Tiara Es el gran día, no se emocionen aún falta para mi boda. En eso está muy dedicada mi suegra y Marjorie. Hoy es mi primera colección, gracias a la obsesión de Ken de explotar mi talento. Aún no se perdona no haber estado en mi proyecto de la universidad y la esposa de su socio está en el mundo de la moda. Uso sus conexiones, no puedo negar que estoy muy contenta. Estoy dando todo de mí en este sueño y me aseguro de vivir cada detalle. Me encuentro en la cocina preparando bacon y tostadas. Mi odioso está colando café, el olor es insoportable y dejo a fuego lento la estufa. Me voy corriendo hacia el baño, deposito un poco de jamón que hace apenas cinco minutos comí. Siento que me agarra el cabello Ken, me pasa la botella de alcohol y la acerco a mi nariz. Eso me ayudó, agradezco vivir con él y que sea tan protector. Ken me acaricia la espalda, me da mi tiempo de recomponerme y una vez mejor tapé el alcohol. —Estoy mejor, amor, pero el olor del café es horroroso —dije con berrinch
Rápido saco los dos sobres de mi cartera, los sostengo y me bajo para poner punto y final. Al caminar veo lo decaída que está la vivienda, el pasto crecido y el carro de mi madre está estacionado en la entrada. Tomo valor, toco la puerta y nada. Volví a tocar varias veces, se escuchan unos pasos y maldiciones. Por instinto nos apartamos de la puerta y abre en ese justo momento. Revelando a mi madre tan perdida, su pelo que siempre cortaba militar está más largo y le sale una pequeña coleta. La Leona tiene su cabello salido del moño y una bata gastada. Al verme en su expresión se nota el repudio. Ella me da su mirada fría y posa sus ojos en mi vientre. Sin pensar pongo mis manos de escudo, protegiéndome de miradas venenosas. A mi lado Dorian se tensa, está alerta y me agarra el hombro. —Putita, ahora con cría —lo que suelta de su boca es pudrición—. Eres la perfecta puta. Sus palabras son dolorosas, pero he aprendido a ignorarlas. —¡Hola, madre! —le doy una media sonrisa y ella sonr
Se despidieron de mí con la preocupación en todo su rostro y sonreí a medias. El doctor buscó a una enfermera que me preparó para la ecografía, además me ordenó sacar la sangre y orinar. Estoy agradecida porque se descartó embarazo ectópico y solo espero los resultados de los análisis. Ken se aseguró de traerme comida de la nana, me limpié la boca con la servilleta y recibí la visita de mi papá con Marjorie, histéricos. Ken apartó la bandeja y les dio espacio.—Hija, ¿no quieres que llegue a los cien años? —cuestionó mi padre y se lanzó a besar el vientre, luego me dejó sin aire con su apretón—. Mi corazón no aguanta tantos sustos, Tiara —me besó la frente y no ocultó sus lágrimas.—Papá, estamos perfectos, solo quedan los análisis y estoy segura de que vendrán positivos —limpié sus lágrimas y Marjorie sostuvo mi mano.—Gracias a Dios que los protegió, si no estaría presa por arrancar la cabeza a esa madre malvada —afirmó Marjorie y me abrazó.El doctor hizo aparición con su carpeta e
Tiara Dos semanas después mis nervios me atacan y estoy encerrada en el baño del hotel “El Guajataca”. Llamé a Ken, no lo dejó sonar mi odioso y aporrean la puerta. —¡Tiara, mueve el trasero! —bramó Marjorie, ella me conoce y sabe lo nerviosa que estoy—. ¡No te preocupes, Aimeth, sigue adelante! —Siempre me cubre Marjorie, es la mejor. Ken escucha el alboroto y mis manos tiemblan. —Sirena quisquillosa, no temas, solo formalizaremos delante de nuestros seres queridos y amigos —lo llaman por fuera de la línea y mi odioso pide tiempo—. Estoy loco por verte, te reto… —su voz se puso ronca y sonreí imaginando su rostro de pícaro. —Me retas a vivir siempre, ¿cuál es el reto, Ken? —Por increíble que sea su voz me calma. —Cuando nos declaran marido y mujer —moví la pierna esperando su locura—, luego del beso, nena, no importan las personas, quiero un beso real —exigió, obviamente se lo daré y él lo sabe. —¿Ese es el reto? —cuestioné monótona, esperaba algo más cachondo. —No lo es, por
Ellos me guían fuera del hotel, nos hemos retirado bastante y veo una avioneta en el lado del monte. Joder, hay dos instructores de paracaidismo y mi corazón grita por esta perfección. Empecé a brincar como loco y mis amigos me despeinaron. —Mierda, ¡¿es lo que creo?! —bramé con Fabi encima de mi espalda y me volteé hacia Oscar—. ¿Llegaré a mi boda desde el aire?—¡Feliz boda, hermano! —gritó Oscar y Fabi se bajó de mi espalda—. No soy de dinero, pero entre la pandilla y con la ayuda del jefe de Fabi… —Os apuntó a cada uno— conseguimos que esto se hiciera posible —me arrojé a abrazar a mi hermano—. Te amo, hermano y quiero que seas muy feliz —mi corazón se apretó con su muestra de amor.—¡Gracias, gracias, es el mejor regalo! —besé su mejilla y abrí los brazos a mi pandilla.Nos fundimos en un abrazo grupal dando vueltas. Una vez calmados, veo que Brandon tiene un radio en mano y la voz chillona de su chica sale por el aire.—Negrito, apúrense, que el padre de la novia no está muy co
—Sí —Dori corrió a su lado y lo abrazó—, sí, quiero tenerte a mi lado por siempre —mi primo enterró su rostro en el vientre de Dori y sus hombros temblaron. Mi tío Facundo los abrazó y la pandilla se tiró encima de ellos. Miré a Ken llorosa y él sostuvo mi mano. —¡Vamos al abrazo grupal, te mueres por ir! —Mi odioso me conoce y corrimos hacia nuestra familia. Nos fundimos en un abrazo que llegó al alma. Mi primo me buscó, me cargó y dio vueltas conmigo. Al bajarme se puso al nivel de la panza. —¡Mini Tati he propuesto matrimonio a mi bola de amor, tu futura tía y dijo que sí! —sus alaridos los escucharon todos los invitados—. Tati, no quise detener tu boda —sostuvo mi cabeza y depositó un casto beso en mi frente—. Te casarás en este instante. —Nos miramos y no puedo estar más agradecida con la vida. —Nunca interrumpiste mi felicidad, presenciar tu amor es una bendición y siempre quiero estar en cada uno de tus pasos, no importa si son amargos, ahí estaré. Ken se arrimó a mi espal
Mi odioso se ha quedado lelo observando el aro oscuro de una ola sosteniendo un diamante y al mirarme veo el brillo en sus ojos. No tiene que hablar, su emoción en sus ojos la he detectado y sostuvo mi mano. El padre empezó a repetir lo mismo y Ken se ve ansioso por saltarse las reglas. Su mano no me ha permitido ver el aro y tengo mucha curiosidad. —Yo, Kendrick te acepto como mi esposa, Tiara. Te amaré, cuidaré y respetaré por el resto de mi vida —deslizó el anillo y su mano sigue tapando el aro. —Odioso, saca la mano —refunfuñé y no me importa que todos se mueran de risa. —Me empeñé en que tu anillo fuera acorde contigo y este es hecho para ti —su mano quitó y alzó arriba moviendo los dedos y con su sonrisa de pícaro puesta en mí. Pero en vez de mirar me quedé perdida en sus labios—. Nena, puedes mirar ahora que quiero comer tu boca y sobre todo ese labio que tienes aprisionado deseo succionar —mierda, no me fijé que mordía mi labio inferior y al bajar la mirada mis ojos se agran
Estoy más que feliz, soy oficialmente la esposa de Kendrick y no me arrepiento de nada. Todavía rememoro mi boda y cada detalle fue maravilloso. Nunca la olvidaré, fui la novia más linda del mundo. Deben saber que todas nos sentimos estrellas de Hollywood ese día. Es cierto, ese día fui única y los ojos marrones con toques de verde nunca se despegaron de mí. No mentiré, esperaba a mi madre Leona, pero nunca se retractó. A pesar de todo, es la que me dio la vida. Aún albergo la ilusión de que se arrepienta y pueda ser feliz. «Tiara, no estés a pesarosa, vuelve a los detalles hermosos», me alenté. Mi mente recordó la canción que me dedicó Kendrick en la boda, se llama “No soy perfecto” de Favela y empiezo a cantarla. ¿Qué pensarías de mí? Si estuvieras en mi interior Si pudieras tal vez sentir como muero por ti ¿Qué dirías de mí? Si supieras que débil soy Si te confieso cuanto sufrí Antes de llegar a ti No soy perfecto amor Solo intento dar lo mejor de mí Mi corazón tiene duda