Capítulo 1025
En el silencio que siguió, Rocío miró a Samuel, su rostro lleno de confusión. Después de un rato, habló con voz apagada.

—¿Controlarlo? ¿Poseerlo?

Sacudió la cabeza y continuó:

—No es así. Lo amo. Él también debe amarme. Él es mi prometido, no puede traicionarme, no puede dejar de amarme. Desde peq
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