Todas las dudas se tenían que resolver, ella y su bebé eran ahora su familia a la que cuidaría por encima de todo y de todos.— ¿Puedo lavar tu cara?Ella pensó que no se iba a poder, pues no había traído los productos que usa para desmaquillarse, que si él se dedicaba a lavar esa parte de su cuerpo, iba a hacer algo peor en su rostro.— Llegando a la mansión lo hago, aquí no hay nada para que se pueda hacer una limpieza adecuada.Kaia tenía la cabeza recostada en una toalla que Vincenzo había colocado como si fuera una almohada. Tenía los ojos cerrados disfrutando como si estuviera en un spa.— Mandé a pedir todo lo que necesitaba, soy demasiado observador.Ella abrió los ojos del asombro, levantó las cejas y miró una canasta que se encontraba a un lado de la tina que ni siquiera había visto, eso debió pedirlo anticipadamente, pues no estaba segura de haber visto a alguien llevar esas cosas.— ¿De dónde salió todo eso? — Dijo impresionada.— Lo pedí cuando estábamos en el recorrido,
Raissa se sintió incómoda ante esa propuesta, si bien era cierto que ella quería recuperar a Vincenzo; pero un secuestro era un delito grave. Además, en realidad esa chica no le había hecho nada.Por otro lado, en realidad Dasha le tenía mucho miedo a su primo Vincenzo, así como él era en los negocios, también lo era en su vida personal, por lo que ella no quería causarle problemas a su padre, aunque tuviera acciones en el conglomerado. Su primo era el que llevaba todos los negocios.Por su lado, Aitana en un comienzo la idea le había parecido buena, pero pensándolo bien, eso equivalía a estar mezclada con el bajo mundo y ella era una mujer intachable.— No podemos hacer eso, no quiero estar incluida en un secuestro, hermano, eso es muy grave, podríamos pensar en buscar a una mujer que se haga pasar por amante de Vincenzo.Dasha se estaba echando para atrás, esas ya eran palabras mayores, planear lo de un secuestro, y no se quería ver envuelta en un crimen. La cuestión era alejarla, n
¿Quién se podía imaginar que el patito feo era, en realidad, un majestuoso cisne?Alonzo no juzgaba, pero al ver en la mañana a la esposa de su jefe, su corazón se detuvo y pensó que aunque el matrimonio fue arreglado, algo bueno iba a salir de todo eso y no se había equivocado, por lo menos ese día su jefe había descansado un poco más de lo habitual.Vincenzo estaba maravillado con lo bien que se desenvolvía Kaia en la oficina, todo el archivo había sido sacado de las gavetas y puesto a disposición de Kaia, iba haciendo selecciones y el cambio era notorio, no era un archivo común y corriente, ahora tenía un acceso más rápido. — ¿Dónde aprendiste eso?— En la escuela, me había decidido por estudiar empresariales, pensé que algún día iba a ser la presidenta de la empresa de papá.— Y lo vas a ser, esa empresa ahora nos pertenece, es tuya cuando quieras.— Pero eso no forma parte del acuerdo, ustedes tienen más derechos que yo.— Ya te dije que con la única que voy a compartir mis cosa
Pasaron dos días en que los dos sujetos estaban siguiendo de forma furtiva todos los movimientos de Kaia, se dieron cuenta de que se les iba a ser muy difícil poder acercarse. Todos los días llegaba con su esposo y se iba con él.— Jefe, a esa mujer no la dejan sola ni por un instante, tendremos que recurrir a otro de nuestros trucos, podríamos sobornar a uno de los de seguridad de su esposo.— ¡Tonterías! Esos hombres son incorruptibles, ni siquiera nos dará tiempo de acercarnos a uno de ellos. La seguridad de Vincenzo Leonardo es inquebrantable.— Todo el mundo tiene su precio.— No me voy a gastar un centavo en este encargo, si nosotros no vamos a obtener nada de esto, no vamos a gastar nada tampoco.— Tiene razón, si Hermes no va a pedir un rescate, no va a gastar tampoco él.Efectivamente, Hermes era un tacaño de lo peor, y siempre le gustaba que ellos trabajaran gratis para él. Ellos le debían muchos favores a Hermes y esa era la única forma que tenían de pagarle.Siguieron vigi
El tiempo pasó volando y cuando se dio cuenta Kaia, ya era hora de salir para la casa de sus padres. Antes tendría que pasar a la pastelería favorita de su madre, le quería dar una sorpresa.— ¿Ya estás lista?— Ya lo estoy, no quiero hacer esperar a mi madre.— Nos vemos en la mansión.Vincenzo se acercó a su esposa y la tomó de la cintura, aunque no se quería separar de ella, tenía mucho trabajo que atender, pero para la siguiente no la dejaría ir sola. Bajó su cabeza y se entregaron a un apasionado beso. Vincenzo no tenía suficiente cada vez que la besaba. Kaia fue besada hasta que pensó que su cabeza estaba hecha un desastre.— Para que no me olvides — Le dijo él con voz acaramelada.— Eso es imposible.A pesar de que no se habían confesado su amor aún, parecía que las palabras sobraban, por lo menos se trataban con mucho respeto y cariño, cuando llegara el momento de confesarlo lo harían sin ninguna restricción. Porque a pesar de llevar muy poco tiempo, un sentimiento ya había cr
La mente de Vincenzo estaba dando vueltas al querer descubrir quién había amenazado a su esposa. Miró con impotencia a su alrededor y apretó los dientes, lleno de ira.— Pidan todas las grabaciones de todas las cámaras, esos hombres tienen que estar en algún lugar y si no se encuentran, tienen que dar con ellos.Los demás guardaespaldas se quedaron con Vincenzo mientras los cuatro se apresuraron a ir a buscar lo que les habían ordenado. Debían llegar con una respuesta, su jefe en esos momentos estaba contenido, tuvieron que haber reaccionado antes de que él les pidiera eso.— Discúlpame por no creer en lo que me decías, ahora sé que es necesario tener a alguien cuidándonos.Su esposa estaba temblando mucho, en esos momentos a ella no le quedaban fuerzas en las piernas, había resistido mucho cuando esos hombres la tenían amenazada.— Pero de todos modos esos sujetos pudieron llegar a ti, mis hombres no pudieron prever lo del embotellamiento. Temí por tu vida.— Yo igual, pensé que le i
Hermes tenía que decirles también todo lo que había sucedido, que Vincenzo y sus hombres habían llegado al lugar. Que se habían dado cuenta de la amenaza, de la que fue víctima su esposa. No le quedaba de otra.— Pero tengo otra cosa que decirles, Vincenzo y sus hombres llegaron al lugar, él no permite que ella salga sin seguridad.— ¿Entonces se enteró de todo?Dasha estaba muy preocupada, su primo era implacable y daría con esos sujetos, movería cielo y tierra hasta hallarlos y castigarlos, y por lo consiguiente a ellos también si los descubría.— Así es, aunque ella no se opuso, esos hombres hicieron bien su trabajo.Notaban demasiado calmado a Hermes, como si la presencia de Vincenzo en ese centro comercial no le hubiera importado.— ¿Pero ella no los puede reconocer?Aitana también temía por su seguridad, esos hombres podían ser identificados.— De seguro miraron todas las grabaciones A esta hora Vincenzo ya debe saber quiénes son.— Hermano, te dije que esa forma era la menos vi
Cuando salieron del cuarto de baño, Kaia traía otro aspecto, sus ojos estaban brillantes y se venía tocando el estómago. Aunque ya había sacado todo lo que tenía en el estómago, sentía todavía una opresión.— Eso es muy natural, tendrás días en los que no quieras comer nada y otros en los que te vas a querer comer el mundo. Pero las náuseas a lo mejor no desaparecen del todo.— En estos momentos no deseo comer nada, solo me quiero acostar.— Claro que sí, mi amor, tu habitación está tal cual como la dejaste.— Gracias mamá. Tengo muchas cosas que preguntarte, por eso hemos venido también hoy.— Dime que es lo que se te antoja comer, pediré que te lo traigan.Kaia le dijo a Vincenzo lo que en esos momentos pensaba que le podía caer bien y así fue, retomaron la comida, alejando por completo lo que le había causado ese feo malestar.— ¿Mamá, es muy doloroso dar a luz?— Hija, cada mujer tiene síntomas, malestares y hasta un parto diferente, no te voy a mentir, cuando tú naciste me dolió,