Fernando—¡¿Fernando, mi vida?! Por favor, no vayas a cometer una locura —Suplica angustiada mientras salimos del elevador y rápidamente nos vamos acercando al stand de mi secretaria.Una vez estamos allí, ella me toma del brazo para intentar tranquilizarme pero en estos momentos estoy que me lleva la fregada y nada más calmaría esto, partiéndole la cara al miserable que intenta seducir a mi esposa —¡A ese imbécil le enseñare que la mujer ajena se respeta! —Digo y doy un golpe en el stand.—¿Y crees que de esta forma, vas a lograr algo? Allá fuera me dijiste que tratase de razonar, porque estamos atados, por culpa de Felipe ¿Y ahora quieres levantar a ese hombre a golpes?.... te recuerdo que yo se defenderme por si sola y así, como le pusiste los tres puntos sobre la mesa a Paulina, lo mismo hice con Justo —Dice y ya no sé si sentir rabia, tristeza, odio por esto que está pasando.—Te recuerdo que la fuerza del hombre siempre será superior a la de una mujer y el hecho de que tengas es
DamelisMis ojos lo detallan cautelosamente y la manera tan dulce, que se escucha su voz hace que todo mi cuerpo se revolucione en instantes. Es como si el tiempo se paralizara para los dos y todo mi autocontrol se pierde al sentir el roce de sus labios, cerca de los míos —Mi vida, tenemos que aprender a controlarnos… sino tu terminaras golpeando a Justo y yo a la tonta esa que te llama, ¡Ferni! —Admito mientras apoyo mi cuerpo en el escritorio de la oficina y enredo mis brazos alrededor de su cuello.—¿La señora tiene celos? —Pregunta y solo puedo reírme.—Soy celosa de todo lo que me pertenece, nunca lo olvides —Contesto y solo se queda mirando mis labios.—¡Nunca lo olvido, porque pienso exactamente igual que tú! —Susurra y no me da tiempo de decir una palabra más, cuando sus labios atrapan los míos de una manera exorbitante que me hace perder la razón y me toma de los muslos para sentarme en el borde del escritorio y el quedar en medio de mis piernas, para hacer conmigo lo que muc
DamelisDesde que Adrián mostro ese vídeo sentí un miedo terrible que inundo mi cabeza de pensamientos oscuros, por fortuna mi esposo llamó al colegio y como milagro de los cielos nuestros tres bebés se encuentran bien. Hasta el momento todo trascurre con normalidad y las cámaras de seguridad de las instalaciones donde están nuestros hijos, no han detectado nada sospechoso. Sin embargo mi esposo ha decidido enviar guardas de seguridad, para que se encarguen de custodiar a los niños cuando salgan de clases, esto que acabamos de ver en esta cinta, es un síntoma de alerta y por nada del mundo debemos bajar la guardia.Frente a mí se encuentran los guardas de la empresa incluido Tango, quien ha venido a la empresa para reforzar la seguridad, también se les ha informado a ciertos empleados, para que estén al pendiente de las cámaras en este lugar. No sabemos quién es la persona que quiere hacernos daño, hasta ayer nuestro principal sospechoso era Justo, pero viendo que ese hombre se siente
DamelisPensé que adaptarme a este cambio de vida sería fácil, pero veo que no será así, mis hijos corren peligro hasta estando en su propia casa y yo estoy aquí tratando de mantener la calma. Mi esposo ha prometido cuidarnos con su vida y sinceramente eso es algo que me enamora más, aparte de ser un excelente ser humano tan bien es un magnifico padre, para ser sincera admiro su manera de amarnos y de cómo se ha hecho responsable, tanto de la empresa como de su familia. Me resulta increíble ver su tranquilidad ante el peligro, él sabe que tenemos un enemigo muy poderoso y aun así intenta que todo esté bien. No sé si lo hace para que no me preocupe, o simplemente tiene un plan entre sus manos que no me ha querido contarme.Respiro profundo al llegar a la puerta de mi oficina. «No te preocupes… no pienses cosas que no son Damelis… confía ciegamente en él, recuerda que para un Domenech no hay nada imposible» Me repito en silencio, es que no quiero ser la misma impulsiva de siempre y que
Fernando¿Miedo? Me pregunto si lo tengo, durante toda mi vida pase por distintas situaciones y cada una de ellas las supe afrontar de manera correcta. Pero ninguna logro quitarme el sueño como lo está haciendo esta, sé que tenemos miles de hombres custodiándonos y hasta el momento nuestros hijos están bien. Entonces no me explico esta sensación, es como si algo no estuviera a punto de suceder y no sé si llamarlo paranoia o no, pero las manos me están sudando y las piernas las tengo completamente inmóvil.Las ideas que me está sugiriendo Carlos pasan a un segundo plano, cuando la puerta se abre y veo a mi esposa correr hacia mí, hecha un mar de lágrimas —¡Fernando!, ¡Quieren secuestrar a Noelia! A mi niña…—Dice gritando en mis brazos y me hago para tras y así tomar su rostro entre mis manos.—¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿Quién quiere secuestrar a nuestra hija?! —Pregunto firme y me da la hoja que tiene en su mano.El papel está un poco arrugado, pero lo suficiente visible para leer del es
FernandoLlegar a la mansión y encontrar las maletas de mis suegros con intenciones de irse para Marsella, era algo que realmente no me esperaba. Mi esposa me había comentado que la señora Emma necesitaba regresar a su ciudad, porque tienen varios días de estar aquí en París y el vivero no puede permanecer por mucho tiempo cerrado. Además las floristerías que ellos abastecen, los están presionando ya que necesitan de sus pedidos —Mamá ¿Te vas? —Averigua mi esposa y la abraza fuerte con lágrimas en sus ojos.—¡Hija! Esto lo hablamos anoche… pero estas llorando, ¿Sucede algo? —Indaga mirándome fijamente y ante mi rotundo silencio, la respuesta está clara.—Encontré un sobre en mi oficina con una nota que decía —Dice mi esposa mientras deja de abrazar a su mamá y ahora es ella la que guarda silencio.Su rostro trasforma en ese mar de lágrimas, que intento no dejar salir —Damelis ¡Dime! ¿Qué decía esa nota? —Pregunta insistente la señora Emma.—Han amenazado con secuestrar a Noelia y ante
Damelis Ver llegar de la escuela a mis hijos es la felicidad más grande de mi vida, con solo ver sus sonrisas se arregla todo lo horrible que ha sido este día. Mis niños corren hacia nosotros y se arrojan a nuestros brazos, como si hubiesen pasado años sin vernos y nos llenan de esos besos que alimentan el alma —¡Mamita! Estas aquí —Me dice Noelia y con todo este amor que le tengo la abrazo con fuerza, para que no se aparte de mi lado. Mi pequeñita es tan inocente que no se imagina todo lo que está ocurriendo a su alrededor, para ella y sus hermanos todo su mundo somos su papá y yo. Muy despacio se separa de mi para mirarme fijo —Mami… ¿Por qué lloras? —Me pregunta al ver lágrimas en mis ojos y delicadamente me las limpia con la yema de sus dedos. —Solo me cayó una basurita en los ojos, pero no es nada grave mi amor —Miento acariciando esa cabellera rubia como el sol y esos huequillos que se le marcan en sus mejillas se vuelven notorios. —¡Vas a tener que decirle a las muchachas qu
FernandoDe regreso a la mansión, le informe a Tango todo lo que había sucedido en la empresa y por más que ordene revisar las cámaras de seguridad, no encontraron quien fue la persona que trajo ese extraño sobre. Ni mucho menos un vehículo desconocido que se haya parqueado durante las horas del día… por el momento seguimos en el acuerdo, de reforzar todo y la vigilancia será estricta, tanto en la mansión como en la empresa, eso incluye los paseos en el parque y las salidas al helipuerto. Mi intención no es tenerlos aprisionados, pero viendo las circunstancias toca mantenernos seguros, desconocemos el alcance que pueda tener esa persona y por nuestro propio bien, es mejor permanecer con estas nuevas reglas.Cierro la puerta de mi habitación y al darme la vuelta la veo a ella saliendo del baño, con su camisón de dormir y la tela que es trasparente me permite observar la diminuta braga que tiene por debajo. Es sumamente excitante esta imagen, que aún no me explico cómo ha hecho para man