Hanna BeckerNew York–Doctor, ¿Es seguro, eso que nos está diciendo? – Me atreví a preguntar, con lágrimas en los ojos – Katie es joven y fuerte. Por favor, haga lo que sea posible, para salvarla.–Eso no tiene ni que pedírmelo, señora – Respondió, el doctor – Pero, es mi deber informarles cómo están las cosas con la paciente. De todas las personas intoxicadas, las únicas dos que están muy graves, son su cuñada y otra señorita.–Por favor doctor, quisiera que me diga ¿Cómo está mi amiga Susan? Ella fue la primera que ingresó aquí, hace un buen rato ya – Necesitaba saber de mi amiga – Dígame, por favor que, ella no es la otra chica que está grave.–Venga conmigo, por favor, señora.–Hanna, ve con el doctor – Devin se derrumbó en una de las sillas de la sala de espera – Tengo que llamar a mi papá y a mi hermano.– ¿Estás seguro, Devin, no me necesitas? – Quise asegurarme, que podía dejarlo solo un momento – Si no es así, espero a que llegue alguien para pasar a verla.–Sí, estoy seguro
Devin BeckerNew YorkEse momento cuando el doctor, me dijo que mi hermana podía morir, había sido el peor de mi vida, me sentía impotente y reducido a cero, cuando supe que nada podía hacer para que mi hermana siguiera en este mundo y en esta vida, junto a nosotros la que la queríamos tanto.Tenía unas ganas terribles de gritar y maldecir a quién fuera el responsable de lo que pasó con mi hermana y con mi madre, a quién tampoco había visto desde que se la llevaron. Lo bueno era que, mi hermano Tobías ya estaba enterado, pues en cuanto Hanna se fue a ver a Susan, los llamé a él y a mi padre, para enterarlos de la situación.–Señor, Becker – Un médico, me sacó de mis pensamientos – Necesito hablar con usted, venga conmigo.–Sí, doctor, ¿Cómo está mi madre, mi hermana y mi amigo? Su nombre de él es Daniel Williams – Pregunté a mil preguntas por segundo – Por favor, necesito saberlo.–El señor Daniel Williams, ya se encuentra estable y fuera de peligro, de hecho, su esposa la señora Beck
Devin BeckerNew YorkSeguí un rato con mi madre, hasta que uno de los encargados de su área, la pasaron a revisar y me despedí de ella momentáneamente. Deseaba que, no la dieran de alta pronto, no al menos hasta saber lo que pasaría con Katie, no quería que ella tuviera una recaída al saber, lo que realmente estaba pasando con mi hermana.Caminé al consultorio del doctor y lo fui a buscar a su consultorio, necesitaba saber, del estado de salud de mi hermana. Caminé a pasó rápido, como si eso me ayudara a ver más rápido al doctor, necesitaba respuestas, las necesitaba desesperadamente.–Doctor, por favor ¿Me permite pasar? – Le pedí desde la puerta de su consultorio – Necesito hablar con usted.Con urgencia necesita ver a mi hermana, no podía creer que se nos estuviera yendo de entre los dedos, algo se tenía que hacer, había otros especialistas, hospitales, tal vez que vinieran de otro país o si se le podía trasladar, me sonaba a una buena opción. –Pasa Devin, adelante – Respondió –
Hanna BeckerNew YorkEstaba platicando todavía con Daniel, cuando bajó Devin con una cara sepulcral, lo cuál me preocupó demasiado porque, pensé que Katie había empeorado e incluso llegué a pensar algo peor. Daniel, miraba atónito a su amigo, visiblemente devastado y quiso de inmediato, saber lo que estaba pasando con Devin.–Amigo, me estaba diciendo Hanna, lo que pasa con Katie y debo decirte, que lo siento mucho – Daniel, le dijo a Devin – Quisiera pasar a verla, cuando me dejen salir de aquí, eso será en unas horas.–Gracias amigo – Devin se sentó conmigo, a un lado de Daniel – A mí, no me permitieron verla, ni a nadie. Está en terapia intensiva, sólo pude verla de lejos, a través del cristal.–Devin, no sé ni que decirte – Lo abracé – Pero Katie, se pondrá bien pronto. Ya lo verás ¿Pudiste ver a Levina?–Sí, a ella si la vi y lamento haberla visto, porque tuve que decirle mentiras y eso, me está aniquilando – Se confesó Devin – Le dije cuando me preguntó por Katie que, ella está
Hanna BeckerNew York Mi cabeza, estaba pensando en la mejor manera de irme y de no verme mal con Devin, no quería que nuestra tregua, terminara mal por abandonarlo en el hospital ahora que más me necesitaba, así que se me había ocurrido que iría a la casa y me arreglaría para poder irme a trabajar al estudio. Eso era, nadie iba a estar a cargo de los asuntos del trabajo, si todos estaban aquí en el hospital.–Susan, ya se me ha ocurrido algo y te haré caso, me iré, ahora – Le di un beso a mi amiga – Me llamas, por favor, cuando ya te hayan dado de alta ¿Sí?–Claro que sí Hanna. Yo te llamaré apenas, me den de alta. Te lo prometo – Respondió mi amiga – Cuídate mucho, vete ya. Yo te despido de Devin, ¿Quieres que le diga algo?–Sí, por favor. Dile, que me fui a ver los pendientes al estudio, no podemos dejar a los clientes tirados.Era la excusa perfecta, aunque en verdad alguien tenía que estar al frente del estudio, así que mataba dos pájaros de un tiro.–Eres única, Hanna, me s
Devin BeckerNew YorkEse día terminé como pude mis pendientes en el estudio y por la tarde, cuando Hanna volvió, después de firmar el contrato que había quedado pendiente de Katie, me sorprendí al verla llegar con ese trato cerrado con esos clientes, quienes eran muy especiales y yo, había llegado a pensar que, ellos al no ver a mi hermana, no iban a acceder a firmar ese trato con Hanna.–Devin, Daniel ¿Cómo se sienten? – Nos preguntó Hanna – Ya deberían irse a descansar, yo me ocupo de los pendientes aquí. Miren a mi pobre amiga, se ha quedado dormida en el sillón.–Me siento fatal Hanna, pero ya atendimos a la clienta, ya vino por los planos – Respondí – Se fue muy contenta, con los arreglos que le hiciste. Gracias, Hanna.–Por nada, Devin – Me respondió ella – De los pendientes de Levina, me imagino que se ha ocupado su asistente, pero de cualquier modo iré a ver si hay algo que necesite alguna supervisión.–Está bien Hanna, mientras Devin y yo, terminamos aquí – Le dijo Daniel –
Devin BeckerNew YorkEstaba escuchando mucho drama a mi alrededor y es que yo, tumbado en el suelo mientras todo me daba vueltas terriblemente, me sentía desfallecer, además que no podía ver nada, todo estaba oscuro. Mi cabeza se sentía hueca, pesada y con mucho dolor que no sabía, ni lo que estaba pasando, sólo sé que, quería hablar y no podía y quería expresar lo mal que me sentía de alguna manera, pero me era imposible.–Traigan un cojín por favor – Pedía Daniel – Para poner la cabeza de Devin y una cobija, para que no se enfríe.Yo me encontraba bien, aunque un poco desorbitado, pero no sentía frío, creo que ellos estaban peores que yo, al pensar eso, solo necesitaba abrir los ojos, para que se dieran cuenta de lo equivocados que estaban.–Enseguida lo traigo Daniel – Dijo Hanna – Llamaré a un médico a que venga a verlo, no es normal que se haya desmayado.–Dany mi amor, dame espacio, le pondré alcohol a Devin y con esto volverá a la vida – Dijo Susan – Devin, por favor despierta
Hanna BeckerNew YorkLlamé al hospital, para pedir informes de Katie y afortunadamente, mientras el doctor revisaba a Devin, me informaron que ella, ya había dejado de estar en peligro y que, si evolucionaba así de bien, pronto iba a dejar el área de terapia intensiva, lo que nos dio mucho gusto a Daniel, a Susan y a mí. Los tres estábamos felices y emocionados, por esa noticia tan hermosa. Katie merecía recuperarse y así Devin, iba a poder estar más tranquilo.–Menos mal que la ha librado Katie – Dijo Susan muy contenta – Ella no se merecía eso que le paso. De hecho, nadie de los que fuimos afectados.Definitivamente nadie merecía que se le hubiera servido una bebida que los puso al borde de la muerte, ahora debíamos tener todos mucho cuidado a las partes donde íbamos y nos dieran a ingerir, algo de dudosa procedencia, aunque nunca íbamos a saber si estaban o no adulteradas.–Lo bueno que, conociendo al padre de Devin, esas personas de la empresa de catering, no tardarán en estar tr