—Que tenga amigas no significa que vaya a volverse afeminado —mencioné.
—Exacto —murmuró mi amigo. —además para tu información, también paso tiempo con mis amigos.Ninguno volvió a hablar a lo que restó el transcurso a la preparatoria.Los tres nos dispusimos a bajar del auto, Asthon fue el primero en adelantarse, dejándonos a Matt a y a mí atrás. No me sorprendió ver como las chicas se comían con los ojos al pelirrojo, que con ese caminar seguro y esa altura de un metro noventa, era imposible de ignorar.Asthon se detuvo frente a una chica pelinegra que vestía de negro. Los vi intercambiar varias palabras antes de que continuara caminando y se perdieran por el pasillo.Me detuve en mi casillero, tomé los libros pesados para la clase de química y los guardé en la mochila. Sentí como unas delgadas manos cubrían mis ojos.—¿Quién soy? —preguntó Claire en un intento fallido de cambiar su voz aguda.—Claire —nombré soltandoCaminé por el pasillo saliendo de la preparatoria, Matt me avisó que no podría llevarme, por lo que me iría a pie hasta mi casa.—¡Jen! —me detuve al oír que me llamaban. —Ah, eres tú —dije al ver que era Alex.Mostró una sonrisa ladeada, estiró su mano hacia mi entregándome el dinero que me debía.—Allí tienes mi pago para la otra semana —explicó mirándome.—Gracias —murmuré guardando el dinero en la mochila.—¿Ya te vas? —me preguntó y asentí con la cabeza. —Igual yo.Nos encaminamos a la puerta, bajando los pequeños escalones. Se dio cuenta que el auto de Matt no estaba aparcado.—¿Quieres que te lleve? —preguntó. Estuve por negarme, estar en el mismo auto con Donovan no me parecía buena idea, pero deseaba tomar un baño urgente y dormir toda la tarde. Así que decidí aceptar aquel aventón hasta mi casa. Subimos al auto y nos marchamos de la preparatoria.—¿Cómo está Jessica? —Preguntó
Cerré el libro rápido antes que se pusiera a husmear. Obviamente que no le iba a decir la razón de mi sonrojo.—¿Qué te incumbe? —mascullé con molestia.No vi venir cuando se acercó a donde estaba y me quitó el libro, me levanté como un resorte de la silla para no permitir que viera lo que leía. —¡Asthon, devuélveme mi libro! —Demandé irritada.Di un paso al frente dispuesta a quitarle mi libro. Asthon lo sostenía en alto, me acerqué a él para arrebatarselo de las mano, pero antes que pudiera hacerlo, alzó su brazo y debido a su gran estatura, me fue imposible alcanzarlo.—Uh uh, no voy a dártelo —negó con una sonrisa mostrando sus blancos dientes.—¿Es en serio? —Pregunté con fastidio. —Sí —asintió sin borrar su burlesca sonrisa —quiero saber que te hizo suspirar y sonrojar.Lo que quería era molestarme, es lo que siempre hacía de pequeño, hasta hacerme llorar. Cru
Al final de muchos intentos fallidos, logré conseguirlo. Era un precioso oso panda con un corazón en el centro. Chillé como una niña pequeña al tener un juguete. —¿Quieres ir por algo de comer? —Asentí hacia Claire de acuerdo.Ya era más de las nueve y mi estómago gruñía, a lo lejos vimos un local lleno de personas, así que caminamos hacia el. —Veré si pueden atendernos rápido —dijo Claire al darse cuenta que debíamos hacer una fila larga para poder comprar.—De acuerdo, te espero aquí —asintió y se fue al local de comida.Saqué el móvil de la pequeña bolsa que traje conmigo, entré a Instagram y vi que tenía una nueva notificación, la abrí y vi que se trataba del mayor de los Hartmann.—Asthon le gusta tu publicación —leí en voz alta. Fruncí el ceño al notar que el pelirrojo estuvo husmeando mi cuenta. —¡Jen! Levanté y vi a Claire que venía corriendo con dos dulces en
Salí de casa y subí a mi bicicleta, tenía días que no manejaba, prefería caminar para hacer un poco de ejercicio. Además que la última vez que había manejado bicicleta casi terminé atropellada, desde ese día decidí no manejar al menos que fuera cerca de casa, y como Matt vivía cerca, no tenía ningún problema en irme en bicicleta por las solitarias calles.Tardé cinco minutos en llegar hasta la gran mansión, el señor de seguridad ya me conocía por lo que al verme me dejó entrar a la residencia de los Hartmann.Dejé la bicicleta cerca del auto de Matt, un Audi S30 color blanco, caminé hasta la puerta y toqué el timbre, a los pocos segundos la señora Fanny, empleada de la familia, me sonrió y me dejó ingresar al interior de la mansión. —El joven Matt se encuentra en la piscina —informó Fanny, le agradecí con una sonrisa.Me dirigí hasta allá, recorrí el extenso jardín y llegué hasta la enorme piscina. Vi a mi amigo sentado al borde de esta, como no
¡Auch!No sabía que me había dolido más, si el espectáculo que presenté anoche o que me haya dicho que me consideraba como una hermana menor.—Un gracias estaría bien, ¿No? —estaba quedando como toda una malagradecida.—Eh, sí... —balbuceé —muchas gracias Asthon. —Dije con las mejillas rojas —. Yo creo que ya debería irme...Me levanté de la cama bajo la atenta mirada del pelirrojo, este me recorrió de pies a cabezas. Recordé que solo vestía una camisa que cubría parte de mis muslos, no sé en qué momento mis pies perdieron el equilibrio y terminaron enredándose con el edredón de la cama, haciendo que cayera al suelo golpeándome el trasero.¡Mierda! ¡¿Es que acaso el universo estaba en mi contra?!Asthon llegó hasta donde estaba y me ofreció su mano para ayudarme a levantarme.—¿Estás bien? —asentí con las mejillas a punto de explotar por la vergüenza.Se me quedó mirando p
Caminé por toda la pista intentando no tropezar con los cuerpos sudorosos que se movían al ritmo de la música. Logré salir de allí y llegué a lo que me imaginé que era la cocina, encima de la isla habían bastantes vasos rojos con un líquido oscuro que no tenía la menor idea de que era.Agarré el más lleno y lo bebí de un trago, hice una mueca al sentir como me quemaba la garganta, su sabor era una extraña mezcla de limón con alcohol. Jamás me había embriagado, y esperaba que con otro vaso de ese líquido refrescante no me sucediera nada. Mi cuerpo no era tolerante a tanto alcohol. Estuve por agarrar otro vaso rojo, pero unas voces provenientes del living me hicieron entrar en pánico, así que me encondí en la primera puerta que vi. No quería que me tacharan de ladrona por estar robándome las bebidas. Las voces se escucharon más cerca, abrí un poco la puerta al sentirme acalorada en el pequeño y reducido espacio en el que me encontraba. Me asomé por la
Fruncí los labios, evitando no tirarle a Claire el libro que tenía cerca. Estaba sentada en la cama, con las piernas en forma de indio, comía los chocolates que me había traído la pelinegra que estaba al frente.—Por favor Jen, te prometo que te daré lo que quieras —suplicó colocando los ojos como el gato con botas. —Además, no te caería mal tener una cita.Resoplé.Claire me había comprometido a salir en un cita doble con el primo de Min, que había llegado hace poco a la ciudad. Según ella, el chico era muy agradable y simpático.—No me importa, ni deseo tener una cita. —Aseguré masticando el último chocolate. —Aceptaré con una condición...—¿Cuál? —preguntó contenta.—Que hagas mi tarea de matemáticas, por un mes. —Claire tenía la calificación más alta en esa asignatura, por lo que no sería difícil para ella.—Tenemos un trato —dijo aceptando.—Bueno, cambiando
—No me incómoda ni molesta que ellos pasen tiempo con otras personas —dije encogiéndome de hombros.—Has cambiado mucho, ¿Sabes? —comentó —La Jen que conocía no era tan independiente como la de ahora. Su comentario me sorprendió, pero no sé lo dejé saber.—Todos cambiamos a medida que vamos creciendo —mencioné restándole importancia.Siguió comiendo de su almuerzo, hice lo mismo terminando lo que quedaba de mi lasaña. Levanté la vista al ver a Harper acercarse a Asthon.—Vine para confirmar si vendrás a lo de hoy en la noche —preguntó enredando un mechón rubio en su dedo.—Seguro, preciosa —rodé los ojos al escucharlo.Mi estómago se revolvió al ver a Harper susurrarle algo en el oído a Asthon, compartieron una mirada cómplice antes que la rubia se marchara moviendo atrevidamente sus caderas.El timbre sonó y me levanté dirigiéndome a la salida de la cafetería sin de