—¿Por qué estás tan apurada en divorciarte? —preguntó Lisandro con un tono severo en su mirada.Desde que Luis apareció en la vida de Ximena, ella había mencionado el divorcio con más frecuencia. ¿Acaso era por Luis?Ximena no quería que Lisandro pensara que estaba siendo irracional o caprichosa. No quería discutir con él.¿Qué significaba separarse en buenos términos?No pelear, no discutir, dejar una buena impresión en el otro al final, y mantener la dignidad.Acusar al otro emocionalment
Lisandro añoraba esos momentos que realmente no le pertenecían, pero tarde o temprano tendrían que enfrentarse a la realidad.Deseaba contarle todo a Ximena, sin importar si lo comprendía o no.¡Al menos así limpiaría su conciencia!—No me imaginé que un amigo de tantos años se aliara con su hermana para traicionarme, adulteraron mi bebida. Sentí que algo no iba bien con mi cuerpo; estaba desorientado y, a duras penas, conseguí salir del reservado.—Después…Lisandro cerró los ojos.En aqu
La actitud de Luis no parecía la de alguien completamente enfocado en su carrera. ¿Acaso estaba esperando a alguien?Después de un rato, Ximena logró calmarse, con una voz rasposa y débil dijo:—¡No buscaré a nadie más! No me casaré de nuevo teniendo una hija.—No es difícil encontrar a alguien incluso teniendo una niña. No seas tan pesimista —respondió Lisandro, intentando seguir la conversación.Ximena soltó una risa sarcástica: —Puede que con un hijo, pero con una hija, no.—¿Por qué?X
La llamada se llenó con los sollozos de Mateo.Lisandro, muy preocupado, pidió a Elena la ubicación de inmediato.Elena colgó y envió rápidamente la dirección.Estaba en las montañas, a más de sesenta kilómetros de Nubiazura.Cuando se cortó la llamada, Mateo detuvo su llanto, mostrando impaciencia: —¿Por qué siempre engañamos a papi?—No lo estamos engañando, ¡el auto realmente tuvo un problema! —dijo Elena.—Me hiciste llorar.—Si no lloras, ¿crees que papi vendría rápido? ¡Está hechiza
— Si tuviera un papá, ¿él me pondría en primer lugar en su corazón, como lo hace el tío con su hijo? —eres tan linda, estoy segura de que serías la niña de sus ojos —le aseguró Ximena.La añoranza de Felicia por el amor de un padre hizo que a Ximena se le ocurriera una idea.Abrió el armario y vio el impecable traje negro de Lisandro colgando. Comenzó a buscar entre sus cosas.Las pertenencias de Lisandro siempre estaban perfectamente organizadas y limpias. No encontró ni un solo cabello.
— ¡Ay Mari! —Ximena le dio un suave golpecito a Mariana—. Hay muchas personas en el mundo que se parecen, no todos tienen que ser familia.Mariana parecía no escuchar a Ximena, y con los ojos aún fijos en el niño, murmuró: —¡Esto me da una idea! La protagonista está haciendo voluntariado en un orfanato y se encuentra con el hijo no reconocido de su primer amor. ¡Y ese niño resulta ser el hijo de ambos!Ximena se quedó sin palabras y se dirigió hacia la directora del orfanato, Esperanza Vargas.
El árbol, adornado con cintas rojas, ondeaba con el viento.Lisandro se preguntó cuál sería el deseo de Ximena.Tomó su teléfono y le respondió con una palabra: [Regresaré.]Cuando Ximena vio el mensaje, sintió una chispa de alegría en su corazón.Esa alegría la hizo sentirse patética, como una concubina compitiendo por el favor de un emperador.Sin embargo, estaba dispuesta a luchar por el futuro de Felicia.Incluso si las probabilidades no estaban a su favor.Al salir del orfanato, un M
Lisandro conducía montaña abajo con Elena y Mateo a bordo.Había ordenado que llevaran el coche de Elena a reparar cerca de allí y había encargado a Daniel que llevara a Elena y Mateo de vuelta a Aurensia.Elena, con una sonrisa, sugirió: —Lisandro, ya se está haciendo tarde. ¿Por qué no se quedan Mateo y yo en el hotel Nubiazura esta noche?El rostro de Lisandro no mostró emoción al escucharla, lo que provocó un latido acelerado en el corazón de Elena.Ella se apresuró a explicar: —A Mateo