Pero había otros planes, Vincenzo le quería enseñar todo el resto de la casa y la habitación principal, la cual había mandado a remodelar desde que había comprado la casa, lo había hecho todo con mucha ilusión sabiendo que llegaría el día en que estaría en ese lugar en compañía de su esposa. Aunque todo estaba perfectamente decorado, ella podía cambiar lo que quisiera, era la dueña del lugar y podía hacer lo que mejor le pareciera con la decoración, era algo con lo que él quería darle gusto para que ella sintiera aquel lugar como un segundo hogar.—Ven, quiero enseñarte algo antes de que salgamos a ver la hermosa playa. Quiero que lo veas y lo conozcas todo conmigo. Este lugar, lo he acomodado y decorado pensando en ti. Te quiero brindar todo lo que yo tenga.— Muy bien mi amor, creo que los ojos se me fueron de repente hacia las puertas, la brisa del mar me estaba llamando. Nunca vi un mar en tanta calma como este, hace que te transportes a otro lado. Me siento dentro de un cuento m
Kaia estaba encantada, sin lugar a dudas era el mejor regalo de bodas. Nunca pensó estar tan sorprendida como lo estaba con ese hermoso regalo que recibía por parte de su esposo. También era la primera vez que Vincenzo la veía en vivo, y desde luego que estaba fascinado con el resultado, había acertado mandando a todo un equipo de expertos para que se hicieran cargo de la decoración de la casa, el resultado era espectacular. Aunque esta era una habitación pensada solo para ella, por lo que era mucho más femenina y con los toques que él sabía que le iba a agradar mucho a su amada esposa.— ¿Te ha gustado? Me encanta ver como miras con tanta ilusión.Vincenzo era feliz solamente al ver la cara de su esposa, ver tan ilusionada como estaba y viendo todo con una expresión de felicidad. Para él hacerla feliz era una de sus prioridades.— Me ha gustado demasiado, es un lugar perfecto, es el mejor sitio que hayas elegido para nosotros y nuestros hijos. Todo está decorado con un excelente gust
Las cosas estaban marchando a la perfección, ellos habían llegado a Santorini con una perspectiva en mente, pasar la mejor luna de miel del mundo y vaya que lo habían logrado. Les sentaba muy bien ese periodo de relajación para desconectarse y hacer cosas que estando en la ciudad no podían hacer normalmente. Salieron ese día a visitar un centro comercial, era la segunda vez que iban, y eran la pareja más feliz del mundo, iban tomados de la mano y nadie se fijaba en ellos, eso era lo que más le gustaba a Kaia, que eran dos personas anónimas y enamoradas en Santorini. A ella le gustaba mucho poder pasar desapercibida, casi como si fueran solo dos turistas más, nunca ha sido de las personas que gocen de llamar la atención.Era una realidad que no había considerado Kaia, aquí cada quien estaba en su mundo, desde luego que había muchos turistas que solo venían de paseo y los que vivían ahí, pero todo estaba en total calma. Era como si estuvieran viviendo en otro planeta. Se respiraba un a
Parecía que no los iban a dejar en paz nunca, ahora se presentaba esa mujer para estropearles su viaje, era el colmo. Ni estando en otro lado podían respirar paz y tranquilidad, parecía que desde que se habían casado todo se trataría de ir sorteando una tormenta tras otra y lo peor que la estaban pasando tan bien y tenía que aparecer de la nada esta intrusa a perjudicar todo.— Mi nombre es Fiorella Petrucci, soy muy amiga de Vincenzo. Hemos vivido muchos momentos juntos, recuerdo nuestras noches de placer. Él y yo hemos hecho maravillas y pasado muchas cosas, que me atrevo a decir que contigo no ha pasado y lo siento mucho por ti y por lo que te has estado perdiendo.Fiorella estiró la mano, para saludar a Kaia, pero esta no le recibió la mano, había visto el descaro de esa mujer y no la iba a tocar por nada del mundo. Por la mente de Kaia pasaba solo una frase, “Que no diga que la ha traído aquí” eso sería el colmo saber que antes estuvo en este lugar con esta mujer.— No Fiorella,
Kaia no había dado ni dos pasos cuando sintió de nuevo la mano de su esposo tomando la suya. Vincenzo no iba a permitir que su esposa se fuera de esa manera, ellos tenían que hablar, pero definitivamente ella no podía pensar mal de él. Él tuvo esa situación con esa mujer mucho tiempo antes que Kaia formara parte de su vida y no iba a consentir perder a la mujer que ama por un asunto de su pasado que además ahora ya no le interesa.— No, amor, no podemos estar escuchando todo tipo de habladurías. Lo que dice esa mujer está en mi pasado y no tiene caso que nos afecte todo lo que paso antes en mi vida.Vincenzo quería darle la seguridad a su esposa para que ella supiera y estuviera segura de que ahora solo ella ocupaba sus pensamientos y más que nada su corazón. Las mujeres de su pasado ya no tenían cabida en su presente.— Eso fue muy humillante, no tengo por qué saber de otras bocas lo que has hecho con tu vida pasada, sé que eso fue antes de que te conociera, pero de todas formas eso
Vincenzo se encontraba en una encrucijada, pues sabe que no puede dejar sola a su esposa, pero tampoco se puede acercar ahora que está teniendo esa mala impresión por lo que ha dicho Fiorella. Él no quita los ojos hacia donde se mueve Kaia, la ve tranquila caminando y viendo los aparadores. Aunque le preocupaba mucho la reacción que estaba teniendo su esposa, sabía también que era mejor darle su espacio, pues lo que acababa de escuchar no era fácil de asimilar y lo menos que podía hacer era entenderla.— Simplemente, no puedes esperar a que ella comprenda como eres, a mí no me importa compartirte con las demás. Eres demasiado hombre para esa niñita. Yo sí te convengo, eres tú el que no lo quiere aceptar, deja de cambiar pañales a esa chica y vuelve a mi lado, sabes de sobra lo bien que la pasamos.Fiorella se le pone de frente impidiéndole avanzar. Ella le había seguido los pasos, cuando vio que su esposa lo había dejado solo. Ella no quitaba sus ojos de su objetivo y quería a toda c
Fiorella piensa que ha ganado esta vez, que la esposa de Vincenzo no va a querer regresar con él. Lo que él necesita es una mujer hecha y derecha como ella, que no huya a la primera, había sido todo más fácil de lo que había pensado.— Cuando te canses de esa niñita, Dasha sabe dónde encontrarme. Espero que no tardes mucho en venir a buscarme.Fiorella estaba segura de que tarde o temprano la iba a ir a buscar Vincenzo. Con esto que había ocurrido, ella sabía que su esposa seguiría enojada con él y como consuelo la tomaría a ella como su paño de lágrimas.— Quiero que te quede claro, amo a mi esposa y ninguna loca va a lograr que nos separemos. Vuelve a estar cerca de mí y te juro que lo vas a lamentar y no te estoy amenazando. Ya deja de rebajarte y de estar rogando mis atenciones o las migajas que pueda darte. Yo no te amo y debe quedarte eso claro.Vincenzo no acostumbra ser grosero con nadie y menos con una mujer, pero Fiorella en verdad lo hacía perder los papeles y era mejor por
Vincenzo es una persona distante que no le gusta mostrar sus emociones, y en primer lugar no sentía mucho por las relaciones que había tenido antes, por lo tanto, no interactuaba mucho con ellos. Por lo que simplemente con su esposa era diferente, ella había llegado a su vida para enseñarle el significado del verdadero amor, a pesar de que lo de ellos no comenzó como lo de una pareja normal, ella le enseñó a amar. A ella le demostraba todo el amor que le tenía por esa misma razón, por ella venció los miedos de demostrar su amor, de exponer y de entregar su corazón y solo a ella le pertenecía la mejor versión de él hasta el fin de sus días.— ¿Ya te sientes mejor? No quiero que sigas estando mal por mi causa. Aunque no tengo la culpa de lo ocurrido, me siento responsable.— Muchísimo mejor, pero no estoy al cien por ciento. Sigo molesta e incómoda. No sé cómo tengo mala suerte de haber coincidido aquí con una de las mujeres de tu pasado sombrío.Él sabía que no había hecho nada malo,