—Volveré en máximo dos días.Lisandro, preocupado por la seguridad de Ximena pero incapaz de persuadirla, había pensado en enviar a Dax tras ella. Sin embargo, Dax, poco hábil en la comunicación, no era la mejor opción, así que decidió que Daniel la acompañara. También le dio a Daniel una instrucció
La doctora Silvana Ortega, de unos cuarenta años, apenas escuchó el motivo de la visita de Ximena y los demás, se excusó rápidamente diciendo que necesitaba ir al baño, pidiéndoles que esperaran un momento. Enrique, al ver a Silvana meter la mano en el bolsillo de su bata blanca y apretar instintiva
Después de ser duramente reprendido por Regina, Diego entendió que Ximena había ido a Nubiazura para recoger pruebas sobre el asunto de Mariana. Diego también entró en pánico y corrió al hospital para buscar a Mariana.Dolores, preocupada por su hijo, también lo seguía. La oficial Raquel, viendo que
Diego, arrodillado, se aferraba a los pantalones de Mariana, llorando desconsoladamente, como si no pudiera vivir sin ella. La multitud comenzó a murmurar de nuevo, criticando la crueldad de Mariana y lamentando la devoción de Diego, que lloraba y rogaba a una mujer que casi lo había matado. Raquel,
Ximena vio la vacilación en los ojos de Carlos y continuó presionando.—Sofía te amaba profundamente. A pesar de sus dudas, confiaba en ti incondicionalmente. ¿Cómo podías herir a alguien que te amaba tanto?Carlos dio un paso adelante, preocupado por aparecer en la cámara, y luego retrocedió rápida
Al ver el mensaje, Diego palideció. Suplicó a Ximena, recordándole los viejos tiempos, que no fuera tan despiadada.—Todo es culpa de Regina, ¡ella me obligó! Si no hacía lo que ella quería, me despediría. ¡Fui forzado, no quería hacerlo, era mi propio hijo! Ximena, por favor, mira al final, no caus
—¿Cuándo puedo empezar a trabajar? —preguntó Diego con cautela.Sin empleo actualmente, después de ser despedido por Regina y con una pierna lastimada, encontrar trabajo en el sector parecía una tarea titánica. Ahora se presentaba la oportunidad de unirse a la Corporación Mendoza, incluso como geren
Mariana miró el acuerdo de divorcio frente a ella, quedándose sin palabras por un largo momento. Sus dedos temblaban mientras sujetaban con fuerza el acuerdo de divorcio y la carta de entendimiento, mirando hacia las estrellas fuera de la ventana, mientras las lágrimas resbalaban silenciosamente por