—No.—¿Por qué decidiste llamarme? Rara vez lo haces. —La voz de Lisandro denotaba alegría.—¿Acaso no puedo llamarte?—¡Claro que sí! Siempre puedes llamarme, donde sea y cuando sea.Las palabras de él hicieron que ella casi rompiera en llanto de nuevo.—¿No te da miedo que Elena lo vea? Preguntó
Después de pasar toda la noche buscando a Mariana en la montaña, Diego finalmente descubrió que ya había regresado a casa. Furioso, le reclamó por no haberle avisado, al ver a Diego tan enojado, Mariana, sintiéndose triunfante, contestó con voz temblorosa y fingida inocencia:—No había señal en la m
Ximena no tomó en serio sus palabras. Sin embargo, El Beso del Sol era el mejor restaurante en todo Nubiazura, con ingresos que se decían alcanzaban los miles de millones de dólares al año. ¿Cómo podría ser de su propiedad? Después de comer, Enrique guardó los platos y los cubiertos en silencio.Hab
La manera en que Felicia llamó «tío» a Armando derrumbó en un instante toda la ira que se acumulaba en su interior.—Pequeña, con mi edad, deberías llamarme «abuelito» no «tío».Comentó Armando con un semblante serio. La niña, con sus grandes y brillantes ojos, mostró sorpresa.—¡Pero abuelito se ve
Al escuchar a Armando mencionar a Serena, la madre de Ximena, Emilio soltó un suspiro.—Hizo bien el joven al separarse de ella. De lo contrario, hubiera sido una relación tormentosa. —Armando suspiró.—Les pedí que se separaran pronto por el bien de esa chica. Si mi padre llegara a enterarse, no sé
Al salir del baño, Lisandro, sin molestarse en secar su cabello, se encaminó directamente a su cuarto.—Oye, hermano, si no te secas el pelo antes de dormir, te va a doler la cabeza. —Le gritó Sofía.Pero Lisandro no le hizo caso, entró a su habitación y cerró la puerta de golpe. Sofía, al ver tanto
Marcus asintió repetidamente, convencido de la idea de Sofía. Ambos decidieron que al día siguiente irían juntos al hospital para hacer una prueba de paternidad. Al amanecer, Sofía se encontraba ya en el hospital. Gracias a la ayuda de Marcus, los resultados estarían listos en unas pocas horas.Ambo
Sofía, emocionada hasta las lágrimas, apenas podía creer lo que veía.—¿Realmente es... de verdad...? —Murmuró.En el impulso de compartir la buena nueva, intentó llamar a Marcus, pero su mano tembló y el teléfono cayó al suelo con un sonido seco. Al agacharse para recogerlo, vio que la pantalla est