FernandoLas medidas de seguridad que se implementaran en la mansión me parecen un poco exagerada según lo que comenta Adrián, pero es necesario si quiero mantener a mi familia a salvo de un loco desquiciado que de la noche a la mañana se empeñó en quitarnos la tranquilidad que llevábamos desde hace años. No quisiera preocupar a mi esposa, mostrándole lo que será nuestra vida de ahora en adelante, se perfecto que no quiere un guardaespaldas siguiéndola por todas partes, ella ama salir conmigo a un restaurante o a una tarde frente a la torre de Eiffel sin sentirse asfixiada por una sombra tras nosotros, pero todos esos planes deberán cambiarse; nuestra seguridad y la de todos los miembros de esta familia está en riesgo, aunque algunos no lo vean así.Por fortuna cuento con un excelente personal a mi servicio más los hombres que vendrán con Tango para custodiar la mansión. Miro el reloj que tengo en mi brazo, coloco el baso en la mesa y tomo el portátil con todas las intenciones de pasa
Fernando—Todos los documentos están en regla Fernando, no hay duda., este señor es el tutor legal de tu supuesto sobrino —Susurra Adrián en medio de este conflicto emocional que tengo.—¿Estás seguro? —Pregunto dudoso.—Completamente —Responde y aun mi mente no asimila la idea de tener un sobrino.Miles de preguntas se cruzan por mi cabeza en especial, algo que nunca he querido reconocer y es que Felipe ¡si fue ambicioso! Siempre estuvo tras la fortuna de nuestro abuelo y yo me hacia el ciego para no ver más allá de mis ojos, ahora comprendo lo que todos decían. Él quería adueñarse de la empresa, la fábrica y todos los bienes materiales que nuestra familia posee y la única manera de logarlo, era embarazando a una mujer para que diera el heredero universal, que tanto necesitaba por la absurda cláusula que coloco mi abuelo al fallecer.Él siempre guardo rencor hacia mí, por eso intento seducir a Damelis y a todas las mujeres que hicieron parte de mi vida. No quería verme feliz, es como
DamelisVolvemos a estar como al principio Margarita culpando a mi esposo de la muerte de su hijo y el tratando de convencerla para que piense lo contrario. Lastimosamente sus palabras son en vano, esta señora vino con mayor prepotencia, dispuesta a quedarse con todo lo que supuestamente le pertenece a su nieto, por ser el hijo legítimo de Felipe y primer bisnieto del señor Roberto Domenech. Realmente no entiendo su obsesión de buscar culpables cuando los forenses determinaron que el occiso tomo la decisión de acabar con su vida, porque fue descubierto, intentando robarle a la empresa de su propia familia.Ella se acerca más a nosotros fulminándonos con la mirada y toma los documentos que mi esposo había tirado en la mesa antes de darle un golpe a Justo en la cara —Imagino que ya revisaste el documento legal de Miguelito y espero que no te queden dudas, de que es mi nieto, sangre de mi sangre y lo único que me queda de mi adorado Felipe —Le deja saber y no sé porque tiene que darle ta
FernandoNo voy a mentir, me resulta estresante esta situación con Margarita, aun no logro comprender su ambición por obtener el poder. En un pasado pensé que quizás con el pasar del tiempo iba a poder curar todas las heridas que le dejo la ausencia de Felipe, pero veo que no fue así, se ha puesto más soberbia amargada y lo que es peor, su odio hacia mí ha incrementado más de lo que pensé. Realmente no sé porque guarda tanto rencor, ella sabe perfecto, que la muerte de mi primo fue un accidente incluso el día de su fallecimiento yo apenas llegaba a la ciudad, porque había viajado a Marsella en busca de Damelis y al pisar las instalaciones de la empresa nos encontramos la terrible escena, que prefiero no recordar.Pese a eso decidí entenderla sin imaginar lo que estaba planeando con Felipe, porque estoy seguro, que esta idea de traer un niño al mundo fue de los dos. El día de la lectura del testamento no se presentó y decidió desaparecer de nuestras vidas hasta hoy, con el único fin de
Damelis—¡Gracias por acudir a nuestro llamado don Federico, ha sido de gran ayuda —Le digo mientras vamos caminando hacia la puerta para despedirle.—Estoy cumpliendo mi trabajo señora Domenech, don Roberto fue muy claro en su testamento y simplemente estoy velando para que todo lo que el estipulo, se cumpla… ahora si me permite, quisiera darle un consejo —Le escucho decir y debo detener mi caminar para mirarlo fijo.—Dígame… ——Tenga cuidado con el señor Justo Moreno… aparentemente acepto muy tranquilo su derrota, pero sé que eso no es cierto, llevo más de cuarenta años ejerciendo esta profesión y en el camino me he encontrado con personas así ¡Ambiciosas de poder!... señora; con todo respeto, usted es una mujer muy hermosa y un hombre como el, buscaría las estrategias para conseguir lo que quiere… mantenga distancia —Me aconseja y se perfecto a lo que se refiere. Las miradas que ese hombre me lanza no son muy agradables y eso lo note desde que lo vi en la recepción.—¡Así lo are do
DamelisRegresar a la mansión luego de este día tan desastroso no ha sido nada fácil, y mucho menos pensar, que tendremos que verle la cara todos los días, a ese italianito desagradable que me mira con codicia. Se perfectamente que Fernando juega hacerse el superhéroe y no demuestra temor frente a lo ocurrido, pero yo que lo conozco, estoy segura el grado de estrés y preocupación que ronda por esa cabecita tan inteligente. Por otra parte tenemos la extraña aparición de esos sobres y eso, en conjunto con el nuevo sobrino, desemboca una cantidad de emociones, que si no pisamos firme, nuestros hijos pueden darse cuenta, que aquí está sucediendo algo, en especial Noelia, mi niña que se ha vuelto muy preguntona, y la entiendo, está creciendo, ya no le podemos ocultar ciertas cosas, saco mi carácter y la inteligencia de su padre.Subimos las escalaras de la mansión y al llegar a la puerta presiono el timbre —¡Buenas noches señora Damelis., señor Fernando! —Saluda Teresa al abrir la puerta h
Fernando.Durante la cena con nuestra familia intentamos disimular un poco lo que nos está pasando. Los niños estaban de por medio y si nos veían entristecidos empezarían a preguntarse el por qué, sé que Damelis le conto algo a mi suegra y lo deduzco por las expresiones que tuvo durante la cena, estaba preocupada igual que nosotros, sin embargo esperanza con sus ocurrencias hizo el momento más agradable.Tomo mi celular que está en la mesita de noche y veo que son las diez, vuelvo a colocarlo ahí y de inmediato me levanto de la cama para ir en busca de ella. Por lo general no se acuesta muy tarde y si no ha regresado es porque alguno de nuestros hijos no se ha de sentir bien o tiene pesadillas para dormirse. Cuando era niño sufría mucho de eso y mi abuelo era quien me tranquilizaba contándome historias para que pudiese dormir. Lo más probable es que nuestra princesa menor tenga miedo y Damelis le esté leyendo un libro para que pueda conciliar el sueño.Salgo de la habitación y con cui
Fernando.Verla con un poco de celos, no me hace creerme el mejor hombre del mundo, ni mucho menos me hace sentir el más afortunado. Sé que Paulina fue muy abierta en la empresa y su cercanía desencadeno sospechas, en una verdad que para mí no tiene ninguna importancia —Debo parecerte una tonta, ¿cierto? —Me dice mirando para el jardín de nuestra mansión.—Sabes que no —Rebato y llevo mi mano al mentón de su rostro para mirarle fijamente.—Si estuviste a punto de pedirle matrimonio, ¿es porque esa mujer no fue cualquiera? Fer… ustedes los hombres, no van por la vida pidiéndole matrimonio a toda mujer que se les cruza en el camino. A la que pueden se la llevan a la cama, listo, solo para pasar el rato, pero cuando piensan en algo tan serio ¡como lo es, el matrimonio! Es porque ella ha entrado en lo más profundo de su corazón y se ven teniendo hijos con ella, el perro y todo lo que eso implica —Sentencia con ojos vidriosos.Inevitablemente no puedo negar que tiene razón —Bonita, no toda