Nicanor dejó una carta de despedida y murió en una noche de intensa lluvia. Paralítico y postrado en cama, utilizó la aguja de una infusión para perforar su arteria carótida, desangrándose en su lecho. Sin embargo, su rostro reflejaba paz, con una leve sonrisa en sus labios, como si finalmente hubie
Sin embargo, apenas Ximena salió, Sofía tiró las flores al suelo y las pisoteó, tirándolas a la basura. No era un acto contra Ximena, sino una muestra de su incapacidad para perdonarse y reconciliarse consigo misma.Ximena a veces quería preguntarle a Sofía sobre esa noche, si había visto claramente
La mirada de José cambió ligeramente, manteniendo una sonrisa serena y tranquila, sin mostrar alteración alguna.—Señorita Ramírez, ¡mi relación con Carlos es puramente profesional! Definitivamente no soy su subordinado.Elena tiró fuertemente de la puerta, haciendo que el candado de hierro emitiera
No tocaba la comida que José le traía. Acostumbrada a una vida de lujos desde su infancia, nunca había experimentado tal privación. Y desde que se unió a la Familia Mendoza, su vida había sido aún más opulenta, comparable a la de un palacio real.La falta de baño y lavabo en la casa era intolerable.
Elena, asustada y abrazándose a sí misma, vio a José levantarse y salir. Ella se quedó tumbada en el lavabo, sin fuerzas, respirando con dificultad. Nunca nadie se había atrevido a tratarla así. Ahora, no se atrevió a resistirse ni a volver a ser arrogante. Con esfuerzo, se arrastró fuera del lavabo
La recuperación de Mariana trajo luz a los días sombríos de Ximena, quien sintió que volvía a la vida con ella.Cuando Diego se enteró del despertar de Mariana, tuvo el descaro de ir a su habitación de hospital para pedirle que volvieran. Aunque ya había sido dado de alta, cojeaba por una pierna las
Ximena observó en silencio a Mariana, cuya mirada era firme e inquebrantable. El silencio llenó la habitación del hospital mientras el sol poniente, rojo como la sangre, iluminaba el rostro pálido de Mariana, recién recuperada de su enfermedad. Después de un rato, Ximena habló suavemente.—Mari, la
Viendo a la multitud reunida, Dolores, entre lágrimas, les dijo a todos.—¡Vengan y vean! Una desgracia familiar, ¡una desgracia familiar!» Mi hijo se casó con una mujer con antecedentes de enfermedad mental en su familia. Esa mujer tuvo un episodio psicótico, intentó suicidarse con mi hijo y mi ni