Mylene se despertó lentamente y se encontró en el lujoso cuarto de Leo. Los ojos todavía adormecidos, lentamente escudriñaron la habitación, admirando la elegante decoración de estilo moderno con una mezcla de colores negro y azul profundo. Las paredes estaban cubiertas de papel tapiz negro, resaltando las obras de arte modernas colgadas en ellas, mientras que los muebles de la habitación eran de un rico tono azul. La cama era enorme y cómoda, con sábanas suaves y edredones de plumas que invitaban a dormir por más tiempo. Una gran ventana que abarcaba toda la pared permitía la entrada de la luz natural, iluminando la habitación. Una amplia televisión de pantalla plana, y una selección de libros y revistas en la mesa de noche, complementaban el ambiente de lujo. Mylene se levantó y caminó hacia el amplio baño adjunto a la habitación. Un gran jacuzzi en la esquina, una ducha con cabezal de lluvia, toallas suaves y esponjas y artículos de tocador de alta calidad completaban el diseño e
En un abrir y cerrar de ojos, quince dias pasaron, por lo que el la planta por fin comenzo a dar frutos, siendo éstos unos grandes y jugosos limones, por lo cual se había emocionado. Su confianza en la cocina era alta, así que en un afán por celebrar aquella ocasión le había pedido a Leo que esta vez le dejara cocinar la cena, a lo cual el rubio aceptó. Quería preparar una comida que llevara limón de su limonero, como ingrediente, tanto en el plato principal como en el postre. Le informo de aquello a Dorothea, a lo cual se ofreció a ayudarla, pero lo rechazo. Quería cocinar todo de principio a fin, solamente le pidió el libro de recetas que utilizaba, así podría guiarse, después de todo no podía ser tan difícil. Leo estaba acostumbrado a comer platillos elaborados, dignos de la alta cocina. Por lo regular él no comía en casa, ya que se ocupaba en la oficina, pero cuando lograba llegar temprano a casa, Dorothea le preparaba algo fácil pero elaborado, con ingredientes que en su mayor
Mylene estaba sentada en el sofá de la sala, con las piernas recogidas debajo de ella y un libro en las manos. Disfrutaba de la tranquilidad de la tarde, leyendo un libro sobre las plantas. La luz del sol por la mañana se filtraba a través de las ventanas, iluminando la habitación de manera suave y cálida.De repente, el sonido del teléfono interrumpió su lectura. Al ver el nombre de Leo en la pantalla, supo que algo importante estaba pasando. Ya que era la primera vez que la llamaba, puesto que hasta ahora se habían comunicado solamente por mensajes de texto.-Hola Leo. ¿Qué pasa? -preguntó Mylene.-Hola Mylene. ¿Estás ocupada en este momento? -Leo preguntó con tono apresurado-. Tengo una reunión importante en una hora, y se me han olvidado unos documentos en casa. ¿Podrías buscarlos por mí?-Por supuesto, ¿dónde los has dejado? -preguntó Mylene.-Están en la habitación, encima de la mesa de noche. Necesito que los traigas lo antes posible. Por favor, Mylene, es importante. -respondi
Mylene dormía profundamente, sin embargo, algo la hizo despertar de golpe. Sintió un calor inusual en su cuerpo. Se incorporó un poco en la cama y giro la cabeza, viendo a Leo durmiendo a su lado, sin camisa, pero en el otro extremo de la cama.Miró cómo sus músculos se contraían y se relajaban con cada respiración, y no pudo evitar estirar la mano para tocarlos levemente.Recordó los coqueteos e insinuaciones que Leo le había hecho en el pasado, y cómo cada vez que él se acercaba a ella. También el hecho de cómo se habían mirado intensamente en más de una ocasión. Y ahora que lo tenía tan cerca, se daba cuenta de que no podía resistirse por más tiempo.Se inclinó y besó su cuello. Las manos del rubio se movieron instintivamente hacia su cintura, atrayéndola.Leo abrió los ojos, sorprendido.-¿Qué estás haciendo? -preguntó, con voz ronca por el sueño.Mylene se quedó sin palabras por un momento, pero luego se armó de valor y le dijo la verdad.-N-no lo se, Leo. Solamente quiero tocart
Mylene y Leo estaban sentados en las primeras filas de la ceremonia, en la playa donde se celebraba la boda del mejor amigo del rubio, Rick.El sol brillaba en el cielo, iluminando el mar turquesa y la arena dorada que se extendía frente a ellos. La brisa fresca del océano los acariciaba suavemente, creando una atmósfera relajada y festiva.El vestido que Mylene llevaba puesto era un hermoso vestido largo de tonos verdes. La tela era suave y vaporosa, haciendo que en cada movimiento se creara un suave y hermoso efecto de ondulación.Estaba adornado con delicadas aplicaciones florales en tonos verdes y blancos, que resaltaban a la perfección el tono de piel de Mylene. La falda del vestido caía suavemente hasta el suelo, creando una silueta elegante y femenina.Su cabello estaba recogido en un moño, que dejaba al descubierto su cuello fino y delicado, adornado con el collar con dije azul que Leo le había regalado. Los aretes que llevaba eran discretos pero elegantes, y su maquillaje era
Se quedó sorprendida al escuchar lo que la chica le dijo a Leo. Su expresión cambió de envidia a incredulidad mientras observaba la escena frente a ella. No podía creer lo que acababa de suceder.¿Quién era esa chica y por qué estaba coqueteando con Leo de esa manera frente a ella?Mylene se dio cuenta de que su relación con Leo nunca había sido tan cercana como pensaba. Habían estado juntos por un tiempo, pero ahora se sentía como si hubiera una desconexión entre ellos. La chica morena que había atrapado el ramo parecía tener una especie de conexión con Leo que ella no podía entender.Mientras tanto, la expresión de Leo cambió de perplejidad a seriedad. Miró fijamente a la chica morena y luego a Mylene, como si estuviera buscando una salida de esa situación incómoda. Parecía un poco nervioso, como si estuviera buscando una forma de explicar la situación a Mylene sin herirla.-Oh, Leo, siempre has sido mi gran amor -dijo la chica con una risita seductora-. Te prometo que sería la espo
Mylene observaba atentamente a Leo, tratando de leer sus expresiones y gestos en busca de una respuesta. La tensión en el ambiente era palpable y el silencio se hacía cada vez más incómodo.Leo frunció el ceño, parecía estar meditando profundamente. Luego, suspiró y miró a Mylene directamente a los ojos.-Mylene, entiendo cómo te sientes, pero no podemos simplemente cambiar todo de la noche a la mañana. Hay muchas cosas que debemos considerar, como nuestras carreras y la empresa. No podemos simplemente arriesgarlo todo. -comenzó a decir el rubio.Mylene asintió en silencio, comprendiendo lo que Leo estaba diciendo. Sin embargo, no podía evitar sentirse decepcionada.Había esperado que Leo correspondiera sus sentimientos y estuviera dispuesto a intentar algo más allá de la farsa que habían estado viviendo.Leo notó la expresión de decepción en el rostro de Mylene y se acercó a ella para tomar su mano.-Además, hay algo que debemos hablar. A pesar de todo el tiempo que hemos pasado junt
Mylene abrió los ojos lentamente y bostezó, estirando sus brazos por encima de su cabeza. Pero al hacerlo, notó que no encontró el cuerpo cálido de Leo acostado a su lado.Pensando que quizás Leo se había levantado temprano para hacer algo, se levantó de la cama y buscó en la casa, pero no encontró rastro de él.Finalmente, Mylene escuchó el sonido de la puerta principal y, al acercarse a la ventana, vio a Leo llegar todo sudado, con ropa deportiva y con una expresión seria en su rostro.Se apresuró a abrir la puerta y se quedó mirando a Leo, quien parecía estar tan sumergido en sus pensamientos, que apenas notó la presencia de Mylene.-Mylene -dijo Leo, finalmente dándose cuenta de que ella estaba allí- Lo siento, no quería despertarte. Así que no te avise que saldría a hacer ejercicio.-¿Estás bien? -preguntó Mylene, notando la preocupación en los ojos de Leo-. ¿Qué sucedió?Leo suspiró y se pasó la mano por el cabello. Notó que Mylene seguía mirándolo con preocupación y se dio cuen