Ximena estuvo a punto de soltar una carcajada: —¿Qué quieres decir con que tú no lo tomarás en serio? ¡Debería ser yo la que no lo tome en serio!—Cuando nos casamos, te dije que nunca tuvieras ninguna expectativa romántica hacia mí. ¡Nunca me enamoraré de ninguna mujer! —respondió Lisandro, con una actitud soberbia y con una mano en el bolsillo de su pantalón.Ximena, visiblemente molesta, replicó: —Señor Mendoza, ¿acaso piensas que todas las mujeres del mundo están detrás de ti?¡Qué absurd
—No necesito tu compensación.Ximena no esperaba que alguien tan arrogante como Lisandro pudiera ser comprensivo: —¡Yo se lo pagaré a mi hermano!—Entonces quédatelo y úsalo tú —dijo Lisandro, tratando de darle la llave nuevamente, pero Ximena se la devolvió.—No sé conducir y no tengo licencia.Lisandro frunció el ceño y preguntó: —¿Todavía hay gente que no sabe conducir?Ximena encogió los hombros: —¡No me gustan los coches! Además, mantener un coche, ponerle gasolina, es un gasto conside
La mujer tenía su cabello recogido en una alta cola de caballo, vestía una falda negra con botas altas y mantenía sus brazos cruzados, mostrando una actitud arrogante.—¿Quién eres? —preguntó Ximena, quien no reconocía a la mujer.—No necesitas saber quién soy —respondió Sofía, sin querer revelar su identidad, pensando que Ximena no merecía conocerla.—Soy amiga de Gael —añadió.Al mencionar a Gael, la habitual expresión amable de Ximena cambió, tornándose fría al instante: —¿Qué quieres de
—¡Tú realmente...! —exclamó Sofía, sin palabras.Había pensado que el matrimonio de Ximena era solo una táctica para hacerle daño a Gael, no podía soportar ver a su buen amigo sufrir.—Guapa, ¿te gusta Gael, verdad? —Ximena observó fijamente a Sofía, haciendo que un atisbo de nerviosismo cruzara su rostro.—¿Qué dices? ¡No es cierto! ¡Solo somos amigos! —respondió Sofía, un poco a la defensiva.—Les deseo lo mejor. Ojalá estén juntos pronto y, cuando lo hagan, desaparezcan completamente de m
Desde un costado, Sofía sacó rápidamente su móvil: —¡Perfecto! ¡Llamo a la policía ahora mismo!Pero Ximena detuvo a Sofía, lo que provocó una mirada de incredulidad de parte de esta: —Cuando una de tus alumnas es maltratada, ¿no llamas a la policía? ¿Acaso estás encubriéndolo? ¿Son cómplices o qué?Ximena decidió ignorar a Sofía y continuó dirigiéndose a Martín: —Señor García, si no te disculpas, no puedo asegurar que esta grabación no termine en el teléfono de tu esposa.Mientras decía esto
—Si el caso se hace público, muchos hablarán mal, dirán que las chicas se visten provocativas, que buscan la atención de los hombres. Esto afectaría mucho la reputación de la estudiante.—Ella es aún joven. ¿Cómo enfrentará la vida después de esto?—Puedo ayudarte, hacer que ese viejo despreciable pague por lo que hizo —propuso Sofía.—No gracias, no tengo una buena opinión de los amigos de Gael —Ximena quería evitar cualquier involucramiento con Gael.—¡No puedes juzgar a todos por igual! A
—¡Todo eso de alejarse de un rico pretendiente y mudarse de casa no es más que una excusa para acercarse a nuestro jefe! Lo que debemos hacer ahora es encontrar ese reloj lo antes posible. Si los archivos secretos dentro del reloj caen en manos equivocadas, las consecuencias serán desastrosas.—Jefe, no te dejes engañar por la apariencia inocente de la señora. Si es necesario, ¡usa medidas extremas!—¡Daniel, cállate! ¡El reloj no está con la señora! —Jorge, enfurecido, elevó la voz, comenzand
Una suave brisa sopló, y los pétalos rosados cayeron alrededor, creando una escena digna de un cuadro.Un ambiente tranquilo y sereno impregnaba el lugar, evocando un sentimiento de que todo estaba bien en el mundo.Ximena sacó su teléfono y les tomó una foto. En ese instante, la distancia que siempre parecía separarla de Lisandro pareció acortarse, aunque fuera un poco.Ximena se acercó y tomó la pequeña mano de Felicia.Algunas estudiantes pasaron junto a ellas, saludando con la mano a Lis