Capítulo 0345
—¡Diego, eres un desgraciado! —gritó Mariana, levantándose de la cama y, a pesar del dolor en su vientre, tomó una almohada y la arrojó hacia él.

Luego tomó un vaso de agua y también se lo lanzó.

—¿Qué estás diciendo? —replicó.

Diego, con reflejos rápidos, esquivó los objetos arrojados.

El vaso de c
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