Ximena no comentó nada sobre eso. Los tíos habían ignorado que Víctor también había sido engañado por Yazmin durante años. Ximena no dejaría que Yazmin siguiera viviendo felizmente como rectora de una prestigiosa universidad, disfrutando del respeto de todos. Ximena estaba decidida a desenmascarar a
Ximena interrogaba insistentemente a Fernando, pero él, exhausto, solo quería dormir y, murmurando algo incomprensible, dejó de hablar.—Ella se llama… Yazmin…Aunque Ximena no lo oyó claramente, dedujo por la forma de sus labios y la última sílaba «min», que Yazmin era la persona que había arreglad
—¡Rechazas el dinero que te ofrecen y ahora ansías la escritura de la casa! ¿Estás loca? —María golpeó con fuerza la frente de Rebeca.—¡Si has llegado a este punto es por tu culpa! Andrés fue tan bueno contigo, y todo esto es por tu infidelidad. De no ser por eso, con el ingreso actual de Andrés, y
—Sabes que no puedes dejar a Rebeca, pero tienes miedo de volver con ella, ¿todo porque temes a tu hermana?Rebeca, notando el cambio en el rostro de Andrés, jaló a su madre para que se callara.María, llena de resentimiento que había acumulado durante tanto tiempo, no pudo contenerse más. Empujó a
Rebeca, diciendo esto, intentó acercarse a Ximena de nuevo.Ximena, esquivándola, comentó:—Si no me equivoco, ¿Amado apenas tiene siete meses, verdad?—¡Siete y medio! —respondió Rebeca.—¡Qué temprano empezó a hablar, es increíble!—¡Nuestro Amado es muy inteligente! Ya decía 'papá' a los cuatro m
Andrés miró a Rebeca, quien sostenía con fuerza su tarjeta bancaria, con una mirada sombría y le preguntó con voz grave.—¿Será suficiente para la operación del niño?Rebeca levantó la vista, sus nudillos blancos alrededor de la tarjeta bancaria, y con voz temblorosa respondió:—Suficiente... deberí
Ahora, Rebeca se daba cuenta de que solo le quedaba Andrés. Aunque no tuviera dinero, él era bueno con ella y con Amado; vivir una vida tranquila y modesta no estaba tan mal. Era mejor que criar sola a su hijo. No quería seguir presionando tanto a Andrés; no podía permitirse perderlo.—Mamá, no te p
—¡Mamá, Andrés me bloqueó en WhatsApp! —Rebeca estaba tan angustiada que estaba a punto de llorar, con los ojos rojos como los de un conejo.—¡Qué! —María arrebató el teléfono de Rebeca, lo examinó con los ojos entrecerrados durante un buen rato, y luego sacó su propio teléfono para llamar a Andrés.