Capítulo 0154
Lisandro salió de su habitación del hotel y se dirigió al restaurante de abajo.

Mateo estaba allí, comiendo.

Estaba de buen ánimo, sus grandes ojos brillaban y, sorprendentemente, estaba comiendo las verduras que normalmente detestaba.

Lisandro se acercó y le preguntó a Mateo: —¿Por qué tan contento, mijo?

Mateo le sonrió radiante: —Es un secreto.

Lisandro miró a Susana, y ella formó con sus labios las palabras: —Recibió una llamada.

Lisandro sentía curiosidad. ¿Quién había llamado a Mateo
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