Hanna BeckerNew York Mi cabeza, estaba pensando en la mejor manera de irme y de no verme mal con Devin, no quería que nuestra tregua, terminara mal por abandonarlo en el hospital ahora que más me necesitaba, así que se me había ocurrido que iría a la casa y me arreglaría para poder irme a trabajar al estudio. Eso era, nadie iba a estar a cargo de los asuntos del trabajo, si todos estaban aquí en el hospital.–Susan, ya se me ha ocurrido algo y te haré caso, me iré, ahora – Le di un beso a mi amiga – Me llamas, por favor, cuando ya te hayan dado de alta ¿Sí?–Claro que sí Hanna. Yo te llamaré apenas, me den de alta. Te lo prometo – Respondió mi amiga – Cuídate mucho, vete ya. Yo te despido de Devin, ¿Quieres que le diga algo?–Sí, por favor. Dile, que me fui a ver los pendientes al estudio, no podemos dejar a los clientes tirados.Era la excusa perfecta, aunque en verdad alguien tenía que estar al frente del estudio, así que mataba dos pájaros de un tiro.–Eres única, Hanna, me s
Devin BeckerNew YorkEse día terminé como pude mis pendientes en el estudio y por la tarde, cuando Hanna volvió, después de firmar el contrato que había quedado pendiente de Katie, me sorprendí al verla llegar con ese trato cerrado con esos clientes, quienes eran muy especiales y yo, había llegado a pensar que, ellos al no ver a mi hermana, no iban a acceder a firmar ese trato con Hanna.–Devin, Daniel ¿Cómo se sienten? – Nos preguntó Hanna – Ya deberían irse a descansar, yo me ocupo de los pendientes aquí. Miren a mi pobre amiga, se ha quedado dormida en el sillón.–Me siento fatal Hanna, pero ya atendimos a la clienta, ya vino por los planos – Respondí – Se fue muy contenta, con los arreglos que le hiciste. Gracias, Hanna.–Por nada, Devin – Me respondió ella – De los pendientes de Levina, me imagino que se ha ocupado su asistente, pero de cualquier modo iré a ver si hay algo que necesite alguna supervisión.–Está bien Hanna, mientras Devin y yo, terminamos aquí – Le dijo Daniel –
Devin BeckerNew YorkEstaba escuchando mucho drama a mi alrededor y es que yo, tumbado en el suelo mientras todo me daba vueltas terriblemente, me sentía desfallecer, además que no podía ver nada, todo estaba oscuro. Mi cabeza se sentía hueca, pesada y con mucho dolor que no sabía, ni lo que estaba pasando, sólo sé que, quería hablar y no podía y quería expresar lo mal que me sentía de alguna manera, pero me era imposible.–Traigan un cojín por favor – Pedía Daniel – Para poner la cabeza de Devin y una cobija, para que no se enfríe.Yo me encontraba bien, aunque un poco desorbitado, pero no sentía frío, creo que ellos estaban peores que yo, al pensar eso, solo necesitaba abrir los ojos, para que se dieran cuenta de lo equivocados que estaban.–Enseguida lo traigo Daniel – Dijo Hanna – Llamaré a un médico a que venga a verlo, no es normal que se haya desmayado.–Dany mi amor, dame espacio, le pondré alcohol a Devin y con esto volverá a la vida – Dijo Susan – Devin, por favor despierta
Hanna BeckerNew YorkLlamé al hospital, para pedir informes de Katie y afortunadamente, mientras el doctor revisaba a Devin, me informaron que ella, ya había dejado de estar en peligro y que, si evolucionaba así de bien, pronto iba a dejar el área de terapia intensiva, lo que nos dio mucho gusto a Daniel, a Susan y a mí. Los tres estábamos felices y emocionados, por esa noticia tan hermosa. Katie merecía recuperarse y así Devin, iba a poder estar más tranquilo.–Menos mal que la ha librado Katie – Dijo Susan muy contenta – Ella no se merecía eso que le paso. De hecho, nadie de los que fuimos afectados.Definitivamente nadie merecía que se le hubiera servido una bebida que los puso al borde de la muerte, ahora debíamos tener todos mucho cuidado a las partes donde íbamos y nos dieran a ingerir, algo de dudosa procedencia, aunque nunca íbamos a saber si estaban o no adulteradas.–Lo bueno que, conociendo al padre de Devin, esas personas de la empresa de catering, no tardarán en estar tr
Hanna BeckerNew YorkÉl no me dijo ya nada y yo, me di la vuelta para irme a mi recámara y cuando menos se lo esperó Devin, yo por impulso, lo besé tan suavemente como pude y al mismo tiempo, muy intensamente. Devin, por mucho que lo negara, sé que disfrutó plenamente del beso, pues cuando nos separamos, noté que él tenía todavía los ojos cerrados y estaba viajando a otro lado, pues no tenía la atención puesta en mí y tardó unos momentos en reaccionar.–Hanna no tenías que hacer eso – Me dijo, aún un poco ido – Pero, gracias, lo he disfrutado.–También yo, ahora sí, buenas noches.Me fui a la otra recámara y esta vez, no me costó nada conciliar el sueño y era lógico después de todo lo que había padecido por ese día, Devin se sentía muy cansado también y era lo mejor, que ambos pudiéramos descansar, porque nuestro cuerpo nos pedía a grito que le diéramos ese descanso.Al día siguiente, cuando me levanté, escuchaba ruidos en la cocina, pero no salí hasta que estuve, cambiada y lista, p
Devin BeckerNew YorkNo sé por qué, desde el beso que Hanna, me había dado anoche, yo me sentía mucho mejor. Me sentía renovado, me sentía relajado, tanto que quise cocinarle esta mañana. A lo mejor todo se debía también a que, me sentía muy aliviado de saber que mi hermana estaba ya, fuera de peligro y mucho mejor, tanto que me esmeré en preparar ese menú de desayuno para Hanna y de paso, así sabría si tenía buenas oportunidades, para que me aceptaran en la escuela de cocina.–Devin, ve a alistarte para irnos al estudio – Me dijo Hanna – Yo, lavaré los trastes, porque tú ya hiciste lo tuyo cocinando.Ella siempre buscaba la manera de que las cosas fueran equitativas, era algo de lo que ya me había dado cuenta, y me parecía muy razonable que marcara así su independencia, Hanna, con esto me deja claro que somos iguales.–Gracias, Hanna. Ahora mismo, me alisto para irnos, aunque me temo que, tendrás que adelantarte al estudio – Le avisé – Quiero ir, al hospital a ver a Katie, aunque sé
Devin BeckerNew York–Esas son mentiras – Me rebatió papá – Tú, lo que no quieres es estar en el estudio. Siempre ha sido así, eres un hijo desobediente Devin. Tú madre, ha dado todo para que seas el digno sucesor de Levina Becker, no la puedes dejar en mal.Estaba a nada de estallar, odiaba eso y lo había odiado siempre, que mis padres, quisieran hacer de mis hermanos y de mí, su santa voluntad. Admiraba el valor de Tobías, de haberse negado a estudiar otra cosa y era increíble como los enfrentó, por su sueño de ser músico y yo, era un cobarde, que estaba atado a ese trabajo que no me gustaba, por no atreverme a decirles, que lo mío, verdaderamente era la cocina y no estar encerrado en el estudio haciendo planos.Tobías notó mi molestia y me salvó el pellejo de inmediato, no sabía cuánto le agradecía que desviara mi atención, porque yo ya estaba a punto de decirles mis próximas intensiones, pero me quedé callado como siempre, no me atreví a confírmales a mis padres, que iba a evadir
Hanna BeckerNew YorkAl llegar al estudio, entré a la oficina que Devin y yo compartíamos y me encontré con Daniel, quién al verme me sonrío encantado, como si yo fuera a salvarlo de algo y cuando lo vi trabajando tan dedicado, en lo que fuera que estuviera haciendo, me acerqué a él y nos saludamos.–Hola Hanna, menos mal que tú si llegaste al estudio – Dijo Daniel, muy aliviado al verme – Devin, seguramente se ha ido ahora sí, a ver a Katie.–Hola, Daniel, tienes toda la razón, Devin, ahora sí se ha ido al hospital a ver a su hermanita – Le respondí a Daniel – Pero dime, te ves muy preocupado, ¿Está pasando algo?–Sí, está pasando todo – Me respondió Daniel – Necesito que, me ayudes a sacar un trabajo que me ha encargado Levina, quiere que lo hagamos Devin y yo, pero como él no está aquí, me encomiendo a ti, Hanna.Me gustaba ser útil, ya que eso me ayudaba a ganar puntos, con Levina, así ya me podría ir quedando más tiempo, ahora, que Devin, entrara a sus clases de cocina, estaría