Después de las bromas de Maximiliano y sus celos sin sentido, logro que él camine hacia la puerta para poder marcharse hacia su trabajo que ahora más que nunca puede dejar solo, cuando hay tantas amenazas que solo podrían complicarlo todo.
— Me resulta tan innecesario marcharme cuando aquí puedo divertirme un poco.— A dónde vas también te vas a divertir. Serás como mi héroe que elimina a los malos. — digo sonriente y Maximiliano me observa complacido.— Tienes razón, debo proteger a mi esposa.— No solo a mí, también a tu padre. — digo con seriedad.— Sí, tienes razón. Mi familia está compuesta por mi padre y por ti. Por eso, los he traído a un lugar seguro para ambos y así no me preocupo tanto. — dice Maximiliano con firmeza.Sonrío porque al menos esta vez ha incluido a su padreMe alegra que él se exprese de esa forma respecto a nuestra relación, me hace sentir que al menos en esta parte de nuestro trato si la estoy cumpliendo. Sobre todo, porque la forma en que me mira cuando menciona eso, es muy gratificante.— Ojalá sea así siempre.— Eso depende de nosotros. Cada rumbo que tome nuestras emociones, dependerá de cómo decidamos ver las cosas y las decisiones que tomemos. Así que, no sé qué piensas hacer, pero yo estoy determinado en tener este tipo de relación contigo. — dice Maximiliano y de inmediato queda en silencio cuando la puerta se abre.Sonriéndome, coloca la comida frente a la cama y me describe lo que va a almorzar, por eso, yo hago lo mismo y sin tenerlo físicamente a mi lado, tengo un almuerzo con mi esposo estando yo en la luminosa, espaciosa y con colores claros que hay en el comedor, mientras Maximiliano parece tener el cont
Me giro sin saber porque no encuentro mi acomodo, pero, un tintineo me hace despertar, aturdida, abro mis ojos notando que el causante de ese tintineo está a mi lado sentado en una silla mientras me observa sonriente.— Buenas noches, esposa. — dice Maximiliano sonriente, mientras toma un poco de licor.— ¿Has llegado hace mucho tiempo? — pregunto confundida mientras agarro mi teléfono.— No lo sé, no he contado el tiempo en que te veo durmiendo.— Son las dos de la mañana. — digo aturdida.Maximiliano se encoje de hombros demostrando que poco le importa ello cuando parece entretenido bebiendo mientras me ve dormir.— ¿Has cenado? — pregunto y él niega.— La vida es tan injusta. — dice Maximiliano y yo me siento frente a él porque parece herido de más de una manera.— ¿Qué injusticia ha realizado
Con una respuesta de esa manera, no puedo quejarme. Él es alguien que hace lo que quiere, pero recompensa por ello, yo ya lo he comprobado. Por eso, solo niego sonriendo mientras él me giña un ojo disfrutando los beneficios económicos que le proporciona ser el jefe de la mafia.‘Tal parece que no podré ganarle una discusión a Maximiliano.’ Me digo mentalmente.— Abusas de mi confianza y buena fe.— Lo sé, cariño. Lo siento, te recompensaré… ¿prefieres dólares o euros?— Ambos si es posible.— Vaya mente de tiburón, pajarita. Eres sorprendente. — dice Maximiliano.— Debo serlo, mi esposo es el jefe de la mafia, también debo ser sorprendente. — digo sonriente y él me abraza.No me dice algo más, solo se queda en silencio mientras el agua se ve cada vez más roja. Por lo que, dudo q
‘¿Qué hombre en su sano juicio disfrutaría de ser lastimado y regañado? Maximiliano Barack.’ Me digo mentalmente.El hombre que debería estar acostado descansando un poco para recuperarse de sus heridas, se encuentra caminando hacia mí mientras me sonríe porque lo estoy regañando. Sin duda, me he casado con alguien que está mal de su cabeza en más de un sentido.— No me estoy riendo.— Lo siento, es que me resulta divertido.— ¿Qué te parece divertido? Estoy discutiendo contigo…— No, señora Barack. Me estás regañando. Tú y yo no estamos discutiendo porque para eso se necesitan dos y yo no tengo interés de pelear contigo. — dice Maximiliano sonriente.‘Con este hombre no se puede.’ Me digo mentalmente agotada.— Me gusta esto, es divertido que al menos esa soledad q
Un mes después.La vida es tranquila donde me encuentro. No hemos tenido un solo riesgo desde que estamos viviendo aquí y Maximiliano se esfuerza por desayunar y cenar conmigo, aunque sean en horarios diferentes.Por eso, durante el día me la paso estudiando en línea idiomas y cuidando al señor Barack que afortunadamente no me ha asustado con recaídas o infecciones.Maxi me cuenta todo lo que puede o cree que no va a perturbarme, mientras yo lavo su ropa llena de sangre. Muchas veces me manda videos de mi hermana disfrutando de un lugar lleno de flores como a ella le hubiese encantado estar desde antes.Su padre, sigue descansando y yo no tengo tiempo para aburrirme cuando lo uso a él para sentirme escuchada aunque él no me responda.— Es momento del baño de burbujas, señor Barack. Espero que no tenga quejas de su servidora, porque aunque no soy buena en esto, me estoy esforzando par
Es extraño, pero, las palabras del señor Barack hacen que me sienta inmensamente feliz, porque siento que he superado una prueba muy grande que me había estado preparando de superar cuando él despertara.‘Bueno, me ahorré mucho tiempo.’ Me digo mentalmente.— Creo que mi padre va a morir pronto. — dice Maximiliano preocupado.— ¿Qué locura estás diciendo, Maxi? — pregunto confundida.— Dicen que las personas cuando están a punto de morir tienen un cambio abrupto y eso es lo que estamos viendo ahora, pajarita. Mi padre va a morir pronto.— Eso es lo que quisieras, Maximiliano. Pero, no es así. Si he cambiado un poco mi opinión de ella es por lo que escuché durante todo este tiempo en el que solo podía escuchar pero no moverme o hablar.‘¿Es posible que alguien cambie tan rápido después de un
Durante todo este tiempo nos hemos concentrado en disfrutar la vida incluso con los problemas que no nos dejan un día de descanso. Pero, es eso lo que nos ha unido más. Porque el hombre que se marcha a trabajar, siempre regresa para recargarse de energía y en el proceso nos hemos hecho más unidos.Lo mismo sucede conmigo, me quedo en casa aprendiendo nuevas habilidades, cocinando cosas deliciosas o cuidando de su padre, solo para distraerme lo suficiente y ser fuerte, para que cuando llegue el momento de su regreso yo pueda soportar todo su dolor y que él así descanse de tanto caos.Nos hemos convertido en uno solo, donde él se encarga del peligro y proveer todo lo de la casa y yo me encargo de cuidar su interior y proveer para él un hogar. Por eso, si uno de nosotros falta, quien sufrirá la peor parte es quien se queda.— ¿Ahora lo comprendes, pequeña?— No digas tonter&iacu
Mi corazón duele con intensidad, porque aunque sabía que era verdad lo que decía el señor Barack, todo dolor se intensifica al ser Maximiliano quien reconozca ello.‘¿Por qué no pensé en eso?’ me pregunto mentalmente.Es evidente que ninguno de los dos pensaba que nos comprenderíamos tan bien al punto de tener poco tiempo y ser tan felices juntos incluso en medio de la incertidumbre, pero si hubiese sabido que podría suceder esto, habría tomado medidas.— Maxi…— Contigo mi corazón se siente a salvo, en casa. Por eso, cuando mueras, se habrá ido mi refugio que me hace sentir seguro, a salvo y feliz. Por lo que, habré muerto de más de una manera.— No me digas eso, por favor.— Parece que querías que fuera sincero contigo y es eso lo que seré. Así que, no perdamos el tiempo con mi padre y