El entusiasmo de Carla por su boda de ensueño fue cuesta arriba desde que supo que el vestido simple de pocos detalles sería el indicado para ella, no se detuvo en la búsqueda y organización para el gran día de su boda, y junto a sus nuevos dos amigos hicieron estragos en las tiendas de decoración. Jamás hubiese imaginado que sería tan divertido pensar que mantel sería el indicado para las mesas de los invitados y que comida se debería servir. Estaba tan metida en elegir cuál sería la música que iban a pasar en el momento de su entrada, qué peinado usaría y hasta qué zapatos se pondría que casi ni tenía tiempo en preocuparse por su esposo y su profundo y extraño silencio cuando llegaba a la casa. Es como si la relación hubiese pasado a segundo plano, pero Nicolás no se quejaba de ello, la veía tan feliz hablar por teléfono con los proveedores, estar mandándose mensajes constantemente con sus amigos sobre cuál color era mejor para cada cosa, que el joven padre la dejó ser, contemplánd
Luego de enterarse de la infidelidad, Carla se excusó con su jefe de que se sentía descompuesta pidiendo permiso para retirarse antes de la hora de salida.-Carla, ¿Segura que estás bien?- Preguntó su compañero de trabajo, que estaba preocupado de lo que pudiera llegar a pasar a continuación- Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, podes llamarme a cualquier hora no me importa- La siguió por detrás, mientras veía como guardaba todas sus cosas en su bolso y salía apurada.-Te agradezco Eze, estoy bien, lo prometo- Mintió descaradamente.-Júrame que cualquier cosa que necesites de avisas- suplicó nervioso.-Si, gracias- La joven le dio un beso en la mejilla y recibió el abrazo que le propinó el joven, era lo único que podía hacer, mostrarle su total apoyo. Quería salir del trabajo con ella e ir a la casa de la sin códigos y gritarle las mil y una, realmente se la tenía guardada, parecía que tenía buenas intenciones, pero no.Carla llegó a su casa, con el corazón en la boca, un
Nicolás salió del auto casi cayéndose del mismo. -¿Carla?- la llamó completamente desconcertado. -¡Papi!- gritó el niño con los brazos abiertos, intentó correr hacia su padre quien se preparó para recibirlo, pero la madre lo sostuvo de la mano y lo trajo nuevamente a su lado. -Ahora no podemos ir con papi, nos vamos sin él- le habló por lo bajo al pequeño, pero Nicolás pudo escucharlo-Carla…- dijo dando dos pasos por el camino de cemento que cruzaba el jardín de entrada de la casa. -No te acerques más- exclamó amenazante la mujer- Niños, vamos al auto- ordenó la joven, llevando el carrito y al niño hacia su auto que estaba a un costado-¿No vas a explicar el porqué de todo esto?- Exclamó nervioso el hombre-Sabes muy bien por qué- sentenció la mujer, mientras abría la puerta trasera del auto y metía a la niña en el asiento especial para ella- Quédate aquí mi niña- Besó su frente con cariño. -No tengo idea de qué carajo está pasando- exclamó comenzando a molestarse-¿Vas a insult
Carla manejaba quitándose las lágrimas de sus ojos que le nublaban la visión, había doblado varías veces y hecho zigzag en varias calles, con la intención de que su esposo no le siguiera el paso en su propio vehículo. -Mami…- dijo el pequeño asustado, viendo por la ventana como bajaba el sol y la noche se avecinaba, no le gustaba la oscuridad y menos estar afuera cuando eso pasaba- ¿A dónde vamos a dormir?Carla frenó en una calle lejos de la parte céntrica y miró hacia todos lados con paranoia, no parecía haber rastros de Nicolás. Trató de respirar profundo varias veces y volver a calmarse, sabía que su reacción había sido precipitada e inmadura. Si, Nicolás le había sido infiel, pero ellos no eran noviecitos adolescentes los cuales se peleaban y no se veían más, tenían hijos de por medio y una casa, no podía dormir en el coche hasta decidir que hacer además no podía negarle a su esposo ver a sus hijos, ellos no tenían la culpa. Tenían derecho de estar con su padre. La joven tambor
-Hola amigo- exclamó con tristeza la mujer cuando su compañero de trabajo le abrió la puerta de su departamento. El joven se acercó a ella y la abrazó con fuerza-Lo siento tanto- dijo apretándola con fuerza- Ven pasen, son bienvenidos- Se hizo a un lado y el cochecito entró primero, luego Carla se dio vuelta y observó a su niño, que se mantenía del lado de afuera de la casa-Vamos cariño, entra a la casa- ordenó suavemente la joven. El pequeño miró con inseguridad hacia dentro, no parecía emocionado por hacerlo. Ezequiel lo miró curioso y sonrió agachándose a su altura. -Hola campeón- lo saludó- Mi nombre es Ezequiel, soy amigo de tu mamá- acercó su puño- ¿Cómo te llamas?- preguntó y el niño chocó con miedo su puño con el del adulto. El pequeño miró a su madre, quien le sonrió dándole el ok para que le respondiera a su amigo. -Nicolás…- dijo en un hilo de voz-Ahhh, que lindo nombre- sonrió ampliamente- y Nicolás… ¿Qué te parece si entramos a la casa y te muestro mi colección de
-Le eché- exclamó Carla cuando su amigo apareció en escena nuevamente-Hiciste bien- respondió y la abrazó, haciéndole masajes en la espalda en forma de consuelo. -No lo sé Eze, realmente quería perdonarlo e irme con él- exclamó algo arrepentida-Está bien sentirse así ¡Es tu marido! No es un novio cualquiera. ¿Qué tal si hoy lo dejamos pasar? ¿Y mañana lo piensas mejor?-Sí, puede ser…-Ha sido todo tan reciente, necesitas descansar- la animó, llevándola hacia el cuarto que le preparó para que pudiera dormir con sus niños. -Tienes razón, estoy agotada, se me parte la cabeza- -Tranquila, tu ve tómate un baño de agua caliente, si quieres yo acuesto a los niños. -Eres el mejor- dijo bostezando con los párpados cansados. -Lo sé- sonrió- Ahora ve, vamos. Aunque la idea de Ezequiel de descansar era tentadora, Carla no pudo hacelor en toda la noche, se movía de un costado al otro en la cama, sin dejar de pensar en todo lo que pasaba y en qué ahora. Miró a su niño dormir plácidamente y
-No mereces a Carla- exclamó el joven empleado cruzándose de brazos frente a Nicolás de forma desafiante. El joven CEO apretó con fuerza las muelas y se contuvo de mandar a la mierda al amigo de su esposa, porque sabía que eso lo pondría en una peor situación de la que estaba. Respiró hondo y habló:-Sé que me odias, pero lo que crees que hice no es cierto- habló tratando de mantener la calma en su voz.-No tengo idea de quien le llenó la cabeza a Carla con mentiras. -¡Ja!- exclamó burlón el joven y se paseó por alrededor del esposo de su amiga intentando intimidarlo, quien no quitó los ojos de él un solo momento- Si claro, ¿Entonces que hacías en el café con Sofía? Yo no estoy loco, lo que vi es cien por ciento real, hasta saqué una foto por si Carlita no me creía. Nicolás se levantó de golpe de la silla, haciéndola caer en un fuerte estruendo. -¡Así que fuiste tú!- exclamó y se acercó de forma amenazante al hombre- ¡Tú arruinaste mi matrimonio!- lo tomó de la camisa y lo sacudi
La familia Hamilton volvió en silencio durante todo el viaje en el auto. Los niños dormían detrás, ya que era tarde para ellos, mientras sus padres miraban hacia el frente sin saber qué decir. Nicolás se mantenía atento a la calle mientras manejaba y Carla trataba de prestar atención a lo que sea más interesante en su ventanilla, fingiendo que no pasaba nada. Sí, lo había perdonado, pero eso no significaba que las cosas serían iguales, así como así, deseaba volver a esa normalidad cuanto antes y olvidar lo que sucedió. Llegaron a la casa, su esposo bajó las valijas que su mujer se había llevado, junto con el cochecito, mientras Carla llevaba a los niños a sus cuartos a arroparlos y darles un beso de buenas noches. Cuando terminó su tarea de madre, salió de los cuartos y fue a la cocina por un vaso de agua, había sido un día agotador, aun así tenía el estómago cerrado por la situación. -¿Qué haces?- preguntó al ver que Nicolás acomodaba una almohada y sábanas sobre el sillón del li