Matthew.Abro la puerta de la oficina de Catherine. Ella parece distraída rellenando algunos papeles sobre el escritorio. Me quedó parado ahí en silencio observándola durante un rato. Ella alza la mirada exhausta y gira la cabeza de un lado a otro expresando su fatiga. - ¿Necesitas un masaje? - hablo desde la puerta y ella da un brinco.- ¿Qué haces ahí parado? - se molesta- pasa. Me siento frente a ella. - Hay algo de lo que quiero tratar contigo. - Está bien- responde luego de dar un bostezo. - Luces cansada ¿Quieres tomar algo? Ella mueve la cabeza en negación. - Mejor vallamos a asuntos de negocio ¿Por qué agendaste una cita?- La razón por la que estoy aquí es por el rechazo de nuestra propuesta ¿Acaso hay algo que estamos haciendo mal? - No creí que el rechazo de su nuevo producto les afectara tanto. - Llevamos algunos meses desarrollándolo y lo han rechazado sin ninguna explicación. Sugiero que lo tomen en cuenta nuevamente. - Si tanto les molesta pueden hacer tratos
Zack. El hedor a sangre impregna la habitación. No puedo controlar mi ira si estoy frente a bastardos como estos. — Zack ya vasta— dice Mariam, quién parece preocupada— a este punto lo matarás. — Debimos dejar a Mariam fuera de esto— habla William, quien tiene en sus manos un folder— solo arruina el momento. Ella se pone de pie y se para a mi lado.— Luces como un animal salvaje— toma mis puños y los trata de limpiar la sangre con un pañuelo— piensa que pensaría Catherine si te viera. No puedo imaginar su impresión si me ve de esta forma, realmente se asustaría y quizá me miraría con miedo. Puedo soportar cualquier cosa, menos el desprecio en sus ojos. El hombre amarrado a la silla tiene ensangrentada toda su cara por los golpes que le he dado hasta ahora. — Bien, lo dejaré en tus manos William. Este ríe y me pasa la carpeta que tenía en su mano. — Park Soomin, no sabía que tu madre era asiática, era linda…— exclama mientras le quita la mordaza de la boca al sujeto— lamentabl
Matthew. Zack, engendro del mal ¿Dónde estás? Sin pruebas de tu paradero no puedo acusarte fácilmente.Ya han pasado tres semanas desde su supuesto viaje de grabación y me estoy poniendo nervioso. No hace falta mucho para que regrese, pero lo que me tiene aún más tenso es que le ha mentido incluso a Catherine, eso quiere decir que está tramando algo o solo son especulaciones mías.No soy un hombre que se deje llevar por especulaciones sin sentido, pero tengo un mal presentimiento. Será mejor averiguarlo en cuánto regrese. Oh, tal vez debo dejar de interferir tanto en sus asuntos personales, si me muestro muy interesado en querer separarlos, sin duda Catherine me dejará fuera de sus exportaciones internacionales y rechazará mi nuevo producto sin importar que tan bueno sea. No me conviene que sea así. Mejor debo concentrarme en resolver el asunto de Mía ahora mismo. Si se llegan a enterar de que tiene derecho de heredar parte de las acciones de la empresa, no faltarán los buitres que
Catherine.Veo sus puños vendados y me preocupo. — Zack, ¿Qué te pasó? - pregunto aún atrapada entre sus brazos. — Un accidente en la grabación. — Déjame revisarte— trato de soltarme. — No— me sujeta aún más fuerte— quedémonos así un poco más. Es muy extraño, él me abraza en silencio sin decirme nada. — No sabes cuánto te extrañé… casi pierdo la cordura. Tomo sus manos y las aparto de mi cintura, me giro a verlo y tiene una mirada melancólica en el rostro. Aprieto sus mejillas con ambas manos. — ¿Qué sucede? - pregunto.— ¿Por qué preguntas? — Tienes estampada en la cara un emoji de tristeza. — ¿Parezco triste?— se sorprende. — Un poco. Aparta mis manos de su mejilla y la besa. — Siento preocuparte, pero no es así. Tal vez me equivoque, pero está actuando raro. — Estoy feliz por volverte a ver— dice mientras me carga para darme vueltas — Zack, me voy a marear, para. — De acuerdo— responde bajándome. En ese momento siento que mis pies no tocan con el suelo aún y todo
Catherine.Las palabras de Matthew siempre venían acompañadas de malicia. Era obvio que lo que me esperaba no era nada agradable. Decidí ir, no porque estaba ansiosa de saber lo que me diría, sino para decirle claramente dejara de entrometerse en mi relación con Zack, Pero la sorpresa que me llevé fue mucho más grande de lo que me esperaba. Zack me miraba desde un lado con los puños y camisa, manchado de sangre. Él estaba intacto, mientras que Matthew tenía muchos golpes en la cara. — Qué bueno que has llegado-dijo Matthew adolorido— si no fuera por ti esta bestia me hubiera matado. Miré a Zack, pero este estaba inmóvil y no se atrevía a mirarme a los ojos. — Es lamentable que decidas unirte a un hombre compulsivo. — He visto hombres más desagradables— respondí— y me alegro de que Zack te haya puesto en tu lugar. Matthew se quedó atónito. — ¿Acaso no vez lo que ha hecho? Incluso a este pobre hombre lo golpeó hasta querer matarlo— señaló al hombre de la misma edad del Sr. Clau
Camila. Desde ese día no puedo dormir, cada que cierro los ojos veo el cuerpo de Eliot ensangrentado. Incluso suele aparecerse en mi habitación. No puedo entrar ahí y estar sola. Él me mira dormir desde el sofá, como ahora. — Vete de aquí Eliot— le grito— déjame en paz. — Camila, solo soy parte de tu imaginación, solo te estás volviendo loca— carcajea.Me cierro los oídos y le lanzo la almohada. De pronto escucho unas conversaciones fuera de mi habitación. Estas parecen reales. Asomo mi cabeza y no veo a nadie, hasta que bajo por las escaleras. — ¿Qué haces con mi bebé? - pregunto bajando los escalones. Clara lo tiene amamantando en el brazo. — Señora, le han pedido que venga, no se moleste con la señora Clara— habló la enfermera.— Cállate insolente— le grito a la enfermera— contéstame tú entrometida— me dirijo a ella.— Camila…— ¿Quién te dio derecho de tutearme? — Lo siento… Sra. Camila, su bebé necesita leche materna y no has querido dárselo— habló arrullando al bebé en
Catherine.Estaba desesperada tratando de no ilusionarme. Las posibilidades son pocas, pero si resulta cierto… sería una gran noticia para mí. Luego de conducir hasta el hospital para hacerme una revisión completa y contar los minutos para la entrega de mis análisis, por fin pude ver al Doctor con el sobre de resultados. — Señorita Clark, pase por favor— me llamó a su consultorio. Tome asiento ocultando mi impaciencia.— tome— me extendió el sobre- ábralo de una vez. Aunque no me lo hubiera sugerido, yo lo habría hecho. «Resultado: positivo, ocho semanas de gestación»No pude evitar llorar de emoción. — ¿Está bien?— preguntó el médico. — Sí… estoy bien. Estaba mejor que bien, me sentía inmensamente feliz por esta noticia tan inesperada. — El doctor que la atendió antes, pudo haberse equivocado o haberle dado un análisis erróneo con una intención. ¿Es el mismo que lo atendió cuando le dio anemia? — Sí, de hecho tengo aquí las medicinas que me recetó, nunca las tomé porque me
Camila. Sea cual sea la situación debo mantener la calma. — Señora, ¿es verdad lo que nos dice?— preguntó uno de los policías. — Mi hermana fue novia del tal Eliot por mucho, tiempo ahora que ella ha tomado un puesto importante, no me extraña que se haya acercado a chantajearla.— Entonces usted cree que ella tiene que ver con su desaparición. — No puedo acusar a mi hermana sin tener pruebas.— Señora, por lo que nos dicen ciertas personas, la vieron a usted con el prófugo Eliot. — ¿Cómo saben que soy yo y no mi hermana? Como sabe, somos gemelas. — Señalan que la vieron en un hotel con él, no puede ser su hermana puesto a que la mujer estaba embarazada — Oh… Sí, ahora lo recuerdo. Ese día visité a una amiga y me lo encontré de casualidad, me confundió con Catherine ese día. Los dos policías no parecían convencidos de mi respuesta. Tengo que desviar su atención, ya que el cuerpo jamás lo encontrarán porque el lugar era solitario. — Señores, como sabrán, yo tengo un bebé, el c