Conociendo a los suegros.

CAPÍTULO 29.

Se colocó el teléfono en la oreja y deliberadamente no hablo, luego oyó la seductora voz de Aiden.

―¿Nicole?

Ella contuvo una sonrisa y se tumbó en la cama y agito las piernas como una colegiala, aclaro la garganta y fingió no conocer a la persona del otro lado del teléfono.

―¿Quién eres?

Aiden frunció las cejas y supo de inmediato que la pequeña diablilla estaba jugando con él.

―Soy tu hombre, tu marido, tu dios masculino, el único que puede follarte, tu compañero y el padre de tus hijos…

El tono de Aiden era tan solemne y decías las palabras con total seguridad, Nicole se estremeció con cada una de ellas.

Sintió que esas palabras eran hermosas y llenas de posesividad. Su corazón estaba lleno de emoción. Pero su boca continuo en silencio, hasta que finalmente lo interrumpió con una sonrisa.

―Aiden tienes el ego por los cielos.

Él guardó silencio durante unos segundos y respondió en tono serio.

―Digo la verdad.

Nicole se quedó muda y divago para preguntarle.

―¿Ya llegaste
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