—Elena me robó a mi hijo hace años y para que su mentira no se descubriera, para no perder todo lo que ahora tiene, seguramente querría eliminarme. Matarme directamente sería arriesgado, ¡quizás temían tu venganza! ¿Qué mejor que inculparme de un asesinato y que me condenen a muerte, sin dejar rastr
—Mamá, siempre supe que eres mi mamá. No llamarte mamá no significa que no te quiera, Iván, —dijo Iván mientras abrazaba suavemente a Ximena y continuaba hablando con una voz infantil.» Desde pequeño, Iván siempre ha trabajado duro, mendigando, haciendo tareas, intentando comer poco. Pero mamá Lore
Para Iván, Nicanor era como un padre. A pesar de estar enfermo y ser pobre, el amor que le daba no era menor al de cualquier padre. Lorena era la obsesión constante en la mente de Iván, pero Nicanor era un rayo de luz cálido en su corazón.Al irse, Nicanor llamó a Ximena y sólo dijo una frase:—¡Mi
Ximena inhaló profundamente, casi pudiendo visualizar la escalofriante escena de Estrella cubierta de sangre y heridas.—¿Cómo pudo pasar esto? ¿Han atrapado al asesino? —preguntó Ximena con voz entrecortada.Aunque inicialmente no tenía una buena impresión de Estrella, reconoció que era una persona
Daniel fue a recoger a Ximena del trabajo. Sentada en el auto, miraba las luces de la calle retrocediendo, y las sombras parpadeantes iluminaban el interior del coche. Ximena no sabía qué tipo de desesperación y dolor había experimentado Estrella antes de morir. Una mujer en la flor de la vida, term
Las palabras de Ximena dejaron a todos petrificados. Teresa miró a Jorge y Daniel, buscando respuestas. Desde que Iván llegó a Residencial Orquídea Azul, Teresa se había quedado allí para ayudar con los niños y, de paso, proteger a los tres pequeños. Su misión actual era cuidar de la joven señorita
—¡No! ¡Papá es tan fuerte, seguro que estará a salvo! —Felicia levantó su rostro con admiración.En su corazón, su padre era un héroe, invencible y siempre victorioso. Iván, por su parte, estaba silencioso, con las manos apoyadas en sus mejillas, sin decir una palabra. De vez en cuando, levantaba la
Lisandro dio un par de pasos hacia la dirección de la voz. Aunque no podía ver a los asesinos ocultos en la oscuridad, sentía claramente que el viento a su alrededor se había vuelto más alerta.—¿Dónde está exactamente tu trampa? —preguntó Lisandro, tocándose la nariz y sonriendo levemente—. ¿Una tr