Devin BeckerNew YorkMi madre salió de la oficina sin siquiera despedirse de nosotros como era debido, me recordaba a cierto personaje de una película, donde era más bien una tirana, donde todos brincaban al recibir una orden suya y ay del que no lo hiciera, pero yo era uno de ellos, así que no tenía nada que decir.Hanna, se había quedado muda, había sido un milagro, Levina lo había conseguido, la había dejado sin opción a replica, algo que no esperaba ver nunca en mi vida, porque era de las que siempre quería decir la última palabra, o lanzar sus opiniones y esta vez todo se le fue a pique.– ¿Siempre es así? – Preguntó aturdida.Era el efecto Levina, ella sí, tenía el poder de dejar callada a la gente, no aceptaba un no como respuesta, pero siempre tenía la razón, así que esos vestidos que había escogido, serian de nuestro agrado, no me cabía la menor duda y Hanna, iba a tener que aceptarlos, por lo menos el que utilizaría hoy en la noche, y claro que yo lo iba a pagar, no iba a a
Hanna BeckerNew YorkLlegando a casa Devin se metió a su recámara y yo a la mía y me metí a bañar con rapidez, no quería hacer esperar a Devin. Salí de bañarme y me vestí con ese vestido elegante y negro que, era simple con un escote discreto y elegante en la parte del frente, me peiné y maquillé para la ocasión, haciéndome un chongo elegante y me puse unos zapatos de tacón medio, pues al ser yo de buena altura me quedarían muy bien. Salí de la recámara con miedo a ver a un desesperado Devin, pero la sorprendida esta vez fui yo, pues seguía encerrado en su habitación, yo no quería tener mi primer desatino con Levina.–Devin, apúrate si no quieres que lleguemos tarde al evento de tu madre – Toqué la puerta de su recámara – Luego ustedes los hombres dicen que, las mujeres somos las lentas.No me quería ni imaginar lo que nos diría Levina, porque yo habia estado lista desde hacía cinco minutos y pues me suponía que Devin, ni siquiera se había bañado. –Hanna, no me digas que ya estás l
Hanna BeckerNew York–Hola buenas noches y que guapos están los cuatro – Nos halagó Levina – Me alegra mucho, que hayan llegado a tiempo.Levina, estaba espectacular, esta señora, ni siquiera parecía que tuviera tres hijos, estaba muy bien conservada, y con ese vestido azul celeste, le quedaba muy bien.–Hola buenas noches – Respondimos todos.–Hanna te ves espectacular y tú Daniel, no me habías contado que andabas ya de novio con esta encantadora joven – Dijo Levina refiriéndose a mi amiga Susan – Pasen por favor y tomen sus lugares, que el evento está por comenzar.Yo me acordaba perfectamente cómo eran este tipo de eventos y llegando a la hora pactada, empezaba la función, como yo le llamaba.–Gracias Levina – Dijo Daniel – Esta joven hermosa, es mi novia Susan.–Mucho gusto, señora – Susan le tendió su mano a mi suegra – Es un placer conocerla.–El placer es mío, pero adelante, por favor pasen.–Permiso, madre – Dijo Devin.–Es propio, hijo.Todos pasamos y entramos a la gala de
Devin BeckerNew YorkDaniel y yo, asistimos a mi madre en algo que necesitaba de unas personas y ahí es cuando vino lo peor, se acercaron a platicar con mi madre, el tipo ese con la mujer de cascos ligeros, Ary DeCostello. Daniel, al verme arrugar la nariz, rápidamente como mi mejor amigo que es, se dio cuenta de las cosas que yo pensaba hacer y decir.–Levina, me siento muy enfermo – Daniel se abrazó de mi madre – Me duele mucho el estómago.–Daniel, por Dios, pero ¿Por qué? – Mi madre preguntaba asustada – Estabas bien, hace unos momentos.–Hace unos momentos, pero me ha comenzado de repente – Mi amigo hizo muecas de dolor – Dejas, que Devin me acompañe a tomar algo.–Claro que sí, hijo – Mi madre se preocupó de verdad por Daniel – Devin, ve con él, por favor y ahorita en un rato, los alcanzo.–Sí, mamá.Caminé con el payaso de mi amigo y volvimos a nuestra mesa. Daniel, esta vez había llegado demasiado lejos porque, no pensé que mintiera con tal de no dejarme estar cerca de esa in
Devin BeckerNew YorkMientras hablaba con Hanna, una de mis primas que vino de Francia llegó y me cargó como costal, en plena fiesta de mi madre y Hanna por supuesto, no dudó en morirse de risa, al igual que Daniel, que Susan y que mi misma hermana Katie. No tenía idea que a estas fiestas que, eran tan comunes para mi madre, fuera a venir mi prima, desde tan lejos.–Brittany, bájame por favor – Le pedí – No tenía idea, que estabas en New York.–No primo, déjame disfrutar el cargarte, hace años que no te veo – A mi prima le encantaba llamar la atención – Estás guapísimo.–Lánzalo en el aire, Brit – Katie lo estaba disfrutando – Para que veas que Devin, es más ligero que una pluma de un ave.–Ya basta – Grité – Brittany, bájame por favor.–No sabes divertirte Devin – Se quejó ella y me bajó – Dame un abrazo, espero eso sí lo puedas hacer.Abracé a mi prima, tenía mucho sin verla y eso claro que, lo podía hacer. Era de mis primas más queridas y con las que jugábamos rudo desde niños, só
Hanna BeckerNew YorkDevin se soltó de mi mano y se levantó del pasto, al oír la voz de su padre. Una vez que se puso de pie, me dio la mano para ayudarme a levantarme del pasto, yo la tomé y me puse de pie. Tomados de la mano, caminamos a dónde estaba mi suegro, quién al vernos hizo una enorme sonrisa, cuando caminábamos hasta llegar a él.–Hola, buenas noches papá – Le dijo Devin – Ella es Hanna, mi esposa.–Hola, bella dama – El señor, me abrazó – Bienvenida a la familia, soy Henry Becker a tus órdenes.–Mucho gusto, suegro. Hanna Becker, encantada de conocerlo.–No los interrumpo, salí a buscarlos porque no los vi con Daniel y su novia, que por cierto también es tan hermosa como tú, Hanna y ya me iba a enojar con Devin, por haberse ido, sin presentarme a mi nuera – Su papá era muy tratable – Menos mal, que eso no pasó.–No para nada suegro – Salvé a Devin – Lo que sucede, es que me sentía un poco abrumada por tanta gente y decidimos, con mi esposo dar una caminata nocturna para d
Hanna BeckerNew YorkEstaba muy preocupada por mi amiga, se veía fatal y dos veces, mientras íbamos de camino a la casa de Devin, Daniel tuvo que detenerse para que ella pudiera bajar a devolver su estómago, le había pegado muy fuerte esa bebida y yo estaba muy preocupada, sosteniendo su cabello y dándole todo mi apoyo a mi mejor amiga.–Chicos, no creo que debamos ir a casa. Susan está muy mal y creo que tenemos que llevarla a un hospital.No había tiempo que perder Susan, estaba realmente afectada yo la veía ya con un semblante verdaderamente preocupante.–Me siento muy mal – Susan lanzó un alarido de dolor – Hanna, me duele mucho el estómago y siento algo en mis pies.–No Susan, cálmate – Abracé a mi amiga – Tenemos que ir a que te atiendan, no te podemos dejar así, por ningún motivo.Ya ella no se podía sostener, esa reacción que le había causado esa bebida, había sido una intoxicación, no le veía de otra, estaba muy afectada.Devin y Daniel bajaron del auto y estaban como tontos
Devin BeckerNew YorkMe había quedado en la sala de espera, no sabía que era lo que le pasaba a Hanna, yo solamente la quería apoyar y consolar para que se sintiera bien, no tenía que agredirme de esa manera, además habíamos llegado al hospital sin tanta demora. Yo que ya estaba dispuesto a llevar la fiesta en paz. Al parecer esto de lo de Susan, le ha afectado demasiado.Sólo espero que a Susan, la atiendan rápido, y así podernos ir de este hospital porque la verdad a mí no me agradaban demasiado, creo que a mucha gente no le gustaba el ambiente que se respiraba en estos sitios. Empecé a escuchar mucho movimiento en la entrada de urgencias y ya que yo era muy curioso me acerqué para ver de qué se trataba.–Al parecer se trata de una intoxicación masiva – Dijo uno de los paramédicos.Al estar yo cerca de las enfermeras que se habían acercado a atender el caso, me enteré de lo que estaba pasando. Miré hacia la persona que venía en la camilla y me pude dar cuenta de que era mi hermana