta de la mujer que amo. Tenemos tantos años juntos y mi esposa me sigue pareciendo la mujer más espectacular que han visto mis ojos, para ser sinceros es como si el tiempo se paralizara cada vez que la veo sonreír y ese pelero negro que la caracteriza, me hace sentir el hombre más afortunado del mundo por tener una reina como esa a mi lado. Ella baja muy despacio con toda la elegancia que se manda y más atrás la sigue mi princesita mayor, quien ha heredado indudablemente una belleza sublime y sé que a futuro, tendré que enfrentarme con todos los hombres de este país, porque sin duda alguna, pretenderán robarme el corazón de mi princesa.—Mi vida —Susurra mi esposa y me da un corto beso en los labios que evidentemente me dejan con ganas de atraparla entre mis brazos y no desprenderme de ella, hasta saciarme por completo de sus labios. Pero mi hija Noelia se encuentra en
DamelisHoy he descubierto a un Fernando Domenech que realmente no conocía, en esta reunión que tuvimos hasta hace unos minutos, me acabo de dar cuenta, que no es el mismo hombre que aparenta ser fuerte y decidido contra todas las adversidades que se le presentan. Mi esposo por primera vez en su vida tiene miedo, si… y aunque le cueste aceptarlo, tiene miedo a que personas inescrupulosas atenten contra nuestra vida, principalmente con la de nuestros hijos y por eso está haciendo todo lo que está en sus manos, para que no nos suceda absolutamente nada.Ambos pensamos que Justo podría ser el principal sospechoso, de los dos sobres que han llegado a nuestras manos. Es el único que quiere los bienes de mi esposo basándose en un supuesto amor hacia un niño que no tiene el conocimiento de todo lo que está sucediendo, para su desgracia tiene una abuela, que no hace otra cosas más que infundirle ideas absurdas, que pueden hacerle un daño emocional bastante irreparable, por eso y más nuestras
DamelisLuego de la plática que tuve con mi mamá y de pasar a darle un beso a mis tres tesoritos nuevamente me encuentro de pie, frente a mi habitación. El único lugar donde puedo descansar, sin tener que preocuparme por los dibujos de la empresa o por un loco desquiciado que quiere quitarnos la tranquilidad. Con mucho cuidado giro la cerradura y cuando la puerta se abre, me encuentro con el espectáculo de hombre que tengo en casa. Mi esposo esta acostado en la cama y solo lleva puesto su pantalón de dormir, uno que le queda muy bien y deja al descubierto su trabajada musculatura. «!Dios este hombre es como el vino, más rico con los años» Hasta podría jurar que está mucho mejor, que cuando tenía 28 años.Sonrió y muerdo mi labio ante ese dios griego que me tiene enloquecida, con mucho cuidado término de cerrar la puerta, me quito los tacones y de punta, sin hacer mucho ruido me voy acercando a él. Es relativamente guapísimo y el sentir su respiración sobre mi mano enciende este deseo
DamelisAl día siguiente.—¡Mamita! el cuaderno de biología se lo preste a Selin, ella no fue a clases el lunes y necesitaba unos apuntes que puso la profesora —Me informa mi hija Noelia.—No sabía que estabas en el mismo grado con ella —Digo y termino de limpiarle la boca a Diego ya que acaba de terminar su desayuno.Noelia se levanta de su silla —En realidad ella estaba en otro salón, pero se agarró del cabello con otra niña y la señora Elizabeth le suplico a la directora para que la cambiara de salón y por eso está conmigo… ¡mamita! A mi ella no me agrada —Confiesa agarrando el bolso de clases y se lo coloca en su espalda.—¿Por qué no te agrada mi amor? —Le pregunto mientras mi otra princesa se acerca a mí para que termine de arreglarle la camisa del uniforme.Con todo el amor del mundo la ayudo con su camisa y estoy atenta a todo lo que está por decirme Noelia. Pero antes de que ella, pronuncie una sola palabra es Natalia la que decide hablar —¡Mamita! Selin está celosa, porque A
FernandoApenas me atrevo a contarle toda la conversación que tuve ayer en la tarde con Paulina y observo como su semblante ha cambiado rotundamente. Para nadie es un secreto, mi esposa tiene un carácter incontrolable y cuando se trata de defender nuestro matrimonio, saca a esa fiera que lleva por dentro —¡A esa! La tomare por su lindo cabello y la sacare de esta empresa, ¡con mis propias manos! —Advierte mientras me da la mano para que la ayude a bajar del carro y una vez pone los tacones en el andén intenta caminar rápido, pero la detengo delicadamente por el brazo.—Tú no vas a sacar a nadie de aquí, ¡razona! —Hablo con autoridad y aunque esos ojos negros me estén mirando desafiante, mantengo mi posición.—¡Me pides que razone, cuando tengo que ver a esa mujer aquí, todos los días! Y para colmo te tiene ganas —Cuestiona y debería darle las gracias a Dorian por interrumpir nuestra pequeña discusión.—¡Señor Domenech! Llevare a lavar el carro, volveré en dos horas —Me informa y sujet
Fernando—¡¿Fernando, mi vida?! Por favor, no vayas a cometer una locura —Suplica angustiada mientras salimos del elevador y rápidamente nos vamos acercando al stand de mi secretaria.Una vez estamos allí, ella me toma del brazo para intentar tranquilizarme pero en estos momentos estoy que me lleva la fregada y nada más calmaría esto, partiéndole la cara al miserable que intenta seducir a mi esposa —¡A ese imbécil le enseñare que la mujer ajena se respeta! —Digo y doy un golpe en el stand.—¿Y crees que de esta forma, vas a lograr algo? Allá fuera me dijiste que tratase de razonar, porque estamos atados, por culpa de Felipe ¿Y ahora quieres levantar a ese hombre a golpes?.... te recuerdo que yo se defenderme por si sola y así, como le pusiste los tres puntos sobre la mesa a Paulina, lo mismo hice con Justo —Dice y ya no sé si sentir rabia, tristeza, odio por esto que está pasando.—Te recuerdo que la fuerza del hombre siempre será superior a la de una mujer y el hecho de que tengas es
DamelisMis ojos lo detallan cautelosamente y la manera tan dulce, que se escucha su voz hace que todo mi cuerpo se revolucione en instantes. Es como si el tiempo se paralizara para los dos y todo mi autocontrol se pierde al sentir el roce de sus labios, cerca de los míos —Mi vida, tenemos que aprender a controlarnos… sino tu terminaras golpeando a Justo y yo a la tonta esa que te llama, ¡Ferni! —Admito mientras apoyo mi cuerpo en el escritorio de la oficina y enredo mis brazos alrededor de su cuello.—¿La señora tiene celos? —Pregunta y solo puedo reírme.—Soy celosa de todo lo que me pertenece, nunca lo olvides —Contesto y solo se queda mirando mis labios.—¡Nunca lo olvido, porque pienso exactamente igual que tú! —Susurra y no me da tiempo de decir una palabra más, cuando sus labios atrapan los míos de una manera exorbitante que me hace perder la razón y me toma de los muslos para sentarme en el borde del escritorio y el quedar en medio de mis piernas, para hacer conmigo lo que muc