Erick reaccionó en ese instante al sentirse insultado, agredido, lo estaba llamando perro, la miró con sus ojos entrecerrados y le reclamo.—¡No soy ningún perro!, soy el rey de los licántropos, no soy ninguno de sus súbditos que tiene que soportar ese mal genio aberrante, yo la he respetado desde que me la presentaron como hermana del rey, me he portado muy caballeroso, además yo no le he hecho nada para que me trate de esa maneraLaila sin dejar de lado su tono despectivo ni sus gestos de fastidio, simplemente le comento—Yo lo dije porque me llego el aroma a perro, si usted se siente aludido, por algo debe de ser, además perro que ladra, no muerdeAlexander habló con su tono autoritario ya, para tratar de detener quizá una batalla que estaba comenzando, porque conocía muy bien a su hermana.—¡Basta Laila!, lo dijiste con toda la intención de ofender a ErickLa baronesa observó a su hermano que estaba con sus ojos rojos al reclamarle, se percató de que ya estaba enojado y no quiso p
Solo se escuchaban patas golpeando la nieve que se acercaban a gran velocidad, una enorme sombra blanca salto sobre uno de los lobos lanzándolo unos metros hacia atrás y se denotó un lobo blanco de pelaje brillante que se perdía con la nieve, se mimetizaba con ella, aprovechándose de eso ataco a otro más, mordiendo y destrozando huesos que tronaban al romperse, un gruñido muy fuerte se oía allí.Solo quedo el líder de esos lobos solitarios que estaba en posición de ataque mirando con odio y salvajismo al lobo blanco que estaba frente a frente, las fauces de ese lobo eran muy filosos y muchos más grandes, tuvieron un encuentro fenomenal, el crujir de huesos, los mordiscos, pronto la nieve se tiño de rojo carmesí, la lucha era encarnizada entre ambos.Hasta que al fin la lucha termino con un aullido lastimero que termino con la muerte del líder de los rogues, algunos que estuvieron observando la pelea no intentaron ayudar a su jefe, sino que estuvieron escondidos temblando de miedo ante
En otro lugar muy lejos de allí, en el castillo de Vaslac, detrás del espejo mágico, Artis, el antiguo rey licántropo, estaba por salir de cacería con sus súbditos leales a Él, cuando la voz ansiosa y gutural de su amigo y protector vampiro se escuchó allí dentro.—¡Espera Artis!, debo decirte algoArtis se quedó sin moverse allí parado, Vaslac se acercó para decir en su oído—Tu hijo está con Drácula y su familia esquiando, sin embargo, mi informante me dice que parece que tiene problemas con la hija de Vlad, jajajaja, lo trata como si fuese un perro, le dice "pulgoso", jajajajaEl rey licántropo antiguo Artis, al terminar de oírlo, lanzo lo que tenía en sus manos contra el suelo con mucha fuerza al sentirse ofendido y reclamo.—¡Esa maldita vampira!, a mí también me trató de esa manera, nos menosprecia, ¡se burla de nosotros!Vaslac recordó lo que su gran amigo había pasado con la hija de Vlad y se lo menciono—Ah, ya me acuerdo, Artis, es ella la que te venció aquella vez, ¿ah?, la
El Alfa Dylan estaba enfurecido, destilaba odio en sus ojos rojos ya, la loba inquieta y asustada se retraía cada vez más, un fuerte golpe en la mesa la destruyo completamente, respiraba muy agitado, por dentro de su ser se sentía traicionado, sin embargo, las palabras de la loba le recordaban que su amada esposa fue engañada, ni siquiera sabe nada, es una inocente víctima y ella no merece su repudio, solo ese engendro que lleva en su vientre, pero no puede hacerle daño porque la perdería a ella, a la mujer que ama, su luna.Se sentó en un sofá observando a la loba que estaba en posición fetal mirándolo sumisa y asustada, le hizo una seña con la mano llamándola y ella a toda prisa se levantó para ponerse al lado del Alfa y acostarse a sus pies recibiendo las caricias en su blanco pelaje mientras el Alfa Dylan balbuceaba.—Lika, por favor, regresa con ella, no le digas nada de lo que acabas de confesarme, yo... yo voy a tratar de disimular y convencerla de que todo fue un sueño, ayúdam
Laila la Baronesa oscura desde hace un tiempo atrás tiene de amiga a una loba desterrada que conoció cuando viajaba, la encontró rodeada de otros lobos que estaban a punto de matarla, para ella fue muy fácil deshacerse de los lobos acechadores, entonces por agradecimiento la mujer Annia dijo que le serviría, la llevo al castillo, con el tiempo fue haciéndose más amiga y a veces intervenía en algunas decisiones de la baronesa, solo en cosas pequeñas lo hacía, pues debía ganarse su confianza.Después de unos meses salió con el pretexto de pasear por los alrededores, para Laila eso era lo más natural, porque creyó que estaba aburrida solo encerrada en el castillo, por eso nadie la vigilaba, en el bosque la esperaba Dylan para enterarse de los pasos de la vampira, a veces renegaba de que no había cómo dañarla por lo poderosa que ella es, además fue testigo de la lucha entre ella y el rey antiguo Artis.Él sabía que al rey Drácula le era imposible dañarlo, por eso no se ocupaba para nada e
Dos gigantescos monstruos se observaban entre sí, ambos estaban en posición de ataque, solo gruñidos se escuchaban, se rodeaban entre sí, las alas de uno hacía ventiscas que levantaba la nieve y la visión se nublaba debido a ello, sin embargo, el licano inteligentemente saltaba a gran altura para no perder de vista al otro ser oscuro.Un par de ojos lobunos no perdían detalle de esa futura batalla, una sonrisa se vio en su rostro y su voz perdiéndose entre los gruñidos de las dos bestias.—¡Por fin se hará justicia!Sin embargo, no todo es lo que uno desea en esta vida, justo cuando ambos se lanzaron para atacarse, una inmensa ráfaga roja se cruzó entre ambos, separándolos con gran fuerza y haciéndolos rodar uno lejos del otro, un rugido ensordecedor se escuchó en ese inmenso sitio blanco lleno de nieve, como por arte de magia el testigo lobuno desapareció maldiciendo.—¡Maldito Drácula!Por la tremenda fuerza infringida por el rey vampiro, ambos contrincantes quedaron inconscientes,
Laila en sus sueños estaba en un edificio elegante caminando hacia un ascensor, alguien cruzo a su lado empujándola haciendo que casi pierda el equilibrio alcanzando a sostenerse de la pared a su lado y le gano entrando al ascensor en donde las puertas comenzaron a cerrarse, fue entonces que ella gritó.—¡Esperen! ¡Detengan el ascensor!Sin embargo, lo que escuchó fue una gran risotada de alguien, se quedó allí parada muy enojada, estuvo reflexionando unos momentos, fue entonces que reconoció esa carcajada y menciono.—¡No puede ser! ¡No lo creo posible!, debo de estar equivocadaPero recordó unos ojos dorados que alcanzo a divisar cuando se estaban cerrando las puertas del ascensor, eso hizo que contrajera el ceño, entonces su furia fue creciendo a velocidad y soltó un grito con toda su fuerza que hizo temblar todo a su alrededor.—¡Maldito pulgoso de mierda!En ese preciso momento se despertó, su grito que no solamente estuvo presente en su sueño, sino que lo había hecho de verdad y
El grito de susto lanzado por la omega se escuchó en toda la mansión, salió del agua cuál bólido sacudiéndose como un lobo y mojando por completo al recién llegado que no se movió ni un ápice, pero generando pánico en su beta que a toda prisa trato de ponerse en medio, sin embargo, ya fue tarde porque el rostro del Ceo estaba completamente mojado y sus cabellos destilaban agua que caían por sus párpados y mejillas.La omega balbuceó arrepentida y temblorosa—Oh, mierda, perdó… name Erick, yo… yo no creí que llegarías hoy yCuando de repente cambio su manera de hablar porque ahora fueron palabras de reclamo—¡Espérate un momento!, a ver, ¿a qué hora llegaste?, ¿Por qué no avisaste que venías?, debiste avisar, si hubiese sabido que llegarías hoy, hubiera limpiado la piscinaJhon, a pesar de ser el beta del Alfa no pudo contener su risa al escucharla, reclamarle como si fuera una chiquilla malcriada y más al ver la reacción de su Alfa, porque solo vio una gigantesca sombra que cayó en la