Elena, asustada y abrazándose a sí misma, vio a José levantarse y salir. Ella se quedó tumbada en el lavabo, sin fuerzas, respirando con dificultad. Nunca nadie se había atrevido a tratarla así. Ahora, no se atrevió a resistirse ni a volver a ser arrogante. Con esfuerzo, se arrastró fuera del lavabo
La recuperación de Mariana trajo luz a los días sombríos de Ximena, quien sintió que volvía a la vida con ella.Cuando Diego se enteró del despertar de Mariana, tuvo el descaro de ir a su habitación de hospital para pedirle que volvieran. Aunque ya había sido dado de alta, cojeaba por una pierna las
Ximena observó en silencio a Mariana, cuya mirada era firme e inquebrantable. El silencio llenó la habitación del hospital mientras el sol poniente, rojo como la sangre, iluminaba el rostro pálido de Mariana, recién recuperada de su enfermedad. Después de un rato, Ximena habló suavemente.—Mari, la
Viendo a la multitud reunida, Dolores, entre lágrimas, les dijo a todos.—¡Vengan y vean! Una desgracia familiar, ¡una desgracia familiar!» Mi hijo se casó con una mujer con antecedentes de enfermedad mental en su familia. Esa mujer tuvo un episodio psicótico, intentó suicidarse con mi hijo y mi ni
—Como su vieja computadora, que ya tiene casi ocho años, con componentes obsoletos y un sistema anticuado. Pero ella prefiere seguir con su vieja computadora; aunque las nuevas sean más rápidas y tengan más funciones, no quiere aprender a usar un nuevo sistema.» ¡Con los hombres es igual! No tiene
Ximena había llamado a Jorge antes de llegar. Jorge era un experto en informática, pero dijo que era difícil rastrear registros tan antiguos y que la policía podría tener más suerte.—Ximena, no estarás sospechando de tu esposo... —Enrique se mostró incrédulo y enfadado—. Él no parece alguien capaz
—Volveré en máximo dos días.Lisandro, preocupado por la seguridad de Ximena pero incapaz de persuadirla, había pensado en enviar a Dax tras ella. Sin embargo, Dax, poco hábil en la comunicación, no era la mejor opción, así que decidió que Daniel la acompañara. También le dio a Daniel una instrucció
La doctora Silvana Ortega, de unos cuarenta años, apenas escuchó el motivo de la visita de Ximena y los demás, se excusó rápidamente diciendo que necesitaba ir al baño, pidiéndoles que esperaran un momento. Enrique, al ver a Silvana meter la mano en el bolsillo de su bata blanca y apretar instintiva