Felicia se quedó atónita.—¿Cómo es posible confundirse así?—Pero mi tío se confundió, —respondió Mateo, con una mirada cada vez más vacía y sin brillo—. Él siempre decía que me amaba mucho, que me adoraba. Incluso mi tía no pudo reconocerme. Tomaron al niño equivocado.Felicia sentía una gran pena
—Con mi papá en nuestras vidas, tu mamá no tendrá que trabajar más. ¿Para qué necesita otro maletín? —Mateo habló con desdén—. ¡No te preocupes! Lo que tú ahorras en un año, no es más de lo que yo gasto en un día.Las palabras de Mateo molestaron mucho a Felicia, quien caminaba enfadada y con los la
Todos no lo veían de esa manera. Pero Mateo ahora era demasiado sensible, hasta una mirada errónea podía interpretarse en exceso. Como una telaraña desgastada por la tormenta, incluso una brisa ligera podría hacerla romperse completamente de la rama.Ximena se acercó con cuidado, agachándose.—Mateo
—Qué infantil, ya no juego con estas pistolas de juguete o coches a control remoto.Ximena observó a Mateo, quien parecía un pequeño erizo, erizando sus espinas y encerrándose en una coraza impenetrable, rechazando la cercanía de todos. Su corazón se llenaba de un dolor inmenso.—¡Mateo, la felicida
El coche de Armando estaba equipado con mesas, sillas, un surtido de dulces y un minibar, como si fuese un salón de descanso móvil. Se detenía donde encontraba una vista agradable, abría las ventanas del coche y, mientras disfrutaba del paisaje, degustaba los dulces y bebía vino. Esa debía ser la vi
—En la familia Mendoza, sin contar las ramas secundarias, solo de tu abuelo y sus hermanos, hay doce. Primos y primas, más de cuarenta, todos con acciones en la empresa.—Cuando Lisandro insistió en unirse al ejército, toda la familia se opuso. Sin embargo, se alistó a escondidas y desapareció. Dura
Armando y Ximena habían hablado mucho. Ximena pasó de sentir inicialmente una inquietud, a un adormecimiento total, y finalmente, a una desilusión profunda. Anteriormente, ella pensaba que la distancia entre ella y Lisandro era de estatus social. Pero después de escuchar a Armando, se dio cuenta de
—Si nació en la Familia Mendoza, debe asumir las responsabilidades que esto conlleva. No puede escapar de su destino; lleva la sangre de la Familia Mendoza en sus venas. Desde su nacimiento, su identidad y estatus estaban determinados.Ximena aún se resistía a aceptar la realidad que Armando le pres